Todos
necesitamos compañía
Había
una niña que no tenía papas. Estaba triste porque estaba sola en la
calle. Un día encontró algo de dinero y se puso feliz. Fue
corriendo a la tienda y compró unos chicles y dulces, solo para eso
le alcanzaba y los fue a vender. Con cada día que le fueran pagando
iba a comprar más, el vendedor la conoció entonces le bajaba un
poco el precio. Ella se hizo amiga de algunas personas. Una vez vio a
una persona que tenía mucho dinero y le preguntó ¿Disculpe no
quiere dulces para sus hijos? “No, yo tengo que pensar en mucho
para que compre dulces de la calle” le contestó.
La
niña se puso muy triste al saber que solo le importaba el dinero.
Entonces la siguió y vio que vivía en una casa muy grande y por una
ventana vio que vivía sola y no tenía ninguna foto de sus
familiares. La niña pensaba que necesitaba a alguien que estuviera
con ella. La niña tocó la puerta… toc toc, la señora de limpieza
abrió y preguntó ¿Quién eres?, la niña le contestó “Soy amiga
de la señora”, “Bueno ahora la llamo” “gracias”-.
La
señora le preguntó ¿Qué haces aquí? “La vine a acompañar”
dijo la niña. Y platicaron un rato. Después la señora le dijo
“Necesito a alguien que me acompañe a los lugares a donde voy,
pero todos mis familiares siempre están tan ocupados”. La niña
le respondió “yo la puedo acompañar señora” la señora le dijo
“está bien yo quiero compañía”. Desde ese día las dos
estuvieron felices y compartían dulces y comida con otros niños
necesitados.
FIN
Rocío Aliñado 9 años