EMIGRANTES
A BELÉN
Muros,
visados, aduanas
siguen
creciendo en la tierra
y
se cortan los caminos
y
la esperanza se cierra.
En
los estados del norte
la
“migra” vigila alerta
y sólo se arrastran náufragos
por
las playas europeas,
que
el agua ya no es camino,
es
una tumba siniestra.
Entre
oriente y occidente
se
hacen garras las fronteras
y la senda hacia Belén
es
trinchera, ya no es senda.
José
le dice a María
que
palpa su vientre inquieta:
“Mujer,
sujeta el borrico
que
voy a buscar quién pueda
facilitarnos
el paso
y abrirnos alguna puerta,
que
aquí ya no hay nacimiento.
Tan
sólo nace… ¡la guerra!.
no
hay ángeles ni pastores
que
cuiden de las ovejas
solamente
militares
vigilando
las fronteras
y
políticos sin alma
manteniendo
su riqueza.
Queríamos
el D.P.I (1)
que
el imperio nos pidiera
para
vivir con papeles
pero,
ya ves, no hay manera
con
estos muros tan altos.
Volvamos
a nuestra aldea
y que nazca allí Jesús
aunque
después, cuando crezca
digan
que de Nazaret
nunca
salió cosa buena”. (2)
Martín Valmaseda
(1)
DPI : documento personal de identidad
(2)
Ver: evangelio de San Juan 1.46.