¿Quién dice que no hay jóvenes interesados
en convertirse en agentes de cambios sociales? Aleyda es un ejemplo de ello, al
ver la pobreza en la que vivían unos niños y jóvenes salvadoreños, con sus
pocos recursos, pero enormes ganas de hacer iniciativas por ellos, decidió dedicarles fines de semana
y compartir con ellos pequeños detalles. Con los días y meses esos detalles
se fueron ampliando, por lo que acudió a
sus familiares y amigos para emprender, el que se convertiría en un proyecto de
vida. Te invito a que conozcas un poco sobre
la historia de esta joven entusiasta:
SI TODOS HICIÉRMOS ALGUNA PEQUEÑA GRAN COSA COMO ESTA
EL MUNDO
IRÍA MEJOR.