La mitad de las riquezas de la Humanidad
está en manos del 1% de la población mundial. 300 personas acaparan los
recursos que corresponden a 3 mil millones de personas. Cada año se concentra
más y más la riqueza. Unos pocos lo tienen todo y quieren tener más.
FRANCISCO Nuevamente con ustedes, hijas e
hijos de Dios. Bendiciones, buenas energías y paz. En estos días he conversado
con muchas criaturas. Hablé con el hermano Sol y con la hermana Nieve. Hablé
con los Peces y los Pájaros y hasta con la hermana Lombriz hablé. Y todos me
han contado la angustia que sienten porque el mundo se está calentando,
recalentando, y el clima de la Madre Tierra ya ha cambiado… ¡Cuántos desastres
he visto estos días! Hoy quiero conversar con mis hermanos de sangre, hombres,
mujeres, con los más pobres entre los pobres. Por eso, mi tocayo el Papa
Francisco me dijo que viniera aquí, a esta tierra, la más castigada por la
avaricia de unos cuantos… Estoy en Haití, en esta media isla en medio del mar
Caribe… ¡Muy buenas!... ¡La paz con ustedes!
HAITIANO Bon
jou, zanmi.
HAITIANA Bon
maten, visité.
FRANCISCO Quisiera
hablar con ustedes…
HAITIANO Y
nosotros contigo, san Francisco.
FRANCISCO No,
no me llamen santo, que santo solo es Dios. Me disculparán que no sé hablar la
lengua de ustedes.
HAITIANA Hablamos
creole, pero también español.
FRANCISCO Qué
bien, para que me cuenten cómo es la vida en Haití.
HAITIANO Es
mala, padre Francisco. Muy mala.
FRANCISCO Tampoco
me llamen padre, que Padre solo es Dios. Y todos nosotros somos hermanos.
HAITIANA Muy
bien, hermano Francisco. Pues te vamos a contar. Este país era muy lindo antes,
con palmeras, con playas, con ríos… Un país fresco.
HAITIANO Pero
nos pusieron a sembrar caña de azúcar… solo caña… monocultivo.
HAITIANA Teníamos
bosques… Muchos árboles…
HAITIANO Pero
como era madera preciosa, caoba… Cortaron todo… Acabaron con los bosques y con
los ríos… Mira el calor que hace ahora. No se aguanta.
FRANCISCO ¿Y los campesinos qué siembran?
HAITIANA No
hay dónde sembrar. Como no hay árboles, como no hay raíces, la tierra se va al
mar. El viento y la lluvia la arrastra al mar. Mira esas montañas peladas.
HAITIANO Estamos
pasando hambre, Francisco.
HAITIANA Ellos
dicen que somos pobres porque no trabajamos, por haraganes.
FRANCISCO No lo creo, porque en Italia,
mi país, los pobres eran los que se partían el lomo trabajando de sol a sol. Y
los ricos paseando.
HAITIANO Dicen
que somos pobres porque somos borrachos, porque tenemos muchos hijos. Porque no
sabemos ahorrar.
FRANCISCO Tampoco
lo creo. En mi país, los ricos despilfarraban. Y los pobres contaban sus
moneditas para dar de comer a su familia.
HAITIANA También
dicen que somos pobres por castigo de Dios. Que por eso nos cayó el terremoto
que mató aquí a medio mundo.
FRANCISCO Dios
no castiga a sus hijos ni a sus hijas. ¿Cómo podría hacerlo? ¿Cómo podría
darles una piedra cuando le piden pan?
HAITIANO ¿Y
por qué tanta pobreza, entonces, hermano Francisco? Explícanos.
FRANCISCO Después
de hablar con muchas criaturas, ya lo entendí. Ustedes no son pobres. Son
empobrecidos, que es muy distinto.
HAITIANA ¿Y
cuál es la diferencia, hermano Francisco?
FRANCISCO La
verdadera razón de la pobreza es la injusta distribución de la riqueza. A
muchos les falta lo que a unos pocos les sobra.
HAITIANO ¿Quieres
decir que somos pobres porque ellos son ricos?
FRANCISCO Al
revés. Ellos son ricos porque los empobrecen a ustedes.
PERIODISTA La mitad de las riquezas de la
Humanidad está en manos del 1% de la población mundial. 300 personas acaparan
los recursos que corresponden a 3 mil millones de personas. Cada año se
concentra más y más la riqueza. Unos pocos lo tienen todo y quieren tener más.
HAITIANA Mira
cómo estamos, Francisco. Sin tierra, sin techo, sin trabajo… Pasando hambre. Y
sobre todo, nosotras, las mujeres, que somos las más pobres entre los pobres.
FRANCISCO Tierra,
techo y trabajo. Tú lo has dicho bien, hermana. Eso es lo que necesitan las
hijas y los hijos de Dios. Tierra para sembrar y comer. Techo para abrigarse y
vivir. Y trabajo para tener dignidad.
PERRO LADRA
HAITIANA Ya
está pidiendo comida Sultán… Me da vergüenza, hermano Francisco, que no puedo
invitarte a pasar a mi casa. Ni un vaso de agua puedo invitarte, porque el agua
que tomamos es mala.
HAITIANO Ni
un pan podemos ofrecerte.
HAITIANA ¡Ay,
hermano Francisco, ki jan tris se lavi nou!
FRANCISCO Escúchenme. Yo nací en cuna de
oro. Mi padre, Pedro Bernardone era riquísimo, mercader de telas y tapices.
Quería que yo fuera como él, que ganara mucho dinero. Un día me amenazó…
PIETRO Eres
un vago, un haragán, un parrandero… ¡Si no quieres trabajar, tendrás que
pagarme hasta la última moneda de todo lo que has comido en mi mesa estos
años..!
HAITIANO ¿Y
qué hiciste, hermano Francisco, le pagaste?
FRANCISCO No, me encueré.
HAITIANA ¿Cómo
que te encueraste?
FRANCISCO Sí, en la plaza de Asís delante
de mi padre y delante de todo el vecindario.
FRANCISCO Aquí
está la ropa que me diste. ¿Qué más quieres? Ahora nada tengo y nada te debo.
PIETRO ¡Insolente!
FRANCISCO Desde ese día renuncié a todas
las riquezas. Yo quería ser pobre. Pobre como ustedes.
HAITIANA ¿Y para qué querías eso? ¿Un
pobre más en este mundo?
FRANCISCO Pensaba
entonces que mi pobreza, que mi renuncia, le agradaba a Dios. Pero ya entendí
que Dios quiere otra cosa: trabajar con pasión para que todo el mundo viva con
más dignidad y menos sufrimiento. Para que nadie empobrezca a nadie. Para que
los pobres dejen de ser pobres.
HAITIANO Y HAITIANA ¡Bondye tande ou
Francisco!
Dice el Papa Francisco en su encíclica
Laudato Si, Alabado Seas:
En las condiciones actuales de la
sociedad mundial, donde hay tantas inequidades y cada vez son más las personas
descartables, privadas de derechos humanos básicos, el principio del bien común
se convierte inmediatamente, como lógica e ineludible consecuencia, en un
llamado a la solidaridad y en una opción preferencial por los más pobres.
(Laudato Si, 158)
Y dijo el Papa Francisco en el Encuentro
con los Movimientos Populares en Bolivia:
La distribución justa de los frutos de la
tierra y el trabajo humano no es mera filantropía. Es un deber moral. Para los
cristianos, la carga es aún más fuerte: es un mandamiento. Se trata de
devolverles a los pobres y a los pueblos lo que les pertenece.
PREGUNTAS
PARA EL DEBATE
1- ¿Las mujeres son las más pobres entre
los pobres? ¿Por qué?
2- ¿Qué opinas de las tres T del Papa
Francisco (tierra, techo y trabajo)? ¿Se te ocurren otras T?
3- Francisco de Asís habla de que los
pobres dejen de serlo. ¿No contradice eso lo de “bienaventurados los pobres”?