La Tierra tiene fiebre por esos gases. Fiebre alta,
tiembla, suda… ¿Y qué hacen los humanos? Queman más petróleo, más carbón,
producen más calor. Es como si a la Tierra enferma le pusieran encima un manto
de lana gruesa. Cada vez se recalienta más.
FRANCISCO La paz con ustedes. Bendiciones para quienes me
escuchan. Soy Francisco, el de Asís, el enamorado de la creación y de las
criaturas. No van a creer dónde estoy. En el Polo Norte. Sí, en la tierra de
los osos polares… aunque todavía no he visto ninguno. En el Polo Norte por los
lados de Siberia. ¿Que cómo llegué hasta aquí? Bueno, como ustedes dicen que
soy santo, los santos tenemos nuestros trucos… El Polo Norte, la tierra más
fría del mundo. Un paisaje de paz, blanco, sin horizontes, cubierto de nieve.
No sé por qué mi tocayo, el Papa Francisco ha dicho que estos lugares están al
borde de una catástrofe. ¿No estará exagerando un poco? Como es argentino… Voy
a hablar con mi hermano el Hielo. Él debe saber… Hermano Hielo!... ¡Hermano
Hielo!... Tal vez esté dormido… ¡Hermano Hielo!
HIELO Dormido
no, Francisco. Mareado. Ahogado. Tú, ¿no sientes que te falta el aire?
FRANCISCO Sí, también me estoy sintiendo un poco mal,
hermano Hielo. Pero, dime una cosa, tú hablas como mujer…
HIELO No
olvides, Francisco, que soy agua. Agua congelada.
FRANCISCO Es
cierto. En fin, hermana agua helada, explícame por qué a ti y a mí nos está
faltando el aire. ¿Qué pasa?
HIELO ¿Ves
esa columna de humo que sube, que sale de las entrañas de la tierra, por debajo
de mi manto blanco? ¿La ves?
FRANCISCO La veo, sí. Y me recuerda la columna de nube
con la que Dios guiaba a su pueblo en el desierto.
HIELO Te
equivocas. Esa no es una columna de Dios. Es el aliento del diablo.
FRANCISCO ¿Por
qué dices eso, hermano Hielo?
HIELO Y no
hay una. Mira hacia atrás, mira a tus costados… Decenas de columnas de humo por
todas partes. Ésas son las culpables de que nos falte el aire, a ti y a mí,
Francisco.
FRANCISCO Nos falta aire y nos sobra frío. ¿Qué tal si
llamamos al hermano Fuego para que nos eche una mano y nos caliente un poco?
HIELO Ni
se te ocurra, Francisco. Prender fuego junto a estas columnas de humo… Se
formaría una llamarada azul… Todo explotaría… Y yo me derretiría rápidamente.
FRANCISCO Tranquilo,
hermano Hielo. Aclárame las cosas. ¿Qué maldición es este humo?
HIELO Es
un gas venenoso, es una ponzoña, Francisco, un gas llamado metano.
CIENTÍFICO No me lo
explico… Cuando vinimos el verano pasado eran escapes de gas de unos pocos
metros… Ahora han aumentado de tamaño, son enormes… Y no son cien ni
doscientos, son miles de columnas de metano…
CIENTÍFICO El metano es un gas de efecto invernadero
veinte veces más potente que el dióxido de carbono. Si la capa de hielo sigue
derritiéndose… se avecina una catástrofe, una contaminación planetaria.
FRANCISCO ¿Y
de dónde sale ese “metano”?
HIELO Aquí, en esta parte alta del mundo, hace miles de
años, había bosques, vegetación abundante, animales… Todo murió y quedó guardado
bajo mi manto de nieve blanca.
FRANCISCO ¿Y
después?
HIELO Con
el tiempo, toda esa materia se pudrió y se convirtió en gas, en bolsones
gigantes de gas, de este gas, ¡de metano! Si mi capa dura de hielo se derrite,
ese gas escapará a los aires.
FRANCISCO Pero
ese señor dice que ya te estás derritiendo…
HIELO Sí, porque estoy entre dos gases… Ese que él llamó
dióxido de carbono sale de las fábricas, de los motores, de las chimeneas… Ese
calienta el aire del mundo. Y el calor me derrite. Y por debajo de mí sale otro
gas, el metano… Dime una cosa, Francisco. ¿Qué hacía tu madre cuando te
enfermabas, cuando tenías fiebre?
MADRE ¡Cuánta
fiebre tienes, Panchito!... Tráiganme unos paños con agua fría… Rápido… Así,
así... con esto te bajará la calentura…
HIELO Pues
los humanos lo hacen al revés. La Tierra tiene fiebre por esos gases. Fiebre
alta, tiembla, suda… ¿Y qué hacen los humanos? Queman más petróleo, más carbón,
producen más calor. Es como si a la Tierra enferma le pusieran encima un manto
de lana gruesa. Cada vez se recalienta más.
FRANCISCO Ya
voy entendiendo, hermano Hielo…
HIELO Con tanto calor me derrito yo. Entonces, suben los
mares, se inundan las ciudades costeras, desaparecen las islas pequeñas, se
ahogan las criaturas, el Sol quema más y más…
FRANCISCO ...
y el mundo se achicharra.
HIELO En
los últimos cuarenta años ya se ha derretido la mitad del hielo del Polo Norte…
¡la mitad de mí se ha fundido en menos de medio siglo!
FRANCISCO Ahora
comprendo por qué no he visto todavía un solo oso polar…
HIELO No
son sólo los osos, Francisco. Son los hijos y las hijas de Dios. Los inuits,
los yupik, que los conocen como esquimales… En estos hielos eternos viven más
de cuatro millones de hermanos y hermanas tuyas… que van a desaparecer junto conmigo.
Y si viajas al Polo Sur, a la otra punta del planeta, es igual o peor…
FRANCISCO Es terrible lo que me cuentas. Pero dime, ¿qué
mundo le piensan dejar estos necios, perdón, estos congéneres míos, a sus
nietos, a sus nietas, a quienes vienen detrás de ellos?
HIELO Me
derrito, Francisco, y cuando todo el hielo del planeta se haya derretido, la
Tierra quedará inundada.
FRANCISCO ¿El fin del mundo?
HIELO A esos científicos que por aquí pasaron les escuché
decir un día…
CIENTÍFICO Dios perdona siempre. Los hombres, a veces. La
Naturaleza, nunca.
HIELO Antes
te dije que esas columnas de humo, de metano, eran las culpables. No,
Francisco, los culpables son los seres humanos que tanto daño le han hecho a la
Naturaleza. Ellos son los responsables del desastre.
FRANCISCO Hermano Hielo, ¿y esto que me cuentas tiene
alguna solución?
HIELO Si
ellos quisieran, si escucharan la voz de tu tocayo… Tendrían que dejar de usar
petróleo y carbón. Del agua, del viento, del Sol, hasta de los volcanes
sacarían toda la energía que necesitan para sus trabajos. ¡Todavía están a
tiempo!
El derretimiento de los hielos polares y de planicies de
altura amenaza con una liberación de alto riesgo de gas metano, y la
descomposición de la materia orgánica congelada podría acentuar todavía más la
emanación de anhídrido carbónico… Si la actual tendencia continúa, este siglo
podría ser testigo de cambios climáticos inauditos y de una destrucción sin
precedentes de los ecosistemas, con graves consecuencias para todos nosotros…
Hay regiones que ya están especialmente en riesgo y, más allá de cualquier
predicción catastrófica, lo cierto es que el actual sistema mundial es
insostenible. (Laudato Si 24, 61)
Y dijo el Papa Francisco en el Encuentro con los
Movimientos Populares en Bolivia:
Queremos un cambio, un cambio real, un cambio de
estructuras. Este sistema ya no se aguanta, no lo aguantan los campesinos, no
lo aguantan los trabajadores, no lo aguantan las comunidades, no lo aguantan
los pueblos. Y tampoco lo aguanta la Tierra, la hermana Madre Tierra, como
decía San Francisco.
PREGUNTAS PARA EL DEBATE
1- Imagina que tienes que explicarle a alguien en qué
consiste el cambio climático. ¿Qué le dirías?
2- ¿Conocías del peligro del gas metano en Siberia? ¿Qué
tiene que ver eso con las hamburguesas que comes?