Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

Cena Ecológica, parte de la pintura de Maximino Cerezo arreglo: Ana Isabel Pérez y Martín Valmaseda

26 de marzo de 2015

MONSEÑOR ROMERO (Biografía)



 24 de marzo 1980- 2015
 Monseñor  OSCAR ARNULFO ROMERO



Oscar Arnulfo Romero nació en Ciudad Barrios el 15/08/1917; el segundo de 8 hermanos. Su padre Santos y su madre Guadalupe de Jesús.  Familia humilde, modesta. Su padre, empleado de correo y telegrafista; su madre de oficios domésticas. De niño Oscar era tímido y reservado; tuvo que interrumpir la escuela, debido a una enfermedad, a los 12 años trabajó como aprendiz de carpintero.  A los 13 años asistió a una ordenación sacerdotal, Oscar, habló con el párroco del lugar y le comunicó sus deseos de hacerse sacerdote. Un año después, Oscar entró en el seminario menor de San Miguel. Allí permaneció 7 años.  En 1937 Oscar ingresa al Seminario, en San Salvador. 7 meses después, enviado a Roma para estudiar Teología. En Roma vivió las penurias y sufrimientos causados por la Segunda Guerra Mundial.  Oscar fue ordenado sacerdote a los 25 años, en Romael 4/04/1942.   En Roma hizo tesis doctoral.    Su primera parroquia fue Anamorós, después llamado a San Miguel, donde realizó labor pastoral durante 20 años.   El 3/05/1970 recibe la notificación de haber sido nombrado Obispo, fue ordenado el 21/06/1970; fue Obispo Auxiliar de Monseñor Luis Chávez y González. Vivió en el Seminario Mayor San José de la Montaña, allí conoció y se hizo amigo del Padre Rutilio Grande.   Nombrado Obispo de la Diócesis de Santiago de María, el 15/10/1974; tomó posesión el 14/12/1974.  Ya existía la represión contra los campesinos, sindicatos, estudiantes y otros sectores populares organizados.
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En Santiago de María Monseñor Romero ve de cerca la realidad de pobreza y miseria en que vivían los campesinos y cortadores de café y caña, comenzó a entender que muchos de sus amigos ricos, que ayudaban en obras de caridad, eran los mismos que negaban a sus trabajadores un salario justo. Lo que como sacerdote conoció en San Miguel, como Obispo de Santiago de María lo comprobó.  Igual: pobreza, injusticia social, represión, que contrastaba con la vida ostentosa de pocos.  En medio de un ambiente de injusticias, represión e incertidumbre, Monseñor Romero fue nombrado Arzobispo de San Salvador, el 23/02/1977. Tenía 59 años.  Su nombramiento para muchos fue sorpresa. Se esperaba el nombramiento de Monseñor Rivera, que por muchos años fue auxiliar de Monseñor Chávez y González.  El Gobierno y oligarquía, grupos pudientes, se alegraron con el nombramiento: Romero era su candidato, esperaban que frenara el ritmo de avance pastoral y social de la Arquidiócesis.

A un escaso mes de su ministerio arzobispal, fue asesinado su amigo el Padre Rutilio Grande (12/03/1977). Este hecho impactó mucho en Romero. Recogiendo las sugerencias del Clero accede a celebrar una Misa única en Catedral como un signo de unidad de la Iglesia y de repudio a la muerte del Padre Rutilio y sus acompañantes.  Monseñor continuó la pastoral de la Arquidiócesis, dio un impulso profético nunca antes visto. Su lema: “Sentir con la Iglesia”. Fue su principal preocupación: construir una Iglesia fiel al Evangelio y al Magisterio de la Iglesia.  Romero puso la Arquidiócesis al servicio de la justicia y la reconciliación en el país. En muchas ocasiones se le pidió ser mediador en conflictos laborales. Creó la oficina de defensa de los derechos humanos, abrió las puertas de los tempos para dar refugio a los campesinos que huían de la represión y persecución en el campo, dio impulso al semanario Orientación, la radio YSAX y a la predicación liberó la palabra.
Domingo a domingo, Monseñor denunciaba las injusticias y hacía urgentes llamados a la conversión y a la paz. Su palabra era motivo de consuelo y esperanza.    A pesar de la claridad de su predicación, Monseñor, como Jesús, fue calumniado. Le acusaron de Revolucionario Marxista, de incitar a la violencia y de ser el causante de todos los males de El Salvador. Pero nunca jamás, de sus labios salió una palabra de rencor y violencia. Su mensaje fue claro. No se cansó de llamar a la conversión y al diálogo para solucionar los problemas del país.
De calumnias pasaron a amenazas de muerte. Monseñor sabía muy bien el peligro que corría. A pesar de ello nunca abandonó al pueblo. Y lo cumplió. Su vida terminó igual que la vida de los profetas y de Jesús.

Fue asesinado el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la Misa en la Capilla del Hospital La Divina Providencia (colonia Miramonte poniente, calle Bernal y Av. Toluca, 200 mts. al poniente).  
En ese mismo lugar donde fue asesinato y resucitado este martes 24 de marzo celebremos la Misa7:00 a.m.  Luego se saldrá en peregrinación hasta llegar a su tumba, ubicada en la Cripta (parte baja) de Catedral de San Salvador