Desgraciadamente en nuestras comunidades cristianas falta
bastante la conciencia de aquellas frase
de Jesús, que cita San Juan, en la oración
de la última cena: “Padre, que todos sean uno como tú y yo somos uno”. Pero
los que decimos que creemos en Jesús, somos uno cada uno… ¡y cada uno va a lo
suyo!. Estamos separados en infinitos
grupos. Asociaciones que no se entienden
con otras asociaciones, comunidades que
son sectas, porque cada una
se cree la buena y desprecia a las otras…
Esto no sucede solo entre iglesias, confesiones diferentes, sino en la misma iglesia católica. Se organizan movimientos, piadosas
asociaciones que hacen su vida aparte y no se unen ni
intercambian ni con las otras asociaciones
católicas.
Esto se suele deber a la
mala educación, a que no meditamos el evangelio,
la vida y palabra de Jesús.
Pero también
se infiltran en los grupos
cristianos unas fuerzas que manejan la
religión según sus intereses, especialmente económicos y de poder.Me detengo en
un aspecto que muchos no conocen y que tiene una influencia nefasta entre los
cristianos de América Latina.
Explica esta
situación la conocida consigna:
“divide y vencerás”. Selecciono frases del artículo publicado por Giusseppe L. Cossio Restrepo el 7 de enero, 2010.
HABLANDO SOBRE EL INFORME ROCKEFELLER
Creo que desde hace unos 40 años, desde el Concilio Vaticano II y luego la Conferencia Episcopal de Medellín, la imagen de la Iglesia Católica ha cambiado mucho en América Latina. Se puede decir que no suficientemente y estoy de acuerdo, pero ha cambiado enormemente, justamente por su acercamiento a los pobres.
Fue un camino difícil. En 1969, por ejemplo, se conoció en Estados Unidos el famoso informe Rockefeller. Rockefeller tomó conciencia de los cambios en la Iglesia y los consideró absolutamente peligrosos.
Y en 1980, un informe para la campaña presidencial de Ronald Reagan, llamado documento de Santa Fe, advirtió que la presencia de determinadas tendencias en la Iglesia y algunos textos de las conferencias episcopales latinoamericanas eran muy peligrosos para la política exterior de Estados Unidos.
Otro Analista centroamericano de Pastoral social Caritas Panamá, dice: el concilio ecuménico Vaticano II (1962) y las encíclicas Pacem in Terris (1963) y PopulorumProgressio (1967) modificaron radicalmente aquella visión de la Iglesia (la visión de una Iglesia elitista y para las elites). El encuentro de Medellín (1968) sería el punto de arranque de una nueva actitud que llevó a una generación de laicos y religiosos al compromiso con las luchas populares de América Latina.
En los cambios referidos los liberales quisieron ver un golpe de timón de la Iglesia, acorde con el tono político de la época. Nelson Rockefeller, vicepresidente de Richard Nixon, fue más inteligente. En 1968 emprendió una gira por el continente y en su informe observó que la Iglesia ya no era "un aliado seguro para Estados Unidos". Nada nuevo. "Creo que será larga y difícil la absorción de estos países por Estados Unidos, mientras sean países católicos", había dicho el presidente Teodoro Roosevelt en 1912.
El informe Rockefeller sostuvo que el catolicismo se había convertido
"en un centro peligroso de revolución potencial". En 1969 fue más
allá, asegurando que era preciso remplazar a los católicos latinoamericanos por
"otro tipo de cristianos". El magnate recomendó a su gobierno la
promoción de las llamadas "sectas" fundamentalistas que brotaban del
florido árbol pentecostal estadunidense.
( El articulista aporta unos datos que corresponden al año
2010. Cinco años después estas cifras habrán crecido):
• En
América Latina cada hora 400 personas abandonan la Iglesia Católica.
• En 1900 eran 250,000 para el año 2000 ya son 45 millones en América latina.
• En 1900 eran 250,000 para el año 2000 ya son 45 millones en América latina.
• En Guatemala aproximadamente el 30% de la población ya es evangélica.
De raíz europea, aunque virtualmente surgido a principios del siglo pasado como un movimiento de protesta de sectores negros y populares urbanos de Estados Unidos, el pentecostalismo cuestiona a las Iglesias consideradas demasiado racionalistas o "frías".
Pero luego, muchas de sus ramas degeneraron en "sectas" de conducción personalista, mesiánica y autoritaria, rasgos que son ajenos a las primeras Iglesias evangélicas o "protestantes.Sin embargo, hoy en América Latina el pentecostalismo es la expresión más extendida del protestantismo.
En su libro “Salvación o dominación. Las sectas religiosas en el Ecuador” (1986) el investigador estadunidense Tomas Bamat recuerda que Marx vio en el pentecostalismo una "...expresión de la pobreza y, al mismo tiempo, una protesta contra ella, el suspiro de la criatura agobiada, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de una época sin espíritu". Reflexión que en la interminable historia de masacres, racismo, opresión, ignorancia, humillación y analfabetismo del pueblo guatemalteco calza como anillo al dedo….
El voraz
proselitismo de las sectas a través de los más diversos métodos, incluyendo los
ilícitos desde una perspectiva cristiana. (Engaño, intereses económicos,
presión psicológica, ayuda material sólo
a sus seguidores...)
Los “Planes” de conquista evangélicos con toda una estrategia para disminuir la presencia de la Iglesia Católica y lograr engrosar las filas de las sectas fundamentalistas. Entre estos planes cabe mencionar el “Plan Amanecer”, “Ad 2000”, “Latinoamérica 2000”, “Joshua 2000”, la película “JESUS”, “Messiah 2000” por mencionar algunos de ellos que están realizando a nivel internacional o mundial. Planes que tienen un financiamiento y apoyo de organismos, fundaciones e Iglesias de los Estados Unidos.
Nelson Rockefeller, miembro del clan multimillonario de la Standard Oil y para más inri Vicepresidente de los EE.UU. con Richard Nixon, emitió en 1968 un informe asegurando que la Iglesia ya no era "un aliado seguro para Estados Unidos" en el continente americano, añadiendo que el catolicismo se había convertido "en un centro peligroso de revolución potencial" bajo la excusa de la Teología de la Liberación. Se buscaba de este modo crear una tapadera política para intentar movilizar a la administración norteamericana al servicio de los planes para controlar la poblaciónde los países pobres que viene marcándose de forma pública y notoria la Fundación Rockefeller desde hace más de tres décadas.
El Informe Rockefeller de 1969 fue más allá, asegurando que era preciso remplazar a los católicos latinoamericanos -a los que el informe declaraba "no confiables"- por "otro tipo de cristianos". La Fundación recomendó a su gobierno la promoción de las sectas neopentecostales estadunidenses, así como los mormones, los "Testigos de Jehová" e incluso la Iglesia de la Unificación, más conocida como "secta Moon", de marcado carácter anticomunista, que fue directamente apoyada por el presidente Nixon durante su mandato. El primer paso efectivo lo dio el propio Congreso estadounidense al programar un sucesivo y creciente envío de misioneros mormones para debilitar la unidad de la Iglesia Católica, y al destinar millones de dólares para que se construyeran templos mormones en toda América Latina…..
Bastará con
escribir en un buscador como Google las palabras INFORME ROCKEFELLER para encontrar
un sinnúmero de páginas que abren la posibilidad de entender lo que este
significó para la Iglesia Católica en América Latina. No es de extrañar que
algunas páginas sean tildadas de izquierdistas. Razón por demás para estar
alerta ante los calificativos que el
sistema capitalista hace a estos informes. Les llamarán por ello “comunistas
y/o marxistas” porque anticipan una mirada sobre la realidad que no le conviene
al sistema norteamericano y neocapitalista.
++++++
Hasta aquí he seleccionado algunas frases de ese documento que ustedes pueden
encontrar completo en internet, pero quisiera
ofrecer unas reflexiones que nos pueden orientar en nuestra vida de fe, de seguidores de Jesús y
nuestra actitud dialogante, ecuménica:
1.- Debemos insistir
en que ponernos en guardia contra esas infiltraciones eso no
nos debe quitar la mente y corazón abiertos
para comunicarnos con los
hermanos cristianos de otras confesiones que quieran dialogar con nosotros. Ojalá nos consideremos cada vez menos “separados”. Cada vez más hermanos unidos.
2.-Tenemos que distinguir entre la religión
cristiana y la fe cristiana.
La religión se centra
en la asistencia al templo, los
actos de culto, oraciones,ceremonias…
La fe , fuera del templo,
se centra en el amor y la
justicia hacia nuestros prójimos.
3.- Se puede pertenecer a
iglesias distintas, asistir a distintos templos… pero trabajar - evangélicos y católicos, gente de distintas
religiones– unidos por los derechos
humanos, la ayuda a los pobres, a los trabajadores, protestar contra las
injusticias de gobiernos dictadores, contra los abusos de los países poderosos que se aprovechan de las riquezas de países menos
desarrollados. Podemos juntos exigir que
los medios de comunicación defiendan la verdad y no estén a las órdenes de las agencias informativas y de los poderes
económicos que las manejan.
A eso nos mueve la fe y podemos trabajar juntos con personas
de otras religiones. El amor, la caridad, la justicia no tienen fronteras ni
templos.
4.- Entonces, aunque
seamos todos católicos, es posible que lo que nos separe no sean los actos religiosos sino nuestra
relación con la verdadera fe, con la justicia, con la riqueza y la pobreza, con las personas
marginadas, con la preocupación porque en nuestro país haya sanidad para todos
los enfermos, escuela para todos los niños, trabajo para toda persona con edad y fuerzas para trabajar… Como
dice el papa Francisco: tierra, techo y
trabajo para todos.
A míster Rockefeller le importaba un comino que cada uno
fuera a un templo u otro, que se apuntase a una iglesia u otra. Lo que le
importabaeraque, como él decía, la religión no impidiese
“movilizar a la administración norteamericana al servicio de los planes para
controlar a la población de los países pobres”
que la religión no fuera un obstáculo para sus planes egoístas
de dominación.Fíjense que Jesús
de Nazaret tampoco hablaba mucho de las
visitas al templo.
Cuando la samaritana (Juan 4,1-45) le preguntó sobre qué templo era mejor para adrar a Dios,
si el de Jerusalén o el de Samaria en el monte Garizim, Él
contestó que lo importante no era el templo: llega la hora (ya estamos en ella)en que los
adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad,porque así
quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu,y los que
adoran,deben adorar en espíritu y verdad.» Y cuando Jesús acoge a las “ovejas”, a quienes habían sido
fieles en su vida, les dice vengan benditos: porque tuve hambre y me dieron de
comer, etc…No habló de si asistían a templos ni celebraciones.