Yo sólo puedo vivir en lugares como éste, tierras altas y frescas. Sólo sé hacer nido en árboles como éstos, tan altos que les hacen cosquillas a las nubes. Sólo aquí encuentro mi comida preferida, los aguacatillos de monte.
FRANCISCO ¡Paz
y bien, hermanas y hermanos! Soy Francisco de Asís. Muchos de ustedes han
oído de mí… Pues aquí estoy nuevamente, interesado en conocer los males que aquejan a nuestra madre Tierra, las heridas que le hemos causado. Hoy les hablo desde unas altas montañas de un país llamado Guatemala. Parece una catedral verde adornada de orquídeas. Y dicen que aquí vive el más hermoso de los pájaros nacidos en esta tierra: el quetzal. Aguardaré su llegada… O tal vez lo llamo… ¡Ahí está! Tiene que ser ése el quetzal… Plumas verdes y azules, pecho rojo, y esa cola larguísima, una belleza de criatura… ¡Bendito sea Dios que te creó tan hermoso!
oído de mí… Pues aquí estoy nuevamente, interesado en conocer los males que aquejan a nuestra madre Tierra, las heridas que le hemos causado. Hoy les hablo desde unas altas montañas de un país llamado Guatemala. Parece una catedral verde adornada de orquídeas. Y dicen que aquí vive el más hermoso de los pájaros nacidos en esta tierra: el quetzal. Aguardaré su llegada… O tal vez lo llamo… ¡Ahí está! Tiene que ser ése el quetzal… Plumas verdes y azules, pecho rojo, y esa cola larguísima, una belleza de criatura… ¡Bendito sea Dios que te creó tan hermoso!
QUETZAL ¡Y
bendito tú, hermano Francisco! ¡Bienvenido a nuestra casa!
QUETZAL Tú eres
el hombre santo que hablaba con nosotros, los pájaros. Eres popular, ya me
habían contado de vos.
FRANCISCO ¡Qué
precioso eres, hermano Quetzal! Tus plumas son brillantes como la esmeralda que
mi padre Pedro Bernardone le regaló un día a mi madre.
QUETZAL Muy rico
debía ser tu padre para comprar esa joya.
FRANCISCO Sí, era muy rico, aunque no era tanta su
riqueza como la que veo en este lugar donde vives.
QUETZAL Razón
tienes, Francisco. Nadie podría contar nunca las vidas de todo tamaño y color
que se esconden en estas montañas.
FRANCISCO Y
nadie podría imaginar que tú, tan majestuoso, tuvieras un canto tan humilde…
¿Por qué me hablas tan bajito?
QUETZAL Debo
cuidarme, hermano Francisco.
FRANCISCO ¿De
qué, de quiénes?
QUETZAL De gente
desalmada. Paso mi vida escondiéndome.
FRANCISCO Cuéntame,
hermano Quetzal, te escucho.
QUETZAL Yo sólo
puedo vivir en lugares como éste, tierras altas y frescas. Sólo sé hacer nido
en árboles como éstos, tan altos que les hacen cosquillas a las nubes. Sólo
aquí encuentro mi comida preferida, los aguacatillos de monte… Escucha… ¡Ya
están aquí otra vez!
FRANCISCO ¡Es
fuego, un incendio!
QUETZAL ¡Huye, Francisco, yo te alcanzo! ¡Huye! ¡Ponte a
resguardo!
QUETZAL Aquí ya
estamos seguros… No sé hasta cuándo… ¿Ves lo que te decía, Francisco? Quieren
acabar con nosotros. Quieren desaparecernos. Queman la tierra, queman los
árboles, dejan los cerros pelados… Así no podemos vivir.
FRANCISCO No seas pesimista, hermano mío vestido de
verde. Hay un hombre vestido de blanco en Roma que te está defendiendo.
QUETZAL Pues
agradécele, pero dile que somos muchos los hermanos con alas que estamos en peligro.
A unos los cazan por el gusto de matarlos, a otros para venderlos. Unos migran
a otras tierras pero ya no encuentran dónde vivir… Mira ése que viene por ahí…
AZULEJO ¡Good
morning!... ¡Good morning!
FRANCISCO Y tú, ¿quién eres, cómo te llamas?
AZULEJO Me
llaman Azulejo porque llevo el cielo pintado en mis plumas.
FRANCISCO ¿Y
por qué saludaste en esa lengua extraña?
QUETZAL Es que
él viene del norte, Francisco. Allá hablan inglés.
AZULEJO Somos
aves migratorias, así nos conocen ustedes los humanos. Cuando hace frío en el
norte migramos al sur. Y cuando es en el sur vamos al norte. Pero mira nuestra
tragedia, Francis. Venimos aquí buscando comida y solo encontramos tierras
secas, sin vida. Venimos buscando buen clima y el calor se ha vuelto insoportable.
FRANCISCO Se
les ha complicado la vida a ustedes, hermanos pájaros.
QUETZAL Pero
ustedes los humanos están peor que nosotros…
AZULEJO ¡Eso es
cierto, Francis, mucho más peor!
FRANCISCO Explíquense,
hermanos pájaros.
AZULEJO Yo los
miro, Francis. Cuando vuelo, desde mi altura miro cientos, miles de jóvenes,
hasta niños y niñas que huyen de aquí de Guatemala, de Honduras, de toda
Centroamérica, de México…
AZULEJO ... atraviesan desiertos a pie…
FRANCISCO ¿Por
qué se van, hacia dónde van?
AZULEJO Hacia
el norte, hacia los “Yunai”, de donde ahora vengo yo. Van buscando vida,
buscando algún trabajo… Son 11 millones de latinos que trabajan en los “Yunai”,
sin papeles, perseguidos…
QUETZAL En otros países de América del Sur salen forzados
de sus tierras por las grandes represas de agua, por las mineras…
FRANCISCO ¿Para dónde van?
AZULEJO A los
suburbios de las ciudades, a las favelas, a mal vivir… Van de país en país, sin
lugar en el mundo…
QUETZAL También
huyen de África, de los países árabes…
FRANCISCO ¿Y
ésos hacia dónde van?
AZULEJO A
Europa.
QUETZAL Se
montan en barcazas, se lanzan al mar para escapar, muchos se ahogan, otros
llegan a las costas de tu patria Italia, o a Grecia, a esos países…
AZULEJO Huyen
por las sequías, por las guerras, por falta de trabajo, por falta de todo.
QUETZAL Nosotros,
los pájaros, podemos volar. Pero ellos no. A los migrantes les cierran las
puertas. Construyen muros para que no pasen. Los atrapan, los devuelven, los
tratan como criminales.
FRANCISCO Esas noticias me entristecen…
AZULEJO Pues
para que no estés triste, te cantaremos… Todavía no has escuchado mi canto,
broder Francis… Abre tus oídos…
FRANCISCO ¡Alabado seas, mi Dios, por ese canto tan
gracioso!
QUETZAL Hermano Francisco, ¿podemos pedirte algo?
FRANCISCO Quien
pide, recibirá. ¿Qué quieren?
QUETZAL Hermano
Francisco, diles a tus hermanos humanos que no queremos desaparecer. Diles que el
mundo sería más feo y más gris sin nosotros y sin nuestros cantos. Diles que
sus hijos y sus nietos nos tienen que conocer.
AZULEJO Y diles
también a esos codiciosos del Norte, que dejen entrar a los hombres y a las
mujeres migrantes. Que abriéndoles las puertas solo están devolviéndoles un
poquito de lo mucho que les quitaron antes.
FRANCISCO Palabra de pájaros. ¡Palabra de Dios!
Dice el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si,
Alabado Seas:
Los cambios del clima originan migraciones de animales y
vegetales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos
productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con
gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos. Es trágico el
aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación
ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones
internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección
normativa alguna. (Laudato Si 25)
Y dijo el Papa Francisco en el Encuentro con los
Movimientos Populares en Bolivia:
Cuando miramos el rostro de los que sufren, el rostro del
campesino amenazado, del trabajador excluido, del indígena oprimido, de la
familia sin techo, del migrante perseguido, de la familia sin techo, del
migrante perseguido, del joven desocupado, del niño explotado, de la madre que
perdió a su hijo en un tiroteo porque el barrio fue copado por el narcotráfico,
del padre que perdió a su hija porque fue sometida a la esclavitud; cuando
recordamos esos “rostros y esos nombres” se nos estremecen las entrañas frente
a tanto dolor.
PREGUNTAS PARA EL DEBATE
1- La Biblia dice: “Dominen sobre los peces del mar, las
aves del cielo y sobre todo animal” (Génesis 1,26). ¿Qué te parece este mandato
de Dios a los seres humanos?
2- ¿Qué porcentaje de migrantes hay en tu país? ¿Por qué
se fueron? ¿Qué cantidad de remesas envían a sus familias?
3- ¿Tienes familia en Estados Unidos, en Canadá, en
Europa? ¿Cómo les va?