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29 de enero de 2015

Nos lo tragamos todo...



Siempre ha sucedido pero creo que  en estos tiempos  destaca más,  la  labor de los   medios de comunicación de masas como medios de masificación e incomunicación.


Cuando se trata este  tema en conversaciones informales la  frase  más común que se escucha: “la prensa, la radio, la televisión no dicen más que mentiras”… Pero  si continua usted la plática podrá escuchar, de quien afirmaba lo anterior,  frases como: “lo que dicen de ese país es cierto. Lo  escuché ayer por la tele” .

Pero “¿en qué quedamos?- le podemos decir- si sólo mienten, eso que escuchaste, qué es?”  Porque no es cuestión de simplificar. Si los medios de comunicación no dijeran más que mentiras con no leerlos ni encender el receptor bastaba. Lo malo es que  somos ciudadanos de un país  y necesitamos enterarnos de lo que sucede, sus causas y consecuencias para participar o defendernos, para colaborar o inhibirnos.

Lo que dicen los medios son verdades, mentiras, verdades a medias, medias mentiras, deformaciones, sucesos sin analizar…

No podemos simplificar    diciendo que todo son mentiras. Por lo general quienes dicen eso  son los que luego se lo creen todo.
Lo que nos hace falta es saber leer entre líneas,  conseguir informaciones alternativas, que muestren la otra cara de la realidad,  analizar el porqué  este tipo de noticias  y este modo de contarlas, saber quién está en el origen de la información, a quién  le interesa que la gente piense de ese modo ante cualquier acontecimiento.

Es curioso  que actualmente , cuando los informativos en general hacen llover desprestigios o ridiculizan a  algunos políticos, escritores o artistas,  sucede que personas con cultura, con una visión aparentemente analítica dela realidad,  se tragan todo lo que les dicen y se apaga su espíritu crítico.

Nos falta  analizar el origen de las informaciones. No nos damos cuenta de que las noticias suelen nacer de importantes agencias y de que los dueños de esas agencias no son precisamente pobres trabajadores ni sencillas amas de  casa.  Esos son precisamente los que tienden a tragarse todo; pero también tienen buenas tragaderas, como decía, personas que presumen de estar bien informadas  y “al cabo de la calle”.

Los dueños de agencias y empresas transnacionales están, naturalmente interesados  en mantener sus privilegios y su poder económico. Esto que es un dato  tan sencillo y evidente no lo tienen en cuenta gente con mayor formación y conocimientos (puede ser que  también a ellos les interesa creérselo).
Les cito un caso de hace ya años, pero que  se repite hoy en otros países. Fue en tiempos en que Salvador Allende intentaba transformar la sociedad chilena:

Llevando a cabo la orden de Nixon, en los años siguientes el gobierno de Estados Unidos «estranguló» la economía de Chile, según Henry Kissinger. Los bancos congelaron créditos y el gobierno USA congeló la ayuda económica. El Banco Mundial y otras instituciones financieras internacionales dominadas por Estados Unidos cancelaron préstamos. La ITT formó un comité de representantes de corporaciones estadounidenses para fraguar una estrategia contra Allende, de la mano con la administración Nixon. Se enviaron agentes de la CIA a sabotear la economía y fomentar un movimiento de oposición contra el gobierno de Allende, como la huelga de camioneros que paralizó el sistema de transporte.

 Eso se contó luego, pero en aquellos momentos los medios de comunicación se limitaban a contar lo mal que estaba la economía del país, el desabastecimiento que había, el descontento… 

Si hoy,  comienzos del año 2015,  escuchan los informes sobre Venezuela  ¿no encuentran ustedes gran semejanza  con lo que   sucedió en 1973 en Chile?
Mejor que alargarme en  esta reflexión que se puede aplicar a muchas situaciones de estos años, en que se habla de una posible “tercera guerra mundial”, les recomiendo una lectura que  encontrarán en este mismo blog. Es el libro “Cómo nos venden la moto” de Noam Chomsky e Ignacio Ramonet (información, poder y concentración de medios). También Noam Chomsky hace un análisis del papel jugado por los medios en “Los guardianes de la libertad”  donde analiza el sistema que usó el poder de los medios (y de los gobiernos y el gran capital detrás de ellos) para desinformar en hechos como el asesinato de Monseñor Romero, de las religiosas norteamericanas en el Salvador, o del  extraño atentado contra el papa Juan Pablo II.

Ahí les dejo estas ideas para que les ayuden a situarse ante  las  informaciones  sobre lo que hoy sucede.