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22 de octubre de 2015

Que cunda el ejemplo



El Vaticano inaugura dormitorios para los “sin techo”

Gracias a los jesuitas, que responden así al llamado del Papa Francisco de ofrecer las propiedades religiosas a las personas necesitadas

Desde hace algunos días ya está funcionando, y la inauguración oficial fue festejada -lejos de ojos indiscretos- la semana pasada. El dormitorio del Papa Francisco para las personas sin techo puede alojar hasta a 34 personas por noche. Lo comunicó con una nota la Limosnería apostólica, que se ocupó de los gastos para arreglar y equipar los locales.

“Desde hace casi una semana, en la Calle de los Penitencieros, cerca del Hospital Santo Espíritu, se abrió un nuevo dormitorio para las personas sin techo. El jueves 7 de octubre, en la memoria litúrgica de la Beata María Virgen del Rosario, y después fue inaugurado oficialmente con la bendición de los locales y con la santa misa”, celebrada por el Limosnero apostólico, el obispo Konrad Kraiweski, en la que participaron los primeros huéspedes y voluntarios de la estructura.


El amplio local se encuentra en zona extra-territorial. Hasta hace pocos meses era utilizado por una agencia de viajes, y fue ofrecido al Papa por la Casa Generalicia de la Compañía de Jesús. De esta manera la comunidad de los jesuitas respondió al llamado de Bergoglio, que en octubre de 2013 había pedido que se ofrecieran las propias propiedades a las personas necesitadas y en dificultades.

“El dormitorio -se lee en el comunicado- lleva el nombre de Don de Misericordia. Don, porque es un verdadero don de la comunidad religiosa; de Misericordia, porque misericordia es el segundo nombre del amor que se expresa a través de gestos concretos y generosos hacia el prójimo”.

La estructura puede alojar durante la noche hasta a 34 personas, y se ocupan de ella las monjas de Madre Teresa de Calcuta, como también de las otras estructuras que existen en Vía Rattazzi, cerca de la Estación Términi, y en San Gregorio.

“Un reglamento ayuda a la buena gestión de la acogida: una entrevista previa con las monjas para la aceptación y el registro de los que que piden alojamiento (en la Casa Don de María en el Vaticano); pueden pernoctar durante, máximo, treinta días; un horario preciso que regula los tiempos de entrada al dormitorio (de las 18.00 a las 19.00), del apagamiento de las luces y del reposo, del despertador (a las 6.15), de la limpieza personal, del arreglo de la propia cama y armario, y del cierre de la Casa (a las 8.00) para su reordenación y limpieza general”.

Las personas alojadas por la noche pueden beneficiarse de la cena ofrecida en el comedor del Don de María y luego dirigirse al dormitorio, del desayuno preparado en el mismo local del dormitorio, antes de salir de él, y del servicio de duchas que lleva tiempo en funciones bajo la columnata de la Plaza San Pedro.

“Todas las obras -concluye el comunicado- fueron seguidas y financiadas por la Limosnería apostólica, es decir mediante las ofrendas que provienen de la distribución de los pergaminos con la Bendición apostólica y de las generosas aportaciones de las personas privadas. Además, la Limosnería, junto con las monjas de Madre Teresa, se compromete en el sostén económico de todas las actividades del dormitorio”.

Vale la pena recordar que desde 1988 dentro del Vaticano, justamente en la Casa de acogida Don de María, existen a disposición también 50 camas para que puedan dormir mujeres sin hogar; por lo menos treinta duermen allí regularmente. Con la nueva estructura, las camas para personas sin techo en el Vaticano son 84 en conjunto.