Hacia
un diálogo interreligioso juvenil para
la transformación social
Edwin
Roberto Mendoza Hipp
1.2.3)
Un planteamiento alternativo
La
madurez que han ido alcanzando las diferentes áreas de la teología
de las religiones, ha permitido constatar las intuiciones de algunos
teólogos occidentales sobre la insuficiencia de clasificar
simplísticamente las actitudes interreligiosas a partir de la
tipología tripartita. Las
recientes
reflexiones teológicas han empezado a percibir que parece inadecuado
definir las relaciones entre creyentes por el triple modelo en
cuestión, principalmente porque este suele moverse en los extremos
del absolutismo y relativismo.
.
Paralelamente, ha ido surgiendo también una nueva tendencia entre
teólogos asiáticos, tales como el esrilanqués Aloysius Pieris o
el teólogo indio K. C. Abraham, que rechaza la triple clasificación
como una solución integral para aproximarse a la situación de las
relaciones interreligiosas.
Por
tal razón, algunos han planteado un modelo cuatripartito que podría
responder más genuinamente al tema de la pluralidad religiosa. Esta
nueva modalidad ha sido presentada con distintos nombres. Una de las
propuestas más conocidas es aquella que además de incluir al exclusivismo
e inclusivismo, distingue también entre pluralismo relativista y
pluralismo convergente (o pluralismo inclusivo). Para el teólogo
Carlo Molari esta estas dos posiciones se diferencian por la
importancia que cada una le confiere al evento crístico.
.
Molari alude a la obra de Pieris An Asian Paradigm: Interreligious
Dialogue and the Theology of Religions, en la cual escribe:
―Me
he vuelto a apropiar gradualmente de una tendencia asiática, que
adopta un
paradigma
en el cual, las tres categorías (exclusivismo, inclusivismo y
pluralismo) no tienen sentido. Cfr. JOSÉ MARÍA VIGIL – LUIZA E.
TOMITA – MARCELO BARROS (orgs.), Por los muchos caminos de Dios:
teología liberadora intercontinental del pluralismo religioso, vol.
IV, “Teología del pluralismo religioso en Europa y en Occidente”
(Carlo Molari), Editorial Abya Yala, Quito 2006, p. 209.
Por
tal razón, algunos han planteado un modelo cuatripartito que podría
responder más genuinamente al tema de la pluralidad religiosa. Esta
nueva modalidad ha sido presentada con distintos nombres. Una de las
propuestas más conocidas es aquella que además de incluir al exclusivismo
e inclusivismo, distingue también entre pluralismo relativista y
pluralismo convergente (o pluralismo inclusivo). Para el teólogo
Carlo Molari esta estas dos posiciones se diferencian por la
importancia que cada una le confiere al evento crístico .
Según
Molari, el pluralismo relativista considera a ―cada religión como
autosuficiente y acabada, y por consiguiente con el mismo valor
efectivo en lo que respecta a la salvación.
Sin embargo,
para el autor esta visión no permite un desarrollo auténtico del
diálogo interreligioso, puesto que cae en un indiferentismo o
relativismo radical en el que no importa a qué religión se
pertenezca, y dejando también por un lado -según Molari- las
particularidades y las riquezas de cada religión. Por otra parte,
Molari propugna un tipo de pluralismo convergente o inclusivista,
declarando que la salvación es única, pero reconoce también que
existen otros ―mediadores históricos de la salvación‖ . Para
Molari, ―ninguna forma histórica puede tener la presunción de
contener todas las riquezas espirituales de las diversas religiones.
Todas por tanto son llamadas a intercambiar dones espirituales para
converger hacia una situación en la que cada una, conservando y
acentuando sus propias características, vive una comunión profunda
con las otras.
En
palabras de Molari, la principal distinción entre pluralismo
convergente y pluralismo relativista se basa en: la decisiva
importancia que [el pluralismo convergente le confiere] al evento
Cristo, ya sea en su dimensión histórica o ya sea en su dimensión
trascendental.
De
hecho, mientras en el pluralismo convergente la perspectiva
trinitaria permite relacionar la salvación universal que se da en
Cristo refiriéndola al Verbo eterno que él humanamente expresa, y
al Espíritu que Él dona, en el pluralismo relativista, el
achatamiento trinitario a un genérico monoteísmo no consiente la
articulación necesaria de la historia salvífica y desaparece la
imprescindible referencia a la Palabra y al Espíritu que en Cristo
se revelan como agentes divinos de salvación.
Estas
complejidades que presentan estas posiciones recuerdan que cualquier
tipología tiene solamente una utilidad limitada, ya que las
―actitudes hacia otras religiones no siguen pulcramente las
tipologías identificadas. ¡Hay tantos tipos entremezclados Abraham
sostiene que estas tres tipologías pueden ser de ayuda para
comprender una parte de lo que constituye las interacciones entre
creyentes de distintas religiones. Sin embargo, advierte que hay que
analizar la pluralidad religiosa desde una perspectiva más amplia,
ya que en ella confluyen no sólo factores sociales y religiosos,
sino también dinámicas políticas y económicas.