Protejan los ciudadanos de El Salvador del abuso de
la compañía minera OceanaGold
Mi nombre es Héctor Antonio García
Berrios. En 2009, mis amigos Marcelo Rivera, Ramiro Rivera, y Dora Serrano
fueron asesinados brutalmente. Los tres somos activistas que nos oponemos a la
construcción de una mina en nuestra comunidad en Cabañas, El Salvador, por la
compañía minera internacional OceanaGold. Yo sigo luchando por esta causa, y
hoy te pido que apoyes a nuestra comunidad de cara a esta amenaza.
El Salvador está enfrentando una crisis
de agua limpia - más del 90% del agua superficial en nuestro país está
contaminada. Y la minería ha empeorado la crisis. El año pasado, cerca de una
mina en el este de El Salvador, se encontró que el río San Sebastián contiene 9
veces más cianuro, y 1000 veces más hierro del que es seguro para consumo
humano. No queremos estos venenos contaminando nuestra agua y nuestra tierra,
porque nos hace muy difícil alimentar a nuestras familias. Por eso estamos
dedicados a luchar esta lucha, y por eso estamos arriesgando nuestras vidas
para exigir nuestros derechos. Necesitamos urgentemente tu apoyo para proteger
a nuestra comunidad.
Por fortuna, nuestro gobierno - elegido
democráticamente por los salvadoreños - no le otorgó el permiso de explotación
minera a OceanaGold, porque la compañía no se acerca siquiera a los criterios
básicos ambientales y sociales requeridos por la ley del país. Pero OceanaGold
se ha rebajado aún más: ahora están demandando a los ciudadanos de El Salvador
por $301 millones de dólares en una corte del Banco Mundial por las teóricas
ganancias futuras que podrían haber obtenido de la mina.
El 40% de la población de nuestro país
vive en la pobreza, pero OceanaGold quiere que los contribuyentes les paguen
cientos de millones de dólares sólo porque eligieron su propio futuro.
En los últimos 5 años mi mujer, Zenayda,
y yo hemos recibido amenazas de muerte, notas anónimas, llamadas de teléfono
amenazantes en medio de la noche, asaltos a mano armada donde nos quitan
documentos importantes de algún caso. Incluso un allanamiento a primeras horas
de la mañana por atacantes desconocidos, quienes nos drogaron y se robaron la
evidencia que vinculaba a la empresa con funcionarios locales electos. Todo por
ejercer nuestro derecho de oponernos a la mina. Eso es intimidación y acoso en
su peor forma.
¡Pero nosotros tenemos el poder de
defender nuestros derechos! En este momento, un panel de tres personas en el
Banco Mundial en Washington, D.C. está decidiendo si los ciudadanos de El
Salvador serán forzados a pagar lo $301 millones de dólares a OceanaGold, por
el simple hecho de haber tomado la decisión de no tener una mina peligrosa en
nuestro patio trasero.
Únete a nuestra lucha y dile a los
miembros del Tribunal del Banco Mundial: confronta a OceanaGold, ponte del lado
de la gente de El Salvador.
Firma esta petición desde el siguiente
enlace FIRMA
Gracias,
Héctor Berrios
Movimiento Unificado Francisco
Sanchez-1932
MUFRAS-32
La Mesa Coalition
Petición para
World Bank Tribunal