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9 de abril de 2015

Declaración contra la minería



Protejan los ciudadanos de El Salvador del abuso de la compañía minera OceanaGold


 


Mi nombre es Héctor Antonio García Berrios. En 2009, mis amigos Marcelo Rivera, Ramiro Rivera, y Dora Serrano fueron asesinados brutalmente. Los tres somos activistas que nos oponemos a la construcción de una mina en nuestra comunidad en Cabañas, El Salvador, por la compañía minera internacional OceanaGold. Yo sigo luchando por esta causa, y hoy te pido que apoyes a nuestra comunidad de cara a esta amenaza.

El Salvador está enfrentando una crisis de agua limpia - más del 90% del agua superficial en nuestro país está contaminada. Y la minería ha empeorado la crisis. El año pasado, cerca de una mina en el este de El Salvador, se encontró que el río San Sebastián contiene 9 veces más cianuro, y 1000 veces más hierro del que es seguro para consumo humano. No queremos estos venenos contaminando nuestra agua y nuestra tierra, porque nos hace muy difícil alimentar a nuestras familias. Por eso estamos dedicados a luchar esta lucha, y por eso estamos arriesgando nuestras vidas para exigir nuestros derechos. Necesitamos urgentemente tu apoyo para proteger a nuestra comunidad.
Por fortuna, nuestro gobierno - elegido democráticamente por los salvadoreños - no le otorgó el permiso de explotación minera a OceanaGold, porque la compañía no se acerca siquiera a los criterios básicos ambientales y sociales requeridos por la ley del país. Pero OceanaGold se ha rebajado aún más: ahora están demandando a los ciudadanos de El Salvador por $301 millones de dólares en una corte del Banco Mundial por las teóricas ganancias futuras que podrían haber obtenido de la mina.

El 40% de la población de nuestro país vive en la pobreza, pero OceanaGold quiere que los contribuyentes les paguen cientos de millones de dólares sólo porque eligieron su propio futuro.

En los últimos 5 años mi mujer, Zenayda, y yo hemos recibido amenazas de muerte, notas anónimas, llamadas de teléfono amenazantes en medio de la noche, asaltos a mano armada donde nos quitan documentos importantes de algún caso. Incluso un allanamiento a primeras horas de la mañana por atacantes desconocidos, quienes nos drogaron y se robaron la evidencia que vinculaba a la empresa con funcionarios locales electos. Todo por ejercer nuestro derecho de oponernos a la mina. Eso es intimidación y acoso en su peor forma.

¡Pero nosotros tenemos el poder de defender nuestros derechos! En este momento, un panel de tres personas en el Banco Mundial en Washington, D.C. está decidiendo si los ciudadanos de El Salvador serán forzados a pagar lo $301 millones de dólares a OceanaGold, por el simple hecho de haber tomado la decisión de no tener una mina peligrosa en nuestro patio trasero.

Únete a nuestra lucha y dile a los miembros del Tribunal del Banco Mundial: confronta a OceanaGold, ponte del lado de la gente de El Salvador.

Firma esta petición desde el siguiente enlace FIRMA

Gracias,

Héctor Berrios

Movimiento Unificado Francisco Sanchez-1932
MUFRAS-32
La Mesa Coalition
Petición para
World Bank Tribunal