Quieres suscribirte al blog?

Colaborando con...

24 de septiembre de 2015

Software Libre



Les compartimos un artículo de Radios Libres llamado 

¿Por qué los alumnos no usan Software Libre?

Algunas pistas para que los docentes capaciten en tecnologías.

El mes pasado tuve la suerte de compartir un taller en Mendoza, Argentina con el Colectivo de Medios Comunitarios de Cuyo. ¡Qué grandes radialistas y qué proyectos tan lindos los de estas radios Cuyum, Sin Dueño, Lechuza, Tierra Campesina, Leñera o La Mosquitera, entre otras!

Además de hablar mucho de radio y software libre, entre mate y mate, mientras instalábamos GET en las pequeñas computadoras de Conectar Igualdad, nos preguntábamos por qué los alumnos se resistían a usar Software Libre.

Para quienes no conocen este proyecto, en Argentina el Gobierno inició en 2010, como en otros muchos países de la región, un proyecto para dar pequeñas computadoras (netbooks) a los alumnos de las escuelas del país.

Las computadoras vienen con “doble booteo”, es decir, tienen dos sistemas operativos. Uno es Windows y el otro uno libre basado en GNU/Linux. De hecho, desde 2013 se viene desarrollando una distribución propia para estas computadoras llamado Huayra.

En estas reflexiones en torno al por qué no se usaba casi Huayra y los otros sistemas libres, nos preguntábamos si la culpa era del sistema educativo, de las maestras y profesores, de las estudiantes, de las computadoras o del lobby de las compañías de software. Pero fue imposible llegar a una conclusión que nos convenciera.

Lo que si es un hecho comprobado es que a muchos profesores les da “miedo” abrir las computadoras en otro programa que no sea el que ya conocen desde hace años. Sobre todo porque es posible que alguna alumna lo deje en evidencia si le pregunta algo que no sabe responder.

El problema es que algunos de estos profesores fueron formados y siguen educando en el antiguo paradigma de la educación bancaria, tal como la bautizó Paulo Freire. Son los iluminados que con su sabiduría llenan las cabezas vacías de los alumnos. Y el sistema educativo en muchos países sigue, desgraciadamente, reforzando este paradigma.

Por eso, cuando se imparten capacitaciones a los profesores para que enseñen estas nuevas herramientas tecnológicas les dan algunas pautas sobre el software en cuestión y los lanzan a la arena del aula para que enseñen lo que aprendieron. Y eso es un gran error.

Son otros tiempos. Un docente no puede saber de todo, es imposible. Y es verdad también que los alumnos, que nacieron con un smartphone en la mano, manejan las computadoras mucho mejor que sus profes que son “migrantes digitales”. Incluso, esos jóvenes, tienen una capacidad más acentuada para aprender nuevas aplicaciones y software.

Por eso, hay que reformular las actuales escuelas “que matan la creatividad” como bien propone Ken Robinson en este espectacular video.

Y en esa renovación también es conveniente revisar los programas de formación a los docentes, sobre todo a los que enseñan tecnologías. Van algunas ideas:

Metodologías más que conocimientos
Las capacitaciones a docentes debería ir dirigidas a enseñar metodologías más que explicarles cómo funciona un determinado software. Ideas sobre cómo guiar en el aula el aprendizaje porque el reto es…

Construir colectivamente el conocimiento
Debemos olvidar, de una vez por todas, que el profesor es el único que enseña algo en el aula, eso le quitará mucha presión al docente. Es ridículo imaginar que en el siglo de Internet uno enseña a muchos. Ahora son much@s enseñando a much@s. Para eso debemos comenzar por…

Cultivar la curiosidad
Convertir a las y los estudiantes en hackers[1], en ávidos investigadores que quieren saber cómo funcionan las cosas, que no se quedan con el producto terminado, si no que se preguntan por el proceso y averiguan cómo se construyó. Un grupo investigando provoca que el aprendizaje fluya en el aula pasando de ser un espacio de aprendizaje a un…

Laboratorio de experimentación
En eso debemos convertir los salones de clases. Lugares donde nos fijamos metas conjuntas, donde guiamos a los alumnos en su investigación y práctica. Y luego, poner en común todo lo aprendido. Para ello el docente debe…

Evaluar el proceso, no un producto
Quizás la alumna no consiguió poner un blog online o aprender un determinado software, pero sí aprendió en profundidad cómo configurar el blog, porque era lo que más le interesaba aprender. O quizás una alumna no fue a lo funcional del programa sino que se centró en ver el código fuente del software porque lo que quiere es programar. La meta es el desarrollo del trabajo, no una tarea concreta que lleva a un producto en particular. Para eso lo mejor es…

Distribuir responsabilidades
No todo los jóvenes tienen las mismas capacidades y los mismos intereses. Por eso crea grupos, fomenta el proceso colectivo no el trabajo individual. Y que el mismo grupo se divida las diferentes tareas. Esto ayudará a que logren…

¡Divertirse mucho!
Muchos estudiantes asocian la escuela al aburrimiento. El proceso de aprendizaje, sobre todo de las tecnologías, debe ser divertido, motivante y que deje a todos, profesoras y alumnos, con ganas de más.

¿Estás de acuerdo con estas sugerencias, tienes alguna otra que quieras compartir?
Gracias a Juan Pablo Gayá de Radio Cucyum por las ideas y la revisión del artículo. Gracias también a Fernando López, locutor argentino. Una entrevista que me hizo sobre podcast en las escuelas provocó muchas reflexiones para concluir este artículo.

[1] La voz inglesa hacker se refiere a aquellos que se interesan por abrir los aparatos para saber cómo funciona, el que no se conforma que con que algo funcione si no que quiere saber cómo funciona. Se mete dentro de los sistemas para aprender y mejorar. El “hacker malo” es un cracker.