LO QUE SE DIJO Y LO QUE SE OLVIDA
DEL CONCILIO VATICANO II.
2.
Los nueve decretos conciliares
Con la excepción del Decreto sobre los Medios de
Comunicación Social, que fue promulgado antes de la Constitución sobre la
Iglesia, todos los demás se basan en el fundamento doctrinal de la Constitución
sobre la Iglesia y desarrollan ciertos aspectos, particularmente con respecto a
un programa concreto de actualización (aggiornamento).
Es decir,
estos documentos nacen de la
constitución sobre la Iglesia, para
bajarla a aplicaciones concretas, que no
nos quedemos solo en ideas generales. Para que la iglesia se ponga al día
Las
tareas pastorales de los obispos
Este Decreto, que comienza con las palabras “Christus
Dominus” (Señor Jesucristo), en primer lugar, explica las aplicaciones
prácticas de la colegialidad del episcopado (participación de todos los obispos
en la responsabilidad de la Iglesia Universal)
Ya no es que cada obispo haga en su diócesis lo
que le parece sin sentirse unido con los demás obispos y sintiendo como propios
los problemas de la iglesia universal. Eso es la colegialidad, no que los obispos
“vayan al colegio” sino que se sienten todos en conjunto responsables de la iglesia universal (colegio
es reunión de personas que eligen
trabajar juntas (colegas).
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Enseguida estudia el
papel del obispo en su diócesis (esta parte del decreto ha incorporado la
esencia de un esquema ya preparado para el ministerio de los sacerdotes). Por
último, el decreto habla de la actividad de las Conferencias Episcopales.
Así tiene gran importancia la conferencia
episcopal de cada Nación,Antes quien mandaba en todos los obispos de un
país era el cardenal primado puesto por
el Vaticano. Ahora la conferencia
episcopal elige el presiente que dura unos años y luego democráticamente cambia
y se elige otro
La
Vida y Ministerio Sacerdotal
En el capítulo 3 de la Constitución sobre la Iglesia y el
Decreto sobre los deberes pastorales de los obispos hablan sobre el lugar que
ocupa el sacerdote en la Iglesia. Este Decreto está dedicado especialmente a
los sacerdotes, porque van a tener un papel particularmente importante en la
renovación de la Iglesia. El Decreto establece las funciones del sacerdote, sus
relaciones con el obispo, con sus hermanos y los laicos, y muestra cómo el
ministerio es para el sacerdote una fuente de vida espiritual y como su unión
con Cristo por su sacerdocio dará lugar a la unidad de su existencia. Este
texto reafirma la ley del celibato para los sacerdotes de la Iglesia latina, y
exhorta a los sacerdotes casados de las Iglesias orientales para vivir una vida
familiar ejemplar y una vida totalmente consagrada al servicio sacerdotal de su
pueblo.
Algo que
mucha gente no sabe es que dentro de la iglesia católica está la iglesia
oriental, del oriente de Europa, (Grecia, Rusia…) que son católicos pero tienen
algunas costumbres y leyes diferentes,
por ejemplo, que los ritos de la
misa tienen elementos distintos… también que puede habar
sacerdotes casados… Eso hace pensar que en la iglesia occidental, que es la
nuestra, aunque en este concilio no se hayan dado algunos cambios, es posible
que en otro concilio que se tenga más tarde, se realicen cambios que hoy algunos no se
imaginan
El decreto insiste
firmemente en la unidad de la misión de todos los sacerdotes, que es
básicamente la misma, independientemente de la tarea particular confiada a cada
uno.
La
formación sacerdotal
Este decreto traza el marco general de una renovación de los
seminarios, en armonía con el esfuerzo de actualizar toda la Iglesia. Los
seminaristas deben prepararse para ser capaces de asumir las grandes
responsabilidades en un momento de renovación como el nuestro.
Si el mundo cambia
en sus problemas en sus crisis sociales
políticas, culturales, los seminaristas tienen que conocer esos cambios prepararse
bien para enfrentarlos, tanto en su vida espiritual como en su apostolado.
La
renovación de la vida religiosa
El presente Decreto establece las normas generales para una
revisión de las condiciones de la vida religiosa, de modo que pueda cumplir
mejor su papel, no sólo de la santificación personal, sino en relación con la
vida espiritual de toda la Iglesia. Por ejemplo antes
los religiosos y religiosas llevaban habito y
solían estar muy cerrados en sus conventos y no se enteraban de lo que
sucedía en le mundo. Después del concilio se han abierto mucho más al mundo
actual, han ido a vivir a barriadas pobres, se han implicado en problemas sociales. También es verdad que ha habido más salidas de la vida
religiosas. Lógicamente que cada uno se sienta responsable y viva su vocación
no porque le obligan a vivir alejado del mundo sino porque su fe y compromiso los tiene consciente y libremente.
El
apostolado de los laicos
Este Decreto, que comienza con las palabras «Apostolicam
Actuositatem» (actividad apostólica) desarrolla la doctrina de la vocación al
apostolado de los laicos, el objetivo preciso de este apostolado (anuncio del
mensaje evangélico y su aplicación en toda la vida de la humanidad), muestra
las diferentes formas y establece las normas generales de organización,
especialmente con respecto a las relaciones con la jerarquía. Estas normas
deben aplicarse en la práctica por las Conferencias Episcopales de manera
apropiada a las circunstancias locales de cada país. Demasiada
gente piensa que los laicos son
cristianos de segunda categoría. No han pensado nunca que Jesús era “laico”.
Aunque ahora se le llame “sumo y eterno
sacerdote”… pero él era un trabajador, no tenía ningún cargo especial en el
templo. Estaba más metido en la vida con
la gente corriente, e iba poco al templo. As jerarquías del templo fueron
quienes lo hicieron matar. Hoy los laicos los seglares se escapan de muchos
compromisos en el seguimiento de Jesús.Dicen:
“Que lo hagan los padrecitos o las monjas”
Los sacerdotes tienen que saber contar con los
laicos no como ayudantes de segunda clase y los laicos tienen que formarse bien,
porque a veces tienen mucha ignorancia de los principios dela fe, la liturgia,
los sacramentos, la Biblia
La
actividad misionera de la Iglesia
El decreto comienza con las palabras “ad gentes” (hacia los
pueblos). Subraya y profundiza el carácter esencialmente misionero de la
Iglesia. La misión responde a la voluntad expresa de Dios para la salvación de
todas las personas. El decreto estudia la obra misionera que conduce a la
formación de nuevas iglesias, precisa en qué consiste la vocación de los
misioneros y cuál debería ser su formación, y traza las grandes líneas de
reorganización de toda la Iglesia en esta actividad.
Esa misión no es ya la captación de fieles para la
iglesia católica sino el conocimiento de Cristo y su mensaje y la actitud de fraternidad universal
Las
Iglesias orientales católicas
Este decreto hace hincapié en la legítima diversidad de las
iglesias locales en la unidad de la Iglesia universal, afirma la igualdad
absoluta de las iglesias locales, y proclama el derecho y el deber, para las
Iglesias Orientales, de conservar y desarrollar celosamente su patrimonio
eclesiástico y espiritual. Los derechos de los patriarcados de Oriente son
resaltados en el texto que trata, entonces, sobre las relaciones entre
católicos orientales y ortodoxos, especialmente en lo que respecta a la
posibilidad de que los ortodoxos puedan recibir los sacramentos de la Iglesia
Católica y viceversa.
Ya hablamos e que la iglesia católica tiene
diócesis originarias deleste de Europa
que desde los primeros siglos del
cristianismo tienen sus propios modos de
celebración litúrgica y ciertas diferencias en algunas normas de vida cristiana. –son parte de la Iglesia católica. Al mismo
tiempo hay otras iglesias orientales separadas de la católica. Usan el nombre
de iglesia ortodoxa. Fue el patriarca de Constantinopla que en el siglo
XI, se separó de la iglesia de Roma. Hoy están en camino de
reconciliación)
Ecumenismo
Este Decreto, que comienza con las palabras “Unitatis
redintegratio” (la restauración de la unidad), sugiere a los católicos las
ayudas, las directrices y recursos para responder al mandato divino que quiere
la unidad de su Iglesia y suscita hoy en todos los cristianos de hoy un vivo
deseo de unión. Este texto establece claramente que la acción ecuménica
comienza con la renovación de la Iglesia, en la que cada miembro debe
participar. La acción y el diálogo ecuménico no constituyen una actividad
aparte sino más bien una dimensión de todas las demás actividades. Por lo
tanto, en referencia a este decreto, hay que prestar atención a los otros
documentos conciliares que presentan efectivamente esta dimensión ecuménica. El
último capítulo de este Decreto se explica cómo la Iglesia católica considera a
las comunidades separadas de Roma, por un lado, las Iglesias de Oriente y en el
otro lado, las comunidades eclesiales de Occidente (anglicana y protestante).
El texto dice brevemente lo que tenemos en común al mismo tiempo que hace notar
los puntos de división.
Seguimos en este proceso de buscar la unión, pero existen grupos
sectarios que evitan la unión. Influyen
en ellos intereses, especialmente capitalistas
que siguen es refrán muy útil para ellos: “divide y vencerás”. Piensan que los cristianos unidos pueden
ser una fuerza contra sus intereses y
prefieren que estén separados y discutan entre ellos.
Los
medios de comunicación
Este decreto, titulado “Inter Mirifica”, estudia los medios
en sí mismos y explica cómo la Iglesia puede utilizarlos. Este texto promulgado
hacia el final de la segunda sesión, no pudo usufructuar los resultados
obtenidos con otros documentos del Concilio posteriores. La Comisión, ya
integrada, de la cual el decreto prevé su constitución, tiene una tarea muy
importante.
Se trata de procurar que los medios masivos en
poder de grandes intereses económicos no siembren la mentira, el engaño, la
sumisión de los más pobres en provecho de
poderes de la prensa, pa radio, la televisión… Es un deber de los cristianos utilizar esos
medios en defensa de los derechos
humanos, dela justicia social, de la educación, la familia y el respeto
a las naciones menos desarrolladas
Sería bueno, ustedes que leen esto, ponerse a pensar. En
mi parroquia, en el grupo
cristiano donde estoy ¿Hay interés por estos documentos, especialmente
por los que tienen más relación
con nuestra vida y actividad.
Hará falta que leamos alguno de estos documentos y lo comentemos en
comunidad?. No dejemos que el concilio se
pierda en el pasado.