REACCIÓN FRENTE A LOS ANTENTADOS DE PARIS
Amigos: Lo "normal" es arremeter sin
pensar más allá contra los criminales autores del horror y la
tropelía encerrándolos a todos
en un común denominador. Es más de lo mismo del ambiente social y comunitario
en el que hemos vivido y crecido.
Si para
mayor sencillez y comprensión, los que no somos muy entendidos en política
bajamos al pequeño grupo que nos rodea, creo que es mejor profundizar en el por
qué recibimos un zarpazo sin que venga a cuento en ese momento y en el por qué
hay personas permanentemente con una espada levantada en su mano. Es difícil
responder bien por mal como solución a un conflicto sin que venga por delante
el habérselo hecho "pagar". Qué difícil está siendo para mí
últimamente posicionarme en un partido o en otro, sabiendo que tienen que
gobernar para todos y no solamente para mis convicciones. Qué difícil ponerme
de parte de un centro que pueda inclinarse hacia un lado que no me guste... Qué
difícil abstenerme y no hacerme partícipe en una sociedad que quizá se pueda
cambiar si yo me "mojo" (¿sólo se puede creer en esto cuando se es
joven?).
Después de todo este preámbulo, os cuento que
pese a no gustarme "ver" a Pablo Iglesias (1) expresándose,
generalmente, por la forma de hacerlo, ayer reconocí que contra la oleada de
"a por ellos" que se respira, su actitud, seguro impopular, que le
quiere catalogar a favor de la violencia y justificación del terrorismo, fue de
una valentía y una profundidad encomiable si no nos quedamos fijos en la
sensación de repugnancia de la que inevitablemente todos somos partícipes. Las reflexiones
espirituales que a veces os mando tienen mucha relación a la hora de aplicarlo
también en la política. Nadie duda que lo acontecido en París se trata de una
locura más que de "buenos" o "malos".
¿Alguien ha conocido de cerca a un enfermo
mental? Cuando está dispuesto a actuar con violencia, ¿hay que dispararle o como
dicen los entendidos hablarle con suavidad intentando que no se sienta
agredido?. ! Qué difícil que alguien te haya podido entender, Pablo Iglesias!
Creo que vas a seguir cosechando más bajadas de votos. Para los más eruditos os
envío estos escritos de intelectuales que expresan con más precisión desde el
análisis político lo que os he querido
comunicar. Pero yo también os estoy hablando desde mis "tripas"
aunque sean otras de las que indicaba anoche Pablo.
Mary Cruz Valmaseda
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(1).- (Pablo
Iglesias del parido “podemos” dice que está con el pueblo Francés pero en
contra de actitudes de políticos que
utilizan los atentados como campaña electoralista y con reacciones violentas)
¿Por qué es odiado
Estados Unidos?
Robert Bowman
Robert Bowman
Una voz profética: nos odian porque hacemos cosas odiosas
Carta abierta del obispo de Melbourne Beach (Florida), Robert Bowman al
entonces presidente Bill Clinton, que
ordenó el bombardeo de Nairobi y Dar es-Salam, donde las embajadas
norteamericanas habían sido atacadas por el terrorismo. La carta, muy actual,
fue publicada en el National Catholic Reporter del 2 de octubre de 1998 con el
título: ¿Por qué es odiado Estados Unidos?
(Why the US is hated? ) y dice así:
(Why the US is hated? ) y dice así:
«Usted ha dicho que somos blanco de ataques
porque defendemos la democracia, la libertad, los derechos humanos. ¡Eso es
absurdo! Somos blanco de terroristas porque, en buena parte del mundo, nuestro
gobierno defiende la dictadura, la esclavitud y la explotación humana. Somos
blanco de terroristas porque nos odian. Y nos odian porque nuestro gobierno
hace cosas odiosas. ¡En cuántos países agentes de nuestro gobierno han
destituido a líderes escogidos por el pueblo cambiándolos por dictaduras
militares fantoches que querían vender su pueblo a sociedades multinacionales
norteamericanas!
Hemos hecho eso en Irán, en Chile y en
Vietnam, en Nicaragua, y en el resto de las «repúblicas bananeras» de América
Latina. País tras país, nuestro gobierno se opuso a la democracia, sofocó la
libertad y violó los derechos del ser humano. Esta es la causa por la cual nos
odian en todo el mundo. Por esta razón somos blancos de los terroristas.
En vez de enviar a nuestros hijos e hijas
por el mundo a matar árabes y obtener así el petróleo que hay bajo su tierra,
deberíamos enviarlos a reconstruir sus infraestructuras, beneficiarlos con agua
potable, alimentar a los niños en peligro de morir de hambre. Esta es la
verdad, señor Presidente. Esto es lo que el pueblo norteamericano debe
comprender».
La respuesta acertada no era combatir
terror con terror a Bush, sino con solidaridad. Miembros de las asociaciones de
víctimas de las Torres Gemelas fueron a Afganistán para fundar asociaciones de
ayuda para que el pueblo saliese de la miseria. Mediante esta humanidad es como
se anulan las causas que llevan al terrorismo
¿QUIÉN CREÓ EL RADICALISMO
ISLÁMICO? ¿DÓNDE ESTÁ LA DEFENSA DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN?
26 feb 2015
Vicenç
Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Uno de
los analistas más rigurosos y creíbles del mundo islámico ha sido el palestino
Edward Said, profesor de la Columbia University de Nueva York, que falleció
hace ya unos años. Tuve la oportunidad de asistir a muchas de sus conferencias
y leí gran parte de sus libros, que aconsejo sistemáticamente a mis estudiantes
para que aprendan sobre un tema de gran importancia y relevancia: la evolución
de la cultura musulmana. España es, por cierto, parte de esta historia.
En contra de la imagen frecuentemente presentada por el nacionalcatolicismo
todavía imperante en España, esta cultura musulmana benefició enormemente a
España, habiendo introducido muchos elementos positivos en la cultura ibérica,
desde la explotación agrícola a las áreas de medicina y del conocimiento en
general.
Uno de
los hechos más característicos de nuestros tiempos es el reciente radicalismo
existente en grandes sectores del mundo musulmán. Y para entenderlo deberíamos
conocer cómo y dónde se originó este radicalismo imbuido de un fundamentalismo
religioso. Muchos de estos movimientos surgieron de países que fueron colonias
de imperios radicados en su mayoría en Europa. E incluso cuando estos países no
fueron colonia, estuvieron claramente dominados por países basados en sistemas
imperiales europeos.
En todos
ellos –fueran o no colonias- aparecieron, después de la II Guerra Mundial,
fuerzas progresistas que representaron una amenaza para los intereses
económicos y políticos que sostenían las estructuras de poder existentes en
tales países. Fueron precisamente aquellos grupos que se beneficiaban de esas
estructuras los que establecieron y apoyaron a los islamistas radicales, todos
ellos fundamentalistas religiosos, que se opusieron por todos los medios a las
fuerzas progresistas (la mayoría laicas) que querían transformar aquellas
sociedades musulmanas. El caso de Al Qaeda es un claro ejemplo. No se conoce
suficientemente que Osama bin Laden fue en sus inicios financiado por Arabia
Saudí (uno de los regímenes más oprimentes existentes hoy en el mundo), y por
la CIA de EEUU, para oponerse a las reformas lideradas por el Partido Comunista
Afgano. Y todavía hoy Arabia Saudí y Qatar (promovido en la camiseta del
Barça), así como otros países del Golfo Pérsico, son los que ayudan
financieramente a la rama del islam conocida por wahabismo, una de las sectas
más fundamentalistas y beligerantes del islamismo. Sin dicha ayuda y la ayuda
en aquellos momentos de los gobiernos británico, francés y estadounidense,
estos movimientos profundamente antisocialistas no hubieran alcanzado su actual
extensión. Incluso el Estado Islámico (EI) fue financiado en sus principios por
EEUU, Reino Unido y Francia, además de Arabia Saudí y Qatar, que continúan
financiándolos.
El
desconocido caso de Indonesia
Otro caso
menos conocido es lo que ha ocurrido en el país musulmán más poblado del mundo:
Indonesia. En este país surgió uno de los movimientos más progresistas en el
mundo islámico, liderado por el Presidente Sukarno. Ayudó a establecer el
movimiento internacional de Países No Alineados (en colaboración con el
presidente Nehru de la India). Los gobiernos de Australia, Reino Unido, Francia
o EEUU, entre otros, se movilizaron para pararlo y destruirlo, junto con los
grupos islámicos más reaccionarios en aquel país, que fueron financiados por
todas las fuerzas que se opusieron al gobierno progresista. En el año 1965 tuvo
lugar un golpe militar, al que apoyaron todas aquellas fuerzas reaccionarias,
imponiendo uno de los regímenes más represivos que se hayan conocido en aquel continente,
dirigido por el general Suharto. Se calcula que entre 500.000 y un millón de
personas fueron asesinadas. Como bien ha dicho uno de los intelectuales
musulmanes mas respetados hoy, Ziauddin Sardar, “no es que el imperialismo
occidental se aliara con las facciones más radicales y fundamentalistas. En
realidad, las establecieron”. De todo esto el lector ha leído muy poco o nada
(para mayor expansión, ver Andre Vltchek, “Who Should be Blamed for Muslim
Terrorism?”, CounterPunch, January 9-11,2015).
Otro
silencio: la movilización francesa a raíz de Charlie Hebdo
La
impresionante movilización en Francia a raíz de la protesta frente a los
asesinatos de los humoristas de la revista Charlie Hebdo se ha presentado
también de una manera sesgada y parcial. La justa y necesaria protesta que ha
habido en Francia ha sido en defensa de la libertad de expresión, que se
confunde frecuentemente con la defensa y apoyo de la postura profundamente
ofensiva hacia el mundo musulmán que ha aparecido en tal semanario. En realidad,
cualquier persona demócrata debería considerarse ofendida por un tratamiento
tan insultante hacia una minoría profundamente discriminada en Francia. La
función histórica de las revistas satíricas ha sido ridiculizar al poder, no a
los oprimidos o excluidos, como es hoy la población musulmana en Francia. La
caricatura de Mahoma era antimusulmana, antimujer y anti Estado del Bienestar
(ridiculizando los programas de asistencia pública a las personas excluidas y a
las mujeres embarazadas musulmanas en Francia), repugnante en extremo. Decir
esto no es, como la derecha maliciosamente intentará tergiversar, justificar el
horrible asesinato, que merece todo tipo de condena.
Pero hay
también que denunciar la enorme hipocresía del establishment mediático y político
europeo, incluyendo el francés. La supuesta defensa de la libertad de expresión
es limitadísima e inexistente no solo en Francia, sino también en los países
que estaban representados en las manifestaciones por sus dirigentes, como es el
caso de España (en la que el gobierno del Sr. Rajoy había llevado a los
tribunales a un humorista español por ridiculizar al partido gobernante, el PP,
hacía solo un par de semanas).
En la
misma Francia parece haberse olvidado la enorme represión que tuvo lugar
durante la guerra de Argelia, cuando en una manifestación de 30.000 ciudadanos
franceses de ciudadanía argelina en octubre de 1961, miles de ellos (10.000)
fueron detenidos en las calles de París, y cerca de 200 fueron asesinados. Y en
Francia, dicha libertad de expresión es también limitada cuando las autoridades
consideran que un mensaje publicitado puede crear disturbios, lo cual ha
ocurrido frecuentemente en movimientos ciudadanos en protesta por los ataques
del gobierno de Israel a la población palestina (como sucedió durante las
masacres llevadas a cabo por las fuerzas armadas israelíes en la Franja de
Gaza). Y la lista es enorme. Y no digamos aquí, en España, donde la represión
ha alcanzado unos niveles nunca antes vistos durante el periodo democrático.
Dos últimas
observaciones. Una es que las fuerzas que han apoyado con mayor contundencia
las movilizaciones en contra de los asesinatos han sido las derechas. En
España, El País, bajo la dirección del Sr. Antonio Caño, una persona
profundamente conservadora, ha presentado tales manifestaciones como una
victoria frente al radicalismo musulmán (ver “La interpretación neoliberal de
EEUU que aparece en los medios españoles: el caso el corresponsal de El País
en Washington”. El Viejo Topo, diciembre de 2011). La realidad, sin
embargo, muestra lo contrario. Dichas movilizaciones, que atemorizaron a la
población musulmana en Francia, fueron una gran victoria para los radicales
musulmanes, que deseaban el enfrentamiento de las dos comunidades, de manera
que ellos pudieran presentarse como los héroes en defensa del Islam. Y así ha
ocurrido. Por todas partes en el mundo musulmán ha habido manifestaciones
contra Francia y contra el mundo occidental, y a favor de los “mártires”. Y a
eso le llaman victoria. En lugar de aislar a los radicales dentro del mundo
musulmán, les han dado la oportunidad de presentarlos como sus defensores.
Una segunda observación. Hay pruebas más que
suficientes para ver que las posturas defendidas por los establishments
europeos sobre el mundo musulmán están profundamente equivocadas. Como bien ha
indicado el periodista que, a mi parecer, conoce mejor el mundo musulmán,
Patrick Cockburn, hoy el EI y otros movimientos radicales no tendrían la fuerza
que tienen si no hubiera sido por las intervenciones occidentales, incluyendo
las europeas, en Irak, en Libia y en Siria, intervenciones que crearon, además
de un vacío de poder, las condiciones para que estas fuerzas crecieran y se
expandieran