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9 de julio de 2016

Lo que va de ayer a hoy... LO IMPORTANTE ES LA MESA


Historias bíblicas  de ayer que se repiten hoy



Lo importante 
es la mesa


AyeR 

Se supone que para los primeros  hombrecitos “sapiens”  lo importante era el suelo.  El suelo del que arrancaban las piedras   para  fabricar hachas con las que cazaban. El suelo  de alguna cueva era también  donde se sentaban para devorar el producto de su caza o las hierbas y frutos de la tierra.

Cuando empezaron a pintar los símbolos sagrados de sus  aventuras de cazadores, también fueron  las paredes de la cueva el lugar donde desplegaban su imaginación.


 
Pasaron muchos años  esforzándose para  que de sus mentes en desarrollo fueran surgiendo ideas para mejorar su vida. Levantaron la cabeza y miraron al cielo:  De ahí arriba – pensaron -  tendrá que venir la protección o el castigo, de donde vienela luz del sol, la lluvia y los rayos.  Para aplacar a los seres  superiores que les miraban desde lo alto construyeron altares, también de piedra.  Sobre ellos  encendían hogueras para quemar animales que les podían haber servido de alimento. Lo que quedaba del holocausto lo comían sentados en tierra. El humo de los sacrificios subía a lo alto… 


Tuvieron que pasar muchos siglos  hasta que se fueron haciendo más “sapientes los homines fueron construyendo chozas para resguardarse, lechos un poco más blandos para descansar y hasta unas ramas o piedras para comer sentados o medio recostados sobre el suelo.  

Porque seguían convencidos de que, aunque iban aprendiendo a protegerse de las inclemencias del templo, el ser  misterioso, seguía vigilante en las alturas. Continuaron con sus oficios sagrados, o sacri-ficios. Para   ello eligieron  a  unos vecinos de sus tribus, hombres o mujeres; les llamaron sacerdotes y sacerdotisas.


  *   *   *




Apareció en un pueblo pequeño, hace muchos años, pero no demasiados, un personaje extraño, hablando también del ser supremo con unos aires de  familiaridad, como si fuera íntimo pariente suyo . Lo que predicaba molestó   bastante a los hombres (allí sólo hombres) que ofrecían los sacrificios sobre el altar.

 


¿Quién es este sin estudios sin ningún nombramiento oficial que se atreve  a darnos lecciones?
Aquel hombre joven se acercaba poco al lugar de los sacrificios, y cuando iba, lo hacía con aire agresivo expulsando a latigazos a quienes  por allí vendían animales para los holocaustos sobre el altar.

- Aquello se juntó  con las palabras  irrespetuosas que ese  predicador sin licencias iba diciendo:

Cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el altar y sabes que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda y vete a hacer las paces  con tu hermano”… “porque quiero misericordia y no sacrificios”  Fue la gota que colmó el vaso.


- El atrevido profeta que no se acercaba mucho, como dije, por el altar, prefería reunirse con todo tipo de gente en torno a algo que  hacía años se había inventado. Lo llamaban MESA y era muy práctica  para comer  cómodamente, para escribir sobre ella o simplemente para platicar amistosamente,  porque  muy pronto cuando se  inventó la mesa se inventó enseguida la SOBREMESA. ¡Oh las sobremesas de aquel campesino!... eran interminables, y apasionantes si no es que se interrumpían bruscamente porque entraba una mujer inesperada y esperanzada, con  un frasco de perfume.

-Todo esto es  para decir  que aquella noche, cuando a los sacerdotes y colaboradores  ya leshabían hartado las ideas de aquel que llamaba Padre a Dios… aquella noche precisamente  el campesino, carpintero, organizó con  los amigos una cena.  No les voy a contar todo lo que sucedió en aquel banquete  con una sobremesa demasiado larga y triste. Sólo les digo que se puso de rodillas a lavarles los pies, aunque no se dejaban, que empezó a hablarles  de un futuro gris con palabras que sonaban a despedida, que les insistió en que estuvieran siempre unidos, y que solemnemente  les partió  y repartió el pan y una copa de vino, hablando de su cuerpo y  de su sangre. 



Luego se levantó de la mesa:  Vámonos de aquí, y fueron  hacia  un bosquecillo de olivos…


HOy



- Así de golpe, hoy… Un montón de siglos  más tarde.

- ¿Qué habrá sido del altar de sacrificios en el templo?

- ¿Qué habrá sido de aquella  mesa grande donde cabían más de doce?
- Se supone que el altar de piedra rodó  en trozos  escalones abajo  del templo incendiado
- Y la mesa ardió en el fuego  que las fuerzas invasoras  propagaron por toda la ciudad.

Solo hoy  hemos sabido que, a pesar de la muerte en cruz del  carpintero…
- Sus seguidores y seguidoras  (ahí sí había mujeres)… siguieron reuniéndose  con la convicción de que ÉL  había resucitado.
- Ya se terminaron los sacrificios del templo,
- Pero fueron aumentando los banquetes y cenas  en  muchas  mesas del mundo conocido-

Hagan esto en mi memoria” había dicho Él

- Eran comidas alegres alrededor de cualquier humilde mesa

- Seguían partiendo  el pan, brindando con vino y recordando su vida y sus palabras

- Pero –  , alguien me dice-  Hoy, ¡hoy! ¿qué sucede con la mesa?

- No , perdone, hoy ya no hay mesa. Hoy han vuelto  el templo y el altar
- Pero ¿cómo? si él dijo…
- Pues ¿qué quiere que le diga?
- Con los siglos, sus seguidores ,  … han ido complicándolo todo
- Han  aumentado  desmesuradamente en número  los seguidores y ya no cabían en una casita
 - Podían haberse reunido en  otras casas…
- Pero prefirieron las reuniones masivas
 - Consiguieron padrinos  que le construyeran grandes edificios.
- Levantaron torres con campanas para que se supiera bien dónde estaban
- Como no se  veía  bien al que dirigía la asamblea levantaron escalones y arriba pusieron …
- ¿La mesa?
- No, el altar
- Oh!
- Y al que presidía  lo llaman
- ¿Hermano?
- No sacerdote
- Oh!
- O Padre
- Mmm
- Y en vez de la  fracción del pan celebran
 ¿La cena  del  Señor?
- No, ¡el santo sacrificio de la misa!
- ¡Pero si el sacrificio era el del templo!… o  el último, definitivo  sacrificio  fue la tortura en la cruz de aquel profeta
- Pues ya ves compañero. Hoy hace falta mucha fe para creer
- que  el templo es una casa de familia,
- que el altar es una mesa de amigos, 
- que los que están desperdigados  en bancas  diferentes
- están juntos como hermanos, como a veces cantan, 
- que una cosita redonda como un  cartoncito blanco es pan,  
- que lo que llaman sacrificio es una fiesta de compañeros
- unidos por una misma esperanza,
- de que el mundo anunciado por el  campesino, el reino de Dios, es posible todavía.
- Y, entonces qué hacemos?
- Eso digo yo, ¿qué hacemos  hoy?... ¿hacer que la mesa vuelva a ser importante?
- La mesa, que no es altar.


Reflexión final:



Acaso el símbolo que resume todo lo que Jesús dijo e hizo y todo lo que hacemos nosotros hoy,  es el contraste entre el altar y la mesa.



(Nota importante: existen comunidades que, aunque el lugar donde celebren sea un templo y un  altar, son capaces de convertir el altar en mesa y el  acto solemne en una reunión fraternal y amigable. Pero hay individuos que al revés. En torno a la mesa  se sienten extraños y no sienten a Dios)

Les compartimos un video del Equipo CAUCE que nos puede servir de complemento si queremos abordar este tema. si lo quieren solicitar directamente a:equipocauce@gmail.com