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24 de diciembre de 2016

Jesús, judío marginal

((Marginado social es alguien que presenta conductas desviadas o separadas de las normas sociales habituales, por lo que es objeto de marginación por la sociedad, es aislado.))

Jesús un judío marginal (explicaciones que plantea el libro de John P. Meier)

Algunas de las definiciones de "marginal" presentan incitantes posibilidades para la investigación sobre Jesús '\ pero aquí me interesa simplemente poner de manifiesto lo variado que puede ser el uso de la palabra incluso en un complejo análisis de un único problema sociológico. En este libro sobre Jesús, la palabra en cuestión tiene igualmente múltiples significados -esperemos que no a causa de un razonamiento deficiente o por un deseo de oscuridad-o Más bien, como mashal(parábola), como vocablo incitante, "marginal" se emplea para evocar y conectar una serie de aspectos interrelacionados de la vida y ministerio de Jesús. A modo de ejemplos, he aquí una lista de sólo seis de esos aspectos:

1) Desde la perspectiva de la literatura judía y pagana del siglo siguiente a Jesús, el Nazareno era a lo sumo un punto de luz en la pantalla de radar. Es sorprendente el hecho de que el historiador judío del siglo I Josefo mencione a Jesús, pero apenas lo es que dedique más espacio y elogios a Juan Bautista. En su referencia incidental a Cristo, el historiador romano Tácito es todavía más breve.


Por duro de aceptar que resulte para un cristiano devoto, lo cierto es que Jesús era simplemente insignificante para la historia nacional y universal a través de los ojos de los historiadores judíos y paganos de los sigJos I y II d. C. y si ellos lo veían de algún modo, era desde la periferia de su visión.

2) Toda persona a la que las más altas autoridades de su sociedad han declarado culpable de un crimen y, en razón de ello, condenado a muerte mediante el más vergonzoso y brutal modo de ejecución pública, obviamente ha sido empujada hacia los márgenes de esa sociedad. El máximo empobrecimiento, la mayor marginación es la muerte, sobre todo la muerte por tortura como castigo que aplica el Estado por un grave delito.

En la visión romana, Jesús sufrió la espantosa muerte de los esclavos y rebeldes; ojos de los judíos cayó bajo el rigor de Dt 21,23: «Dios maldice al que está colgado [de un árbo1]». Para ambos grupos, el proceso y ejecució de Jesús hizo de él un marginal de un modo atroz y abominable. Jesús era un judío que vivía en una Palestina judía directa o indirectamente controlada por los romanos. 
En cierto sentido pertenecía a ambos mundos, y al final fueron los dos los que lo ejecutaron.

3) Pero no sólo fueron los historiadores y los políticos quienes marginaron a Jesús; de alguna manera, Jesús se marginó primero a sí mismo.
Hacia los treinta años era un carpintero de tantos en uno de tantos pueblos montuosos de la baja Galilea, que disfrutaba al menos de la posición económica y respetabilidad social mínimas requeridas para una vida decente. Por la razón que fuera, abandonó su medio de vida y lugar de origen, se convirtió en "desocupado" e itinerante a fin de asumir un ministerio profético y, no sorprendentemente, se encontró con la incredulidad y el rechazo cuando regresó a su pueblo a enseñar en la sinagoga.

En lugar de la "honra" de que antaño gozaba, se encontró ahora expuesto a la "vergüenza" en una sociedad que pivotaba sobre la honra-deshonra, donde la estima de los demás determinaba la propia existencia en mucho mayor medida que hoy. Contando básicamente con la buena voluntad, el apoyo y las contribuciones económicas de sus seguidores, Jesús se hizo intencionadamente marginal a los ojos de los judíos normales y corrientes de Palestina, sin dejar de ser él mismo en gran
medida un judío palestino.

4) Algunas enseñanzas y prácticas de Jesús (p. ej., su total prohibición del divorcio, su rechazo del ayuno voluntario, su celibato voluntario) eran marginales en el sentido de que no concordaban con los criterios y prácticas de los principales grupos judíos de su época. Su marginalidad como maestro se acrecentaba todavía más por el hecho de que, como el pobre galileo rural que era, nunca había asistido a una escuela de escribas o estudiado
con algún conocido maestro. Sin embargo, osaba poner en tela de juicio las enseñanzas y prácticas que aceptaban muchos judíos de su tiempo, y proclamaba sus propias enseñanzas con una soberana autoridad cuya base no estaba ni mucho menos clara para sus oponentes.

5) El estilo de enseñanza y de vida de Jesús, por resultar ofensivo para muchos judíos, empujó a éstos lejos de él y le empujó a él mismo al margen del judaísmo palestino. Al tiempo de su muerte se las había arreglado para aparecer abominable, peligroso o sospechoso a todos, desde los piadosos fariseos, pasando por los sumos sacerdotes políticos, hasta un Pilato siempre vigilante. La razón de que Jesús encontrase un rápido y atroz final es simple: se había enfrentado con tantos individuos y grupos en Palestina que, cuando se produjo el fatal desenlace en Jerusalén el año 30 de nuestra era, tenía muy pocas personas, sobre todo influyentes, a su lado.

6) En los estudios sociológicos modernos, la palabra "marginal" se aplica con frecuencia a gente pobre, de cultura rural, que emigra a las ciudades pero que no se integra bien en la cultura urbana dominante, por lo que se halla perdida en el borde entre dos mundos. Quizá sea forzar una analogía, pero Jesús pudo ser marginal en un sentido semejante. Jesús, el pobre laico convertido en profeta y maestro, la figura religiosa sin credenciales procedente de la Galilea rural, encontró la muerte en Jerusalén al menos en parte a causa de su choque con el rico sacerdocio aristocrático urbano. Para este grupo, un pobre laico del campo galileo con doctrinas y retensiones perturbadoras era marginal tanto en el sentido de ser peligrosamente contrario a los poderes establecidos como en el de carecer de una base de poder en la capital. Podía ser barrido fácilmente hacia la tolva de la muerte.


Estas facetas de la vida, enseñanza y muerte de Jesús no agotan los modos en que puede ser considerado marginal, pero al menos abren varios caminos para la exploración. Además suscitan la pregunta de hasta qué punto varios aspectos de la marginalidad de Jesús (desocupación voluntaria, ministerio profético itinerante, celibato voluntario, rechazo del divorcio y del ayuno) están conexos y se explican mutuamente.