Historias bíblicas
de ayer
que se repiten
hoy
Sacrificio o comida
Existen dos
palabras que marcan la visión de las personas sobre lo que
se conoce por culto religioso. Cómo nos relacionamos con
Dios en nuestras reuniones de
creyentes.
Podríamos abordar otras religiones pero
nos vamos a centrar en las que dependen de la
Biblia, el libro que orienta
nuestra vida y las celebraciones donde
sentimos presente a Dios.
Nos podemos hacer esta
pregunta :
Quienes se reúnen en nombre ese Dios, al que primero llamaban
(pronunciado “Yahv”) y más tarde: “Dios” o “padre nuestro” ¿Qué
modo tienen de comunicarse tienen
con él?
Cuando esa relación es personal hablamos de oración. Pero cuando se trata de una colectividad ¿cómo se expresa la comunicación con la divinidad?
Siguiendo nuestra costumbre en estos artículos de comparar el ayer con el hoy, será fácil colocar el ayer
en lo que llamamos “Antiguo testamento”. Y el hoy en el “Nuevo”
AYER
Si buscamos en la vida
de los
patriarcas: Abraham… Moisés…,de los
profetas: Isaías, Jeremías… Oseas etc., de
las personas piadosas que en torno a
ellos buscaban a Yahvé, los servidores del templo, se
comunicaban por los SACRIFICIOS, que
consisten en sacralizar, en hacer sagradas muchas realidades de nuestra vida: Una oveja, un toro en aquellos pueblos de pastores
se convertían en sagrados cuando se los ofrecía en sacrificio
a Dios sobre unas piedras que se
levantaban formando un altar.
En los primeros tiempos de su culto a Dios, aquellas tribus llegaron a ofrecer sacrificios humanos.
La historia de Abraham
subiendo al monte para sacrificar
(matar) a su hijo Isaac recuerda muchos
casos de sacrificios humanos en distintas civilizaciones.
En Israel, llegó un momento en que su religión
se fue humanizando.
El Espíritu del Señor vino sobre Jefté, quién recorrió Galaad y Manasés,
pasó a Mispá de Galaad y de allí marchó contra los amonitas. Entonces hizo esta promesa al Señor:
—Si entregas a los amonitas en mi poder, el primero que salga a recibirme a la puerta de mi casa, cuando vuelva victorioso de la campaña contra los amonitas, será para el Señor, y lo ofreceré en holocausto.
Luego marchó a la guerra contra los amonitas. El Señor se los entregó: los derrotó… . Fue una gran derrota, y los amonitas quedaron sometidos a Israel.
Jefté volvió a su casa de Mispá. Y fue precisamente su hija quien salió a recibirlo, con panderetas y danzas; su hija única, porque Jefté no tenía más hijos o hijas. En cuanto la vio, se rasgó la túnica gritando:
—¡Ay hija mía, qué desdichado soy! Tú eres mi desdicha, porque hice una promesa al Señor y no puedo volverme atrás.
: Ella le dijo:
—Padre, si hiciste una promesa al Señor, cumple en mí lo que prometiste, ya que el Señor te ha permitido vengarte de tus enemigos…….
….Su padre cumplió con ella el voto que había hecho. ..
Pero como decíamos, aquella religión primitiva se fue humanizando. Limitaron los sacrificios a ofrendas de
animales y frutos del campo. Así en el
Antiguo Testamento se citan ofrendas
animales domésticos, de pan, alimento
base para el pueblo (como el maíz hoy
en Latinoamérica) era fuerza para
los profetas caminantes y para el pueblo peregrino.
El pan, el vino, los pescados y las verduras eran símbolos menos religiosos, más a ras de tierra.
Eran la comida de los humanos pero también objetos de sacrificio.
Todo eso proviene de que el dios
en las religiones primitivas era
un ser que daba miedo, que guardaba en su seno las tormentas, los
rayos, las inundaciones y había que aplacarle ofreciéndole víctimas para que no se enojase.
(Todavía hoy cantamos en nuestras celebraciones:
“Perdona a tu pueblo Señor... no estés eternamente enojado”)
Es una
visión de la humanidad primitiva mirando al cielo donde Yahvé esperaba los sacrificios del sacerdote con
el pueblo temeroso a cierta distancia.
Así nos es
fácil dar el paso, saltando páginas, hasta llegar al Nuevo Testamento, que para nosotros
ahora es el
hoy
Y ¿qué descubrimos?.
En vez de un
sacerdote ante el altar de los sacrificios en el templo nos encontramos con un galileo,
carpintero, en un pueblo casi
desconocido, que ha sido educado en la
religión de Yahvé; pero que se asoma poco por el templo y pone condiciones a los que quieren ofrecer
sacrificios. Les dice (Mt.5,23):
Si mientras llevas tu ofrenda al altar te
acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja
la ofrenda delante del altar, ve primero a reconciliarte con tu hermano y
después vuelve a llevar tu ofrenda.
Y aún más tajante
(Mt 9, 13): Vayan y aprendan lo que significa: ``MISERICORDIA
QUIERO Y NO SACRIFICIO"; porque no he venido a llamar a justos, sino a
pecadores.
Ese Jesús que no era sacerdote, que ponía condiciones a los solemnes
sacrificios, era despreciado por los
hombres religiosos.
En vez de ese culto religioso andaba
por calles, y campos. Entraba en cualquier casa
para compartir la comida con
gente importante o con personas
mal vistas en aquella sociedad. Por ello lo criticaban y se
defendía (Mt 11,19):
``Tiene un demonio. Vino
el Hijo del Hombre, que come y bebe, y dicen: ``Miren, un hombre glotón y
bebedor de vino, amigo de recaudadores de impuestos y de pecadores. Pero la
sabiduría se justifica por sus hechos.
Aquí nos encontramos con una contradicción entre el
ayer y el hoy.
En la religión de la que llamamos antiguo testamento la relación
con Dios se apoyaba en los sacrificios a veces sangrientos.
Al aparecer Jesús de Nazaret, quiso superar esa religión para transformarla en comida,
en comunidad y en comunión.
La pregunta que dejo sobre la mesa para quien quiera pensar es:
La pregunta que dejo sobre la mesa para quien quiera pensar es:
¿En este siglo
XXI tan evolucionado, si ustedes dicen que siguen al profeta carpintero de Nazaret, ¿cómo expresan su fe?
Entre dos imágenes que les presento, encontrarán dos columnas de palabras. Pueden pensar cuáles de esas palabras están más de acuerdo con el culto religioso que ustedes realizan, el del ayer bíblico o el del hoy del evangelio.
Entre dos imágenes que les presento, encontrarán dos columnas de palabras. Pueden pensar cuáles de esas palabras están más de acuerdo con el culto religioso que ustedes realizan, el del ayer bíblico o el del hoy del evangelio.
Ayer lo importante era | Hoy lo importante es | |
El templo | 1 | La gente |
El altar | 2 | La mesa |
El sacerdote> | 3 | La comunidad> |
(Uno celebra los otros asisten) | + | (Todos celebran algunos presiden) |
El sacrificio (ofrenda) | 4 | La comida de fiesta (memoria) |
Las ceremonias y objetos | 5 | La unidad y amistad |
Mirar al cielo, cerrar los ojos | 6 | Abrir los ojos a la realidad |
Ofrecer dones a Dios | 7 | Partir el pan, compartir la vida |
Fidelidad a los ritos | 8 | Fidelidad al prójimo |
EXPLICAMOS CADA
PUNTO:
1
¿Mi religión se encierra en el templo o se abre en el
trato y la buena relación con las
personas?
2
En la celebración de la
eucaristía ¿me coloco con temor
respetuoso ante un altar o confiado cerca de la mesa
que nos reúne fraternalmente?
3
En las celebraciones ¿quién
atrae más mi atención: es el sacerdote que “dice” la misa que yo voy a “oír” o es la
comunidad toda que se reúne a celebrar junto al que preside?
4
¿Sigo llamando a la misa el
“santo sacrificio” o escucho
a Jesús que dijo “hagan esto en memoria mía” y me siento en una fiesta que celebramos los amigos con
Jesús presente?
5 ¿Considero lo más importante las ceremonias, los objetos litúrgicos, las vestiduras… o siento viva la amistad de quienes allí nos reunimos.
6 En esas celebraciones ¿mis ojos se dirigen al cielo, los cierro piadosamente… o abro bien mis ojos para ver lo que allí se celebra y la gente que está a mi lado?
7 ¿Siento que estoy allí haciendo una ofrenda a Dios que está por encima de mí o encuentro a Jesús en el partir el pan, en compartir mi vida con las personas que allí están?
5 ¿Considero lo más importante las ceremonias, los objetos litúrgicos, las vestiduras… o siento viva la amistad de quienes allí nos reunimos.
6 En esas celebraciones ¿mis ojos se dirigen al cielo, los cierro piadosamente… o abro bien mis ojos para ver lo que allí se celebra y la gente que está a mi lado?
7 ¿Siento que estoy allí haciendo una ofrenda a Dios que está por encima de mí o encuentro a Jesús en el partir el pan, en compartir mi vida con las personas que allí están?
8 Y resumiendo, ¿en mis reuniones cristianas quiero ser fiel a los ritos que allí se
realizan o mi fidelidad está en la frase
del Nazareno: en esto conocerán
que son mis discípulos…
Para terminar, ¿lo que llamo religión es
una serie de sacrificios y ceremonias
semejantes a lo que encontramos en el ayer de la Biblia o es más semejantes al hoy de la
comunión humana al estilo de Jesús, lo
que nos cuenta el apóstol Santiago y lo que esta pintura refleja.
(Santiago 2,2)
Supongamos que cuando ustedes están reunidos
entra uno con anillos de oro y traje elegante, y entra también un pobre
andrajoso; 2,3: y ustedes fijan la mirada en el de traje elegante y le dicen:
Siéntate aquí en un buen puesto; y al pobre le dicen: Quédate de pie o siéntate
allí, en el suelo, 2,4: ¿no
están haciendo diferencias entre las personas y siendo jueces malintencionados?
(Sant.1,27) Una religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre consiste en cuidar de
huérfanos y viudas en su necesidad y en no dejarse contaminar por el mundo.