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25 de noviembre de 2016

Un Planteamiento alternativo

Hacia un diálogo interreligioso juvenil para la transformación social
Edwin Roberto Mendoza Hipp

1.2.3) Un planteamiento alternativo
La madurez que han ido alcanzando las diferentes áreas de la teología de las religiones, ha permitido constatar las intuiciones de algunos teólogos occidentales sobre la insuficiencia de clasificar simplísticamente las actitudes interreligiosas a partir de la tipología tripartita. Las
recientes reflexiones teológicas han empezado a percibir que parece inadecuado definir las relaciones entre creyentes por el triple modelo en cuestión, principalmente porque este suele moverse en los extremos del absolutismo y relativismo.
. Paralelamente, ha ido surgiendo también una nueva tendencia entre teólogos asiáticos, tales como el esrilanqués Aloysius Pieris o el teólogo indio K. C. Abraham, que rechaza la triple clasificación como una solución integral para aproximarse a la situación de las relaciones interreligiosas.

Por tal razón, algunos han planteado un modelo cuatripartito que podría responder más genuinamente al tema de la pluralidad religiosa. Esta nueva modalidad ha sido presentada con distintos nombres. Una de las propuestas más conocidas es aquella que además de incluir al exclusivismo e inclusivismo, distingue también entre pluralismo relativista y pluralismo convergente (o pluralismo inclusivo). Para el teólogo Carlo Molari esta estas dos posiciones se diferencian por la importancia que cada una le confiere al evento crístico.


. Molari alude a la obra de Pieris An Asian Paradigm: Interreligious Dialogue and the Theology of Religions, en la cual escribe:
Me he vuelto a apropiar gradualmente de una tendencia asiática, que adopta un
paradigma en el cual, las tres categorías (exclusivismo, inclusivismo y pluralismo) no tienen sentido. Cfr. JOSÉ MARÍA VIGIL – LUIZA E. TOMITA – MARCELO BARROS (orgs.), Por los muchos caminos de Dios: teología liberadora intercontinental del pluralismo religioso, vol. IV, “Teología del pluralismo religioso en Europa y en Occidente” (Carlo Molari), Editorial Abya Yala, Quito 2006, p. 209.

Por tal razón, algunos han planteado un modelo cuatripartito que podría responder más genuinamente al tema de la pluralidad religiosa. Esta nueva modalidad ha sido presentada con distintos nombres. Una de las propuestas más conocidas es aquella que además de incluir al exclusivismo e inclusivismo, distingue también entre pluralismo relativista y pluralismo convergente (o pluralismo inclusivo). Para el teólogo Carlo Molari esta estas dos posiciones se diferencian por la importancia que cada una le confiere al evento crístico .

Según Molari, el pluralismo relativista considera a ―cada religión como autosuficiente y acabada, y por consiguiente con el mismo valor efectivo en lo que respecta a la salvación.
Sin embargo, para el autor esta visión no permite un desarrollo auténtico del diálogo interreligioso, puesto que cae en un indiferentismo o relativismo radical en el que no importa a qué religión se pertenezca, y dejando también por un lado -según Molari- las particularidades y las riquezas de cada religión. Por otra parte, Molari propugna un tipo de pluralismo convergente o inclusivista, declarando que la salvación es única, pero reconoce también que existen otros ―mediadores históricos de la salvación‖ . Para Molari, ―ninguna forma histórica puede tener la presunción de contener todas las riquezas espirituales de las diversas religiones. Todas por tanto son llamadas a intercambiar dones espirituales para converger hacia una situación en la que cada una, conservando y acentuando sus propias características, vive una comunión profunda con las otras.

En palabras de Molari, la principal distinción entre pluralismo convergente y pluralismo relativista se basa en: la decisiva importancia que [el pluralismo convergente le confiere] al evento Cristo, ya sea en su dimensión histórica o ya sea en su dimensión trascendental.

De hecho, mientras en el pluralismo convergente la perspectiva trinitaria permite relacionar la salvación universal que se da en Cristo refiriéndola al Verbo eterno que él humanamente expresa, y al Espíritu que Él dona, en el pluralismo relativista, el achatamiento trinitario a un genérico monoteísmo no consiente la articulación necesaria de la historia salvífica y desaparece la imprescindible referencia a la Palabra y al Espíritu que en Cristo se revelan como agentes divinos de salvación.


Estas complejidades que presentan estas posiciones recuerdan que cualquier tipología tiene solamente una utilidad limitada, ya que las ―actitudes hacia otras religiones no siguen pulcramente las tipologías identificadas. ¡Hay tantos tipos entremezclados Abraham sostiene que estas tres tipologías pueden ser de ayuda para comprender una parte de lo que constituye las interacciones entre creyentes de distintas religiones. Sin embargo, advierte que hay que analizar la pluralidad religiosa desde una perspectiva más amplia, ya que en ella confluyen no sólo factores sociales y religiosos, sino también dinámicas políticas y económicas.