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11 de noviembre de 2016

Imagen para meditar...Monseñor y su cayado

Monseñor y su cayado,
igual de viejos los dos.
Otros lo llaman el báculo
pero este es un cayado de pastor.

No sabemos si la rama de aquel árbol
la cortaron aquel día
en que otro obispo
extendió sobre él las manos
para enviarlo de misión
o fue cuando su rebaño fugitivo
iba huyendo por los montes
con mujeres, niños, jóvenes y viejos…

Escapando de los botas y las armas sin conciencia.
Pero aquí tenemos ahora
al obispo y su cayado.
Él, que no quedó callado
cuando tuvo que salir a la defensa de su pueblo.

Aunque ahora
ya no le hace falta ese bastón.


Ya no va por los caminos…
ni se enfrenta cuerpo a cuerpo con los lobos, 
como entonces
cuando era compañero de su amigo Juan,
el obispo asesinado.

Pero miren ese tronco retorcido de la foto
donde asoma su figura.

Fíjense:
El cayado es como un interrogante
que pregunta a los que sigan el camino
para ser pastores, o ministros, servidores de la gente.
Les pregunta si están listos
Para andar por delante de su pueblo,
con bastón o sin bastón,
y lograr que Verapaz vaya avanzando
por la senda
de la paz verdadera
y para siempre.