El Vaticano inaugura
dormitorios para los “sin techo”
Gracias a los
jesuitas, que responden así al llamado del Papa Francisco de ofrecer las
propiedades religiosas a las personas necesitadas
Desde hace algunos días ya está funcionando, y la
inauguración oficial fue festejada -lejos de ojos indiscretos- la semana
pasada. El dormitorio del Papa Francisco para las personas sin techo puede
alojar hasta a 34 personas por noche. Lo comunicó con una nota la Limosnería
apostólica, que se ocupó de los gastos para arreglar y equipar los locales.
“Desde hace casi una semana, en la Calle de los
Penitencieros, cerca del Hospital Santo Espíritu, se abrió un nuevo dormitorio
para las personas sin techo. El jueves 7 de octubre, en la memoria litúrgica de
la Beata María Virgen del Rosario, y después fue inaugurado oficialmente con la
bendición de los locales y con la santa misa”, celebrada por el Limosnero
apostólico, el obispo Konrad Kraiweski, en la que participaron los primeros
huéspedes y voluntarios de la estructura.
El amplio local se encuentra en zona extra-territorial.
Hasta hace pocos meses era utilizado por una agencia de viajes, y fue ofrecido
al Papa por la Casa Generalicia de la Compañía de Jesús. De esta manera la
comunidad de los jesuitas respondió al llamado de Bergoglio, que en octubre de
2013 había pedido que se ofrecieran las propias propiedades a las personas
necesitadas y en dificultades.
“El dormitorio -se lee en el comunicado- lleva el nombre
de Don de Misericordia. Don, porque es un verdadero don de la comunidad
religiosa; de Misericordia, porque misericordia es el segundo nombre del amor
que se expresa a través de gestos concretos y generosos hacia el prójimo”.
La estructura puede alojar durante la noche hasta a 34
personas, y se ocupan de ella las monjas de Madre Teresa de Calcuta, como
también de las otras estructuras que existen en Vía Rattazzi, cerca de la
Estación Términi, y en San Gregorio.
“Un reglamento ayuda a la buena gestión de la acogida:
una entrevista previa con las monjas para la aceptación y el registro de los
que que piden alojamiento (en la Casa Don de María en el Vaticano); pueden
pernoctar durante, máximo, treinta días; un horario preciso que regula los
tiempos de entrada al dormitorio (de las 18.00 a las 19.00), del apagamiento de
las luces y del reposo, del despertador (a las 6.15), de la limpieza personal,
del arreglo de la propia cama y armario, y del cierre de la Casa (a las 8.00)
para su reordenación y limpieza general”.
Las personas alojadas por la noche pueden beneficiarse de
la cena ofrecida en el comedor del Don de María y luego dirigirse al
dormitorio, del desayuno preparado en el mismo local del dormitorio, antes de
salir de él, y del servicio de duchas que lleva tiempo en funciones bajo la
columnata de la Plaza San Pedro.
“Todas las obras -concluye el comunicado- fueron seguidas
y financiadas por la Limosnería apostólica, es decir mediante las ofrendas que
provienen de la distribución de los pergaminos con la Bendición apostólica y de
las generosas aportaciones de las personas privadas. Además, la Limosnería,
junto con las monjas de Madre Teresa, se compromete en el sostén económico de
todas las actividades del dormitorio”.
Vale la pena recordar que desde 1988 dentro del Vaticano,
justamente en la Casa de acogida Don de María, existen a disposición también 50
camas para que puedan dormir mujeres sin hogar; por lo menos treinta duermen
allí regularmente. Con la nueva estructura, las camas para personas sin techo
en el Vaticano son 84 en conjunto.