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28 de enero de 2017

Maristas en Siracusa

El papa pidió a sacerdotes y religiosos que salieran a la periferia.  
Testimonio de lo que algunos están haciendo.


Maristas de Champagnat celebran un nuevo comienzo en la periferia.

En Siracusa, menores migrantes, vulnerables y sin voz.

Relatos estremecedores de Muhammad, Elmadani y Abdul, jóvenes emigrantes
Le miro y él me sonríe y dentro de mí me pregunto cómo el corazón humano puede ser tan insensible como para suprimir una vida por propio interés.
El 15 de enero de 2017 se celebra la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. El Papa ha escrito un mensaje para este día con el título: Menores Migrantes, vulnerables y sin voz. La comunidad marista "La Valla 200" de Siracusa nos ofrece el siguiente comentario del texto.


Deseo llamar la atención sobre la realidad de los emigrantes menores de edad, escribe el Papa, especialmente los que están solos, instando a todos a hacerse cargo de los niños, que se encuentran desprotegidos por tres motivos: porque son menores, extranjeros e indefensos; por diversas razones, son forzados a vivir lejos de su tierra natal y separados del afecto de su familia.
Muhammad no es un niño. Dice que tiene 17 años, como hacen todos cuando desembarcan, pero en realidad tiene 22. Se acurruca en un rincón de la sala y no necesitamos mucho tiempo para darnos cuenta de la tristeza que lo habita.

En su cultura, un hombre no puede permitirse llorar, ni siquiera cuando lo estrechas entre tus brazos y puedes ver esa diminuta lágrima que la piel oscura hace brillar y cuando te cuenta que ha tenido que abandonar todo y a todos con la esperanza de un futuro mejor que ahora no puede entrever. Dejó atrás: familia, trabajo, cultura, lengua... y ahora, experimenta, en persona que es muy difícil vivir en esa Italia que todos pintaban como un paraíso terrenal. Y más que nunca, se siente solo.

Continúa el Papa: No se trata sólo de personas en busca de un trabajo digno o de condiciones de vida mejor, sino también de hombres y mujeres, ancianos y niños que se ven obligados a abandonar sus casas con la esperanza de salvarse y encontrar en otros lugares paz y seguridad. No es raro que sean arrestados y... pueden permanecer por largos períodos de tiempo recluidos, expuestos a abusos y violencias de todo tipo.

Elmadani (también declaró tener 17 años) y no tiene miedo en contarnos cómo, una vez por semana, los soldados llegaban a su pueblo para robar todo y violar a las mujeres. Siempre conseguía esconderse, pero cuando los ataques se hicieron más frecuentes, todos los de la casa le aconsejaron que se salvara, que escapara.

Pero lo que se suponía que le llevaría a la salvación se convirtió en una odisea escalofriante. Hasta que la barca de la salvación llegó a Italia, fue testigo de la muerte, a su lado, de algunos de sus amigos, se vio obligado a robar y a prostituirse, ha estado en prisión varios meses con delincuentes comunes.

Elmadani es un gran muchacho, aprendió italiano con fluidez, uno de estos días recibirá el permiso de residencia y espera poder encontrar un trabajo para ayudar a su familia. Sin embargo, no podemos concluir como solían terminar los hermosos cuentos de antaño, pero las historias con finales felices como la suya, por desgracia, no son frecuentes.

En muchas partes del mundo, leer, escribir y hacer cálculos elementales -se lee en el mensaje del Santo Padre- sigue siendo privilegio de unos pocos. Todos los niños tienen derecho a jugar y a realizar actividades recreativas, tienen derecho en definitiva a ser niños.

Samir, oficialmente acaba de cumplir los 18 años, pero confiesa que tiene 23. En su país no hay escuelas y, desde muy temprana edad, acompañaba a su padre en el trabajo de unos campos que nunca pudieron producir suficientes alimentos para toda la familia.

La miseria era el vestido que a todos cubría y marchar de casa solamente significaba que había una boca menos que alimentar y, de cara al futuro, una posible ayuda para la familia. Lleva en Italia más de un año, pero no sabe leer, ni escribir, aunque se hace entender.

Hemos intentado convencerle de que aprenda a leer y a escribir y, por un tiempo, pensamos que habíamos tenido éxito: los números, las primeras letras... Tiene 23 años de edad, sin papeles, sin perspectivas de trabajo, con peligro de ser repatriado. Cuando me encuentro con él, me sonríe y me dice: "Papá, tú me entiendes". Sí, le entiendo, estoy a su lado, pero me doy cuenta de que no es suficiente y que, para él, el futuro no tendrá los colores del arco iris.

La precariedad los priva de documentos, ocultándolos a los ojos del mundo... De ese modo, los niños emigrantes acaban fácilmente en lo más bajo de la degradación humana, donde la ilegalidad y la violencia queman en un instante el futuro de muchos inocentes, mientras que la red de los abusos a los menores resulta difícil de romper.

Y pienso en Abdul, de 13 años, hospitalizado. No consigue comunicarse en ninguna de las lenguas que hablamos nosotros: habla solamente el dialecto de su tribu. Fui a verlo algunas veces, pero os aseguro que es difícil permanecer con él e inventar algo que pueda llegar a interesarle.

Pero Abdul es afortunado, porque es un varón y está vivo. Hasta hace unos días, Abdul no existía. Solamente después de desembarcar tiene una edad y un nombre. ¡Cuántos muchachos como él han desaparecido porque alguien necesitaba de sus órganos! ... ¡Cuántas niñas se han visto obligadas a prostituirse! Le miro y él me sonríe y dentro de mí me pregunto cómo el corazón humano puede ser tan insensible como para suprimir una vida por propio interés. Y, pensábamos que Caín ¡sólo era un personaje del Antiguo Testamento!

Y he aquí como concluye el Papa: Por último, deseo dirigir una palabra a vosotros, que camináis al lado de los niños y jóvenes por los caminos de la emigración: ellos necesitan vuestra valiosa ayuda... No os canséis de dar con audacia un buen testimonio del Evangelio, que os llama a reconocer y a acoger al Señor Jesús, presente en los más pequeños y vulnerables.

Nosotros estamos dando los primeros pasos en Siracusa, y optamos por caminar al lado de los menores, vulnerables y sin voz. Estamos al principio y lo que hacemos es simplemente una gota de agua en el océano, pero nos gustaría agregar lo que le agradaba repetir madre Teresa: "sin nosotros, el océano tendría una gota menos de agua".

*El Instituto Marista puso en marcha un proyecto en 2016 llamado 'Lavalla200', un nombre que recuerda el 200 aniversario del Instituto y el lugar de su fundación el 2 de enero de 1817. El proyecto tiene como objetivo crear comunidades internacionales, formadas por laicos y hermanos, en las realidades de periferia.

El primer grupo fue enviado a las comunidades después de un período de formación en 2016. Otro grupo recibirá la formación en los próximos meses y también será enviado en misión. Actualmente hay 4 comunidades: Tabatinga, en el Amazonas (Brasil); Monte Druitt, en Australia; East Harlem, Estados Unidos; Siracusa, Italia.

La comunidad de Siracusa, formado por dos hermanos (Italia y Australia) y dos laicos (Brasil y Chile), está dando los primeros pasos. Vive la realidad de los inmigrantes africanos que buscan un futuro mejor en Europa.


Es que el osito está intentando saltar la alambrada detrás de su pequeño amo? ¿O es que ahí se quedó enganchado y no lo pudo seguir?…