Artículo de
Religión Digital, 17 de julio de 2015 a las 18:24
Lo acusan de "haberse dejado
instrumentalizar" por Bolivia y Ecuador
Cuando solo faltan dos meses para su viaje a
Estados Unidos y luego de su denuncia contra el sistema económico mundial, el
Papa Francisco se ganó nuevos enemigos con sus recientes llamados desde
Sudamérica para que el mundo "cambie" el sistema y sus estructuras.
Numeroso conservadores estadounidenses, los
llamados "neocons", entre ellos católicos practicantes, no logran
digerir las palabras del papa cada vez que habla de economía y lo desdeñan por
considerarlo marxista y comunista.
Al volver a su natal Sudamérica al inicio de
julio, ante representantes de los movimientos populares reunidos en Bolivia,
Francisco renovó sus críticas a las desigualdades, a la "avidez desenfrenada
por el dinero", a la "dictadura sutil" que condena y esclaviza a
hombres y mujeres y al "nuevo colonialismo" enraizado con el sistema
económico.
"Queremos un cambio, un cambio real, un
cambio de estructuras. Este sistema ya no aguanta, no lo aguantan los
campesinos, no lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, ni
lo aguantan los pueblos... y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre
Tierra", clamó el pontífice.
El papa argentino pidió a las bases del mundo
una suerte de revolución, una revolución social, lo que irrita profundamente a
los estadounidenses.
"Santidad, los Estados Unidos ven esas
críticas al sistema económico como una condena a su modo de vida. ¿Qué responde
a ello?", le preguntó una periodista durante el vuelo de regreso de
Paraguay a Italia y el Vaticano.
"Lo que he dicho no es nuevo. Lo dije en
la encíclica Evangelii Gaiduim: ‘ésta economía mata'. Lo he dicho también en la
encíclica ‘Laudato Si'. No es nuevo. Se sabe. Supe que se han hecho algunas
críticas en Estados Unidos. No las he leído ni tenido tiempo para leerlas. Cada
crítica debe ser estudiada y luego iniciar el diálogo", respondió.
Para los vaticanistas, Francisco respeta
simplemente la doctrina social de la Iglesia, cuyas bases fueron lanzadas a
finales del siglo XIX por el papa León XIII, quien preconizaba salarios justos
y el derecho a organizar sindicatos, aunque rechazaba vigorosamente el
socialismo y mostraba poco entusiasmo por la democracia.
Sin embargo, todas esas críticas comienzan a pesar
sobre el viaje a Estados Unidos, que se presenta cada vez más complejo, sobre
todo después de su paso por Cuba, etapa confirmada recientemente, donde se
reunirá con Raúl Castro, quien ha demostrado una particular admiración hacia el
pontífice latinoamericano.
Para el comentador de la cadena de televisión
estadounidense Fox News, Greg Gutfeld, Francisco es hoy por hoy "el hombre
más peligroso del planeta".
El pontífice que viene del sur, que ha vivido
junto a los pobres y desheredados, que considera que la lucha contra la pobreza
y defensa del medio ambiente está profundamente entrelazada, tomó posición
sobre temas específicos, al pedir que se sustituya el petróleo y el carbón por
energías renovables, lo que naturalmente molesta al poderosa lobby del petróleo
y pone en cuestión el modelo de vida de ese país.
Al tachar a las multinacionales de ser las
"depredadoras" del planeta y de ser responsables del uso insensato de
la tierra, Francisco acumuló aún más poderosos enemigos.
Los críticos más agudos del papa lo acusan
también de haberse dejado "instrumentalizar" por los gobiernos
izquierdistas de Bolivia y Ecuador, algo a lo que al parecer no le otorga mayor
importancia.
"Todo puede ser instrumentalizado. Hay que
tener siempre en cuenta el contexto. La hermenéutica", explicó a los
periodistas.
Comentando el regalo que le hizo el presidente
Evo Morales, quien le obsequió un crucifijo de madera con la forma de la hoz y
el martillo, elaborado por el cura Luis Espinal, un jesuita de extrema
izquierda asesinado en 1980, Francisco declaró: "Para mí es arte de
protesta, no es ofensivo".
El papa mencionó a uno de los grandes artistas
argentinos de su país, León Ferrari, premiado por la Bienal de Venecia, cuya
fuerte crítica a la Iglesia católica causó gran controversia en Argentina,
generando un intenso debate sobre arte y libertad de expresión en el que estuvo
involucrado el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio.
"Es uno de la teología de la liberación.
Critica el capitalismo salvaje y rehabilitó a Gustavo Gutiérrez, el padre de
esa teología", sostiene el profesor estadounidense Mark Silk, del Trinity
College (Connecticut) en la página Religion News Service.
Juicios a los que sus allegados responden que,
desde que vivía en Buenos Aires, siempre ha sido un "teólogo del
pueblo", que defiende una justa distribución de los frutos de la tierra y
del trabajo humano.