PROPUESTA
DEL PAPA FRANCISCO: ¿CÓMO HACER FRENTE A LA “ECONOMÍA DEL
DESCARTE”?
POR
MIGUEL PÉREZ PICHEL
La
empresa, el desarrollo económico, no están reñidos con el
desarrollo de la sociedad, con la construcción de un mundo más
justo en el que todos participen de los beneficios y el desarrollo
del progreso económico. El Papa Francisco apostó, de este modo, por
el modelo de Economía de Comunión frente a otros modelos económicos
que descartan a los más débiles.
Así
lo dijo el Santo Padre en la audiencia que concedió, en el Aula
Pablo VI del Vaticano, a los participantes en el encuentro “Economía
de Comunión”, promovido por el Movimiento de los Focolares y que
se está desarrollando en Castelgandolfo, Roma, del 1 al 5 de
febrero.
El
Pontífice reconoció que se trata de un proyecto del cual está
desde hace tiempo “sinceramente interesado”.
La
Economía de Comunión, impulsada por la fallecida fundadora del
Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, desde 1991, es un
movimiento internacional que reúne a empresarios, empresas,
asociaciones, instituciones económicas, trabajadores, dirigentes,
pobres, consumidores, ahorradores, investigadores, actores
económicos, ciudadanos y familias.
La
columna vertebral de la Economía de Comunión está representada por
empresas y organizaciones productivas comprometidas con la
erradicación de la pobreza y la injusticia social, con el objetivo
de contribuir a la construcción de una economía y de una sociedad
de comunión.
El
Santo Padre destacó en su discurso que Economía y Comunión son
“dos palabras que la cultura actual mantiene totalmente separadas y
que, incluso, considera opuestas. Dos palabras que, sin embargo,
ustedes han unido, recogiendo de ese modo la invitación que hace
veinticinco años realizó Chiara Lubich, en Brasil, cuando, ante el
escándalo de la desigualdad en la ciudad de Sao Paulo, pidió a los
empresarios convertirse en agentes de comunión”.
Francisco
subrayó que Chiara Lubich “inició una profunda transformación
del modo de vivir la empresa. La empresa no sólo no tiene por qué
destruir la comunión entre las personas, sino que incluso puede
edificarla y promoverla”.
En
su reflexión sobre la Economía de Comunión, el Papa se centró en
tres aspectos: el dinero, la pobreza y el futuro.
NO
IDOLATRAR EL DINERO
El
Papa Francisco advirtió de la tentación de idolatrar el dinero, de
convertirlo en una deidad en la que el afán por conseguir más
beneficios económicos se convierte en un sustitutivo de la vida
eterna. Para evitarlo, señaló, “es muy importante que en el
centro de la economía de comunión se encuentre la comunión de sus
bienes”.
Francisco
recordó que “muchas veces he hablado del dinero como un ídolo”,
y señaló que “no se puede entender el Reino que ha traído Jesús
si no se libera de los ídolos, uno de los más potentes es el
dinero”.
El
Papa precisó que “el dinero es importante, sobre todo cuando no
hay y dependemos de él para tener comida, poder enviar a los hijos a
la escuela y garantizar su futuro”.
“Sin
embargo, el dinero se convierte en ídolo cuando lo convertimos en un
fin. La avaricia, que no por casualidad es uno de los pecados
capitales, es un pecado de idolatría”, advirtió.
“Cuando
el capitalismo hace de la búsqueda de beneficios su único fin, se
convierte en una estructura idolátrica, en una forma de culto. La
‘diosa fortuna’ es, cada vez más, la nueva deidad de un
determinado sistema de finanzas, y de todo ese sistema de juegos de
azar que está destruyendo a millones de familias en todo el mundo y
que ustedes, de forma justa, contrarrestan”.
Por
el contrario, “la mejor forma y más específica de evitar hacer
del dinero un ídolo es compartirlo con los demás, sobre todo con
los pobres, o utilizarlo para ayudar a los jóvenes a estudiar y
encontrar trabajo, venciendo la tentación idolátrica con la
comunión”.
LA
POBREZA
El
Obispo de Roma criticó “ese capitalismo que produce descartados.
El principal problema ético de este capitalismo es que produce
descartados que luego trata de ocultar, tratar de hacer que no se
vean”.
El
Pontífice lamentó además la hipocresía de la sociedad actual:
“los aviones que contaminan la atmósfera luego dedican una pequeña
parte de lo recaudado en la venta de billetes en plantar árboles
para compensar el daño causado. Las empresas del azar financian
campañas para el tratamiento de jugadores con las patologías que
ellos han ayudado a generar”.
“El
día que las compañías de armas financien hospitales para tratar a
niños mutilados por sus bombas, el sistema habrá alcanzado su
culmen”, criticó.
“Si
la Economía de Comunión quiere ser fiel a su carisma, no solo debe
cuidar a las víctimas, sino que debe contribuir a construir un
sistema en el que las víctimas sean cada vez menos. Mientras la
economía siga produciendo víctimas y mientras haya una sola persona
descartada, la comunión no se habrá implementado y la fiesta de la
fraternidad universal no será plena”.
Por
ello, el Papa exhortó a imitar al buen samaritano del Evangelio,
aunque ello “no es suficiente”, hay que ir más allá y “cambiar
las reglas del juego del sistema económico-social”.
“Un
empresario que es solo buen samaritano, cumple con la mitad de su
deber: sana a la víctima de hoy, pero no reduce el número de
víctimas de mañana. Para la comunión, es necesario imitar al Padre
misericordioso de la parábola del hijo pródigo y recibir en casa al
hijo, al trabajador y al colaborador que se han equivocado, y
abrazarlos y hacer una fiesta por ellos”.
EL
FUTURO DE LA ECONOMÍA DE COMUNIÓN
“La
comunión y la empresa pueden convivir y crecer juntos”, aseguró
el Santo Padre. “La Economía de Comunión tendrá futuro si la
entregamos a todos y no se queda solo dentro de su casa”, indicó a
los responsables del Movimiento de los Focolares.
“Llévenla
a todos, y en primer lugar a los pobres y a los jóvenes que están
necesitados. Necesitados, en primer lugar, de su espíritu, de su
fraternidad respetuosa y humilde, de sus ganas de vivir, y no solo de
su dinero”.
Francisco
advirtió que la filantropía “es simplemente donar una parte de
los beneficios, sin abrazar, sin tocar a las personas que reciben
esos beneficios”.
“Por
el contrario, también solo cinco panes y dos peces –en referencia
al milagro de la multiplicación realizado por Jesús– pueden
alimentar a toda una multitud si se comparten junto con toda nuestra
vida”, aseguró