Historias bíblicas de ayer que se repiten hoy
ESPIRITU
AYER
A Dios nadie lo ha visto nunca. (Juan 1,18)
En las antiguas religiones “del libro”,
tanto en la ley de Moisés como en la del
Islam se prohibía por eso presentar
imágenes de la divinidad.
Recordemos la furia de Moisés cuando se encontró a su pueblo danzando ante un becerro de oro
No creo que nadie
de los que adoran estatuas, ni
siquiera aquellos que se postraban ante los
dioses greco- romanos pensasen que esas
esculturas eran dios. Ni los egipcios ante sus monumentales imágenes.
Más bien esos que llamamos “idólatras” pensarían
que las figuras veneradas representaban
a unos seres que ellos no eran capaces
de ver, que eran “espíritus”.
Espíritu,
(inspirar, respirar), soplo, ruah en
hebreo, algo que no se ve ni se puede
agarrar… aunque se siente… el día
en que la persona expira, entrega el
espíritu.
Siempre los seres humanos se han dado cuenta de que por encima, o por dentro de su
mundo tangible había algo que no tocaban ni veían.
Espíritu.
HoY
Pero, al ir avanzando en su conciencia del mundo, empezaron a
pensar que dentro de los mitos de épocas pasadas
también el
espíritu era algo superado.
Algún filósofo materialista llegó
a decir que el cerebro segrega pensamiento como el hígado segrega bilis.
Pero los creyentes, recogieron a lo largo de siglos la doctrina de quien dijo: “El viento sopla donde quiere, y oyes
su sonido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va; así es todo aquel que nace
del Espíritu (Juan 3,8), Así se
mantuvo firme la idea de que junto a (¿o
contra?) el cuerpo “de carne y hueso” estaba presente
el espíritu, al que no podían pintar
adecuadamente ni como pequeñas
llamas ni como una palomita que flota sobre nuestras cabezas.
Así, a algunos
creyentes les cuesta acercarse a a ese impalpable
espíritu y prefieren “adorar”
o cargar a hombros la imagen de Jesús crucificado como
si fuera alguien real que siente su contacto. A ver si
el milagroso señor… de Esquipulas, o de donde sea, reacciona misericordioso a sus súplicas cundo
se le mira, se le toca o se le encienden candelas.
Ciertamente, los seres
humanos necesitamos contacto de ojos o manos con lo que creemos real
pero no lo tenemos presente. Así usamos imágenes u objetos como símbolos para cada uno, igual que el
delantero después
de meter un gol besa el anillo como si
de su esposa o novia se tratase. O el que sueña en una nueva sociedad. lleva en su
camiseta la imagen del Che Guevara.
Por eso la cantidad de pinturas,
estatuas, símbolos, vasos y paños
sagrados, vestidos litúrgicos que se muestran se usan, se besan, se
inciensan… en la liturgia de los seguidores de Jesús. Todos son objetos materiales.
Y
sin embargo en el lenguaje de las ceremonias litúrgicas de lo que más se habla no es de lo material
sino de lo espiritual.
Al espíritu tampoco nadie lo ha visto nunca.
En lo que consideran religión, muchos se han limitado a buscar el espíritu en
todos esos objetos signos, materiales.
Otros buscan
el espíritu en gestos, cánticos y movimientos
que consideran más “espirituales”: elevan los ojos y manos a lo alto, o
cierran los ojos y dicen en voz bajita,
o gritando desaforados:. : ¡OH mi señor!…
Mi… como si fuera sólo suyo.
Objetos litúrgicos o evasión a lo alto son intentos de la humanidad que busca eso que es como el viento, que lo
sentimos, pero no sabemos cómo
encontrarlo.
Y, de pronto, los sabios de hoy , al
revés de los que en los siglos XVIII, XIX… habían hablado con desprecio del espíritu.., alma,.. pensamiento segregado como bilis, dan la vuelta a su conciencia. Empiezan
a descubrir en sus investigaciones sobre el universo, que eso
que llaman materia o está vacía
entre las partículas que forman sus átomos o hay algo que las mantiene y las relaciona, las une… intentan llamarlo de diversas maneras. Algunos
se atreven a llamarlo espíritu, otros se atreven más y lo llaman con una palabra vulgar: amor.
Puede que muchos de los llamado
creyentes o religiosos no se hayan enterado y sigan mirando al cielo y
gritando “¡ven espíritu santo!”, como
clamaban los sacerdotes de Baal ridiculizados por Elías: “griten más fuerte que puede que dios
esté meditando, o tiene un trabajo… o duerme (libro 1 de Reyes, 18, 27)
Otros hoy siguen buscando sólo al
espíritu en los objetos sagrados, en imágenes, vestiduras, vasos e
incienso…ceremonias.
Pero
existen creyentes
que van tomando conciencia como la de su profeta, el que dijo “Padre que todos sean uno”, (que se den cuenta de que son uno,) . En vez
de mirar a lo alto o a los
objetos sagrados bajo la bóveda del templo, se miran unos a otros, se asoman a la puerta, contemplan este mundo
que no es sólo materia, se sienten unidos con su belleza y con sus
miserias y exclaman: “¡ Mirá vos!, ¡si
aquí mismo, en todos nosotros está el Espíritu y no nos habíamos dado cuenta.