Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

31 de agosto de 2016

COLOMBIA, LA PAZ QUERIDA

Por
Rafael Angel Coronado Giraldo





Colombia vive un momento providencial: los dioses alumbran nuestra compleja oscurana, el miedo comienza a desvanecer y el augurio es que los fantasmas del pasado no mortificarán nuestro trasegar hacia el país hermanado que anhelamos.
El acuerdo del cese al fuego bilateral definitivo firmado el pasado 28 de junio con la guerrilla de las Farc, es una magnífica oportunidad para comenzar a imaginar una nueva Colombia.

Por dondequiera que vayamos la vida se ha puesto muy dura, pero hoy más que nunca me acompaña la convicción que la pedagogía para la paz y la educación nos ayudaran a salir del marasmo en que hemos caído. Creo que de nuestro ofuscado y complejo mundo siempre podemos extraer luz. Como artista estoy convencido que la hermosura alimenta y, como el pan, si nos falta morimos. 

Pero, cuan arduo es el camino que nos conduce hacia la paz y la reconciliación. La paz negociada es la vía maestra para salir del trágico túnel de más de medio siglo de guerra; una paz sin justicia social se convierte en una colección de documentos y fotos para la historia. Una paz construida sobre la pelea del presidente Juan Manuel Santos con el expresidente Álvaro Uribe, es una paz explosiva. Es una paz a medias aquella en donde los empobrecidos no se sientan en la mesa de negociaciones, porque no basta un decreto para construir la paz; ésta se forja en el día a día de cada colombiano que depone odio y resentimiento.

Los negociadores de La Habana, Cuba afirman que "los acuerdos no tienen marcha atrás", pero estos tendrán que ser refrendados mediante un plebiscito que no se convocará hasta que no esté firmado el acuerdo final, y la guerrilla no firmará mientras no haya amnistía. Seguridad jurídica y política es lo que las Farc pretenden para cumplir el paso definitivo e irreversible de abandonar las armas.

Se habla de crear las condiciones necesarias de "desarrollo para una paz estable y duradera" en un territorio de grandes regiones, con zonas desconectadas y pobres, con problemas de desigualdad y corrupción general. Y esta es una poderosa razón que me lleve a considerar que el posconflicto es un enorme desafío. Y para hacer más complejo el cuadro hay que agregarle las oscuras tintas, léase férrea oposición contra el proceso de paz, que ejerce el expresidente Álvaro Uribe y sus seguidores; afirman estos angelitos que los acuerdos solo benefician a la guerrilla de las Farc y no al país. Y no contentos, le echan  candela al fuego cuando afirman que Colombia va hacia el Castrochavismo, que Santos es comunista con piel de liberal que le entregará el mando a Timochenko, el líder de las Farc.

Para concluir menciono un par de problemas relacionados con lo que está pasando en La Habana, Cuba. 1] La poca pedagogía e información "digerible" sobre lo acordado en la mesa de negociaciones 2] La confusión que generan los medios de comunicación llevan a que el colombiano del común crea que se le ha concedido demasiado a la guerrilla y nada o poco al país.

Se esperan propuestas pedagógicas del Consejo Nacional de Paz, de las comunidades eclesiales, de la Iglesia, universidades, sindicatos, Ong´s. La pedagogía sobre el proceso es deficitaria y no está a la altura de los desafíos planteados.

A los colombianos nos ha llegado la hora de atrevernos a imaginar un país que vivirá en paz y reconciliación. Un aporte que hacemos para visionar un horizonte diverso es LA CASA DE LA RECONCILIACIÓN para trabajar para que algún día podamos llevar a vivir la experiencia de la reconciliación. De esta "CASA" les hablaremos la semana que vienes.

Rafael Angel Coronado Giraldo