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18 de febrero de 2015

Lo que va de ayer a hoy...A VER QUIEN PUEDE MÁS



Los dos hermanos eran gemelos, pero no se llevaban muy bien. Y todo fue, como ustedes saben, por un plato de lentejas. Esaú  volvía con un apetito feroz. No, con hambre no.  La familia no vivía mal y lo que se dice  hambre, es otra cosa de la que uno se muere sin fuerzas ni para pedir pan. Pero el apetito de Esaú el cazador era tan grande, (aunque se podía haber comido uno de los conejos flechados, pero no quiso cocinar) Tan grande era que le vendió a Jacob los derechos de primogénito que le iban a situar como gran jefe de la tribu. Esaú se comió las lentejas y más tarde se comió los puños de rabia. Para saber más, si no lo sabían, echen una mirada al  capítulo 25 del Génesis y los que siguen.

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