El
hecho de reunir, en un mismo sitio, a personas que en la vida real no
tienen relación entre sí tiene sus riesgos. Para muestra, Facebook,
donde se borran los límites que se establecen naturalmente entre los
círculos sociales. Que tu jefe o tus clientes te vean cometiendo
“locuras” con tus amigos resulta embarazoso. Y es que todo lo que
publiques en las redes sociales puede ser usado en tu contra. De
hecho, varios estudios han revelado que el contenido y la frecuencia
de tus publicaciones pueden revelar si eres un individuo
extrovertido, con baja autoestima, neurótico, narcisista o si pasas
por un período de depresión.
Seguramente,
no quieres que nadie sepa de tu salud mental a través de las redes
sociales. Tampoco te gustaría poner en peligro tu futuro profesional
por algo que publicaste de forma impulsiva. Por esa razón, mejor
limitar el acceso a tu contenido, ocultando a algunos contactos lo
que haces con otros.
Ahora
bien, si tienes reparos a la hora de censurar tus publicaciones,
siempre puedes aprender del mismísimo Mark Zuckerberg, quien está
dispuesto a filtrar la información que se publica en su red social
con tal de volver a China. Facebook ha creado incluso una herramienta
secreta de censura para ello. Claro, te preguntarás qué hay de la
misión inicial de Facebook de lograr que el mundo sea un lugar más
abierto y conectado. Mark Zuckerberg anticipa tus críticas alegando
que es mejor ser parte de una conversación permitida aunque
truncada, que permanecer en silencio. Lo cierto es que mil millones
de usuarios potenciales habrán pesado para que se revisen a la baja
las pretensiones morales de Facebook.