Síntesis de palabras del Papa Francisco en su visita a
México en radio progreso (emisora de los jesuitas de Honduras)
Si la semana pasada estuvo centrada y acaparada por la
elección de la nueva Corte Suprema de Justicia, esta lo ha estado por el viaje
del Papa Francisco a México. Todos son
distintos aunque tenga un objetivo común: llevar la Buena Nueva de Jesús a
todos los países, culturas, religiones y creencias. Aunque las problemáticas, contextos, retos y
desafíos específicos sean diferentes debido a la idiosincrasia de los países e
iglesias sirven para clarificar la cercanía o distancia existente entre las
realidades eclesiales y sociales respecto al “Proyecto de Iglesia del Papa
Francisco.
Por razones de espacio vamos a subrayar algunos de los
mensajes diversificados que ofreció durante su estancia:
Al Presidente de la República: "Cada vez que
buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del
bien de todos, tarde o temprano la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil
para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes,
la violencia e incluso el tráfico de personas, el secuestro y la muerte".
Al Episcopado mexicano: "La proporción del fenómeno
(del narcotráfico), la complejidad de sus causas, la inmensidad de su extensión
(...) la gravedad de la violencia que disgrega y sus trastornadas conexiones,
no nos consienten a nosotros, pastores de la Iglesia, a refugiarnos en condenas
genéricas, sino que exigen un coraje profético".
Misa en Ecatepec: "Hacer de esta bendita tierra
mexicana una tierra de oportunidad (...) Donde no haya necesidad de emigrar
para soñar, donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar". México debe ser "una tierra que no tenga
que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en
las manos de los traficantes de la muerte".
Misa en San Cristóbal de las Casas: "Muchas veces,
de modo sistemático y estructural, sus pueblos (indígenas) han sido
incomprendidos y excluidos de la sociedad. (...) En esto ustedes tienen mucho
que enseñarnos, que enseñar a la humanidad. Sus pueblos saben relacionarse
armónicamente con la naturaleza. . Qué bien nos haría a todos hacer un examen
de conciencia y aprender a decir: ¡Perdón!".
Misa en Morelia, Michoacán: "¿Qué tentación nos
puede venir de ambientes muchas veces dominados por la violencia, la
corrupción, el tráfico de drogas? (...) Frente a esta realidad nos puede ganar
una de las armas preferidas del demonio: la resignación". Jesús "nunca nos invitaría a ser
sicarios".
En la Cárcel estatal: "A veces pareciera que las
cárceles se proponen incapacitar a las personas a seguir cometiendo delitos más
que promover los procesos de rehabilitación (...) El problema de la seguridad
no se agota solamente encarcelando".
Misa en Ciudad Juárez: “Los indocumentados andan "un
camino cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados,
extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico de
humanos y la trata de personas".
"¡Y qué decir de tantas mujeres a quienes se les ha
arrebatado injustamente la vida! (...) ¡No más muerte y explotación!".
Es muy difícil resumir la gran riqueza del magisterio del
Papa Francisco en cada uno de sus viajes, discursos, entrevistas y encuentros
con todo tipo de personas e instituciones.
Es una pequeña muestra que nos invita, más que nada, a hacernos un
autoexamen para ver cuán cerca estamos de su “proyecto de Iglesia” a nivel
personal y eclesial, a nivel de compromiso y a nivel estructural. No queda ninguna duda, sin embargo, que sus
viajes más que nada nos dejan una radiografía de saber dónde estamos como
sociedad y como iglesia y, sobre todo, si queremos soñar y forjar un futuro más
humano y evangélico.
Radio Progreso
19 de febrero 2016