Por cuarto año consecutivo, se realiza el
encuentro “AguAnte la Vida”:
Se fortalecen las redes territoriales en
defensa del agua y la vida
Durante dos días, más de 40
organizaciones socioambientales y de pueblos indígenas, desde Arica a la
Araucanía, se reunieron para compartir experiencias, conocimientos y
estrategias para fortalecer los procesos de defensa y recuperación del agua en
sus territorios.
El sábado 7 y domingo 8 de noviembre, en
Santiago, se llevó a cabo el 4to Encuentro Interregional de organizaciones
socioambientales Aguante la Vida, organizado por el Observatorio
Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA en alianza con el Observatorio
de Conflictos Mineros de América Latina OCMAL. La iniciativa, que busca el
intercambio y articulación de territorios impactados por megaproyectos
extractivos, es considerada por sus asistentes como una posibilidad
privilegiada de formación y proyección estratégica de las diversas luchas.
En esta oportunidad el Encuentro enfatizó
el rol protagónico de las organizaciones presentes en la defensa y recuperación
del Agua y la Vida: en la instalación de nuevos temas en la agenda pública, en la
valoración del agua como bien común y no más como objeto de lucro, el fracaso
del extractivismo y la necesidad de transitar a otros paradigmas de desarrollo,
la urgencia de proteger la semilla contra iniciativas como el TPP y la ley
Monsanto, el imperioso bloqueo al decreto ley 701 para frenar el monocultivo
forestal que está desertificando el centro sur de Chile, la necesidad de contar
con una participación ciudadana vinculante, de manera de poder decidir lo que
queremos y lo que no en nuestros territorios.
Además, se procuró la socialización de
diversas herramientas de trabajo comunicacional en miras a superar problemas
crónicos como el cerco informativo, la manipulación mediática y la
desvalorización y la estigmatización que sufren las y los defensores de los
bienes comunes.
La actividad culminó con acuerdos e
iniciativas que dan cuenta de la comprensión de que las amenazas que enfrenta
cada lugar en particular frente a un proyecto energético, agroalimentario,
minero o forestal; no son fruto de la mala suerte ni del azar, sino que son
parte de una política desenfadada de hipotecar el futuro colectivo en beneficio
de un presente codicioso y cortoplacista promovido por un grupo de
transnacionales que, a costa de corrupción y asistencialismo, están depredando
aceleradamente la casa común.