Quieres suscribirte al blog?

Colaborando con...

8 de marzo de 2017

Lo que va de ayer a hoy: ILUMINAR, DESLUMBRAR

Lo que va de ayer a hoy
Historias bíblicas de ayer que se repiten hoy

Iluminar o deslumbrar


Ayer (o mejor, antes de ayer)

Pues dijo Dios hágase la luz”, y ¡zas! se encendió la luz.

Yahvé se quedó pensando: ¡La de cosas que podrán hacer los hombres y mujeres que voy a crear dentro de seis días!. Podrán tener linternas cuando sea de noche y toldos para cuando haya demasiada luz.

Inventarán el cine, y la media luz para bailar tangos. Claro que antes tendrán que sacar chispas con dos piedras o fabricar cajas de fósforos para encender por lo menos una candela… Pero ya verán. Se van a quedar asombrados cuando contemplen la luz y se pregunten ¿qué es eso que brilla tanto?… Aunque no lo empezarán a comprender hasta que aparezca por ahí ese peludo Einstein que casi, casi, llegará a explicarlo, aunque…



Se va a complicar hablando de mí y diciendo: “Dios no juega a los dados”, discutiendo con un tal Bohr que insistirá en que la creación, la luz, se han hecho por purita casualidad.





Estaba el Señor absorto en sus pensamientos hasta que oyó decir: “Para Dios mil años son como un día y mil días como un año”. ¡Ah pues es verdad!. Se dio cuenta de que era san Pedro quien hablaba (carta2, 3.8)y que su Jesús, el que lo llamaba abbá ya había pasado a la vida eterna dejando bien claro que ´Dios es luz, en Él no hay tiniebla alguna; y no solo eso sino que: “ustedes (¿nosotros?) son luz y no tienen por qué esconderse en el sótano sino iluminar todo y a todos los que les rodean.

O sea que en ese momento Dios se dio cuenta de que ya se  encontraba aquí, en el


Hoy

¡Cómo pasa el tiempo, - dijo el Señor Dios omnipotente y misericordioso.- ¡Pues menuda la que se está organizando con la luz! . Empezó a pasearse por los rincones de esta tierra igual que ayer, cuando paseaba por el paraíso el día que descubrió a Adán y Eva dándose un atracón de manzanas (para Dios una sola es como mil manzanas…)

Pues digo que empezó a pasear por la tierra del hoy buscando los lugares donde hubiera más luz. Estaba empezando a anochecer.

Con su divino instinto descubrió una casita a las afueras de la ciudad. En un pequeño barrio una lucecita iluminaba tenuemente la habitación.   Aquí estoy yo - dijo Él mirando al fondo en el corazón de aquellas mujeres. Sonrió y salió…

A lo lejos se veían las luces de la gran ciudad.

Cuando entró por sus calles, plagadas de lámparas, faroles, letreros luminosos, vitrinas iluminadas notó algo extraño. Miró a los ojos de la gente que por allí caminaba y vio sus párpados entornados, como si aquella luz les hiciera daño…  Miró los corazones de aquellos y lo sintió apagados. Aquí hay mucho luz pero ilumina poco, aunque son muchos vatios los que se derrochan pero ¿por qué parecen no ver estas personas?

Se fijó en las letras iluminada en la calle por tantas luces: ALMACENES <EL TRÓPICO> LES DESEA FELICES FIESTAS…

ESTOS DÍAS CERVEZA EL TIGRE ESTÁ CON USTEDES (y con tu espíritu- contestó Dios, que algo de liturgia sabía).

Se quedó mirando vitrinas y escaparates. Entre vestidos, zapatos, aparatos con cables y
botones, botellas y latas de conserva… en algunos rincones descubrió pequeñas estatuitas que no encajaban en el conjunto: Un mujer joven y bonita, arrodillada, un hombre de pie, más bien anciano apoyado en una vara y un muñequito, un chiquitín desnudo sobre un poquito de paja.
En varios escaparates vio eso… pero en la mayor parte destacaba un muñecote con capucha roja y barba blanca. Yahvé no hizo mucho caso de todo aquello. Lo que más le preocupaba eran los ojos entornados y los corazones cegados de mucha gente. ¿Hay aquí demasiada luz o falta luz?. Es algo que no calculé cuando la hice . No eché los dados para crear la luz, me salió del corazón.


Se quedó mirando a su alrededor, o más bien a lo profundo, al fondo de todo aquello: Todo eso que hay aquí y lejos de aquí, lo que salió de aquel gran fogonazo que según creo unos lo llaman BIGBANG y otros ADÁN Y EVA. ( Ya ven, el Abbá, padre eterno y misericordioso está muy flojo en el análisis literario de la biblia). Pero de pronto se quedó parado y exclamó ¡Aaaah! Ahora ya me doy cuenta de lo que sucede con mi invento. Yo soy Luz. Algo de mi luz se extiende por todo el universo. Pero estos bichitos inteligentes que me han salido en la evolución de todo lo real se han pasado de la raya ¡y han confundido ILUMINAR con DESLUMBRAR!

Andan por el mundo deslumbrados y no ven. Sueltan por todas partes chorros de luz que les impiden distinguir. Algunos listos enfocan proyectores sobre unas partes de esta pelotita que llaman tierra y dejan en oscuridad otras. Golpean las pupilas de la gente con esos inventos de poderosos focos y no consiguen iluminar los pensamientos y los corazones de las personas. Ahora me explico por qué mataron a mi Jesús y a tantos de esos profetas. Después de matarlos les levantan
monumentos y hasta hacen películas, que es otra manera de deslumbrar a la gente, pero no consiguen que a mujeres y hombres se les ilumine la conciencia.

Y, por lo que he podido escuchar, también han inventado aparatos que suena con estruendo, los ensordecen y les impiden pensar y buscar la luz de la verdad.

Entonces Yahvé, Dios, Alá, Shiva, Tian Zhu, Elohim , Tao, el Amor eterno del universo… se volvió camino de su eternidad.


Le daban ganas de irse a echar una partida a los dados y discutir con Albert Einstein y Niels Bhor. A ver si ellos le explicaban por qué, en este mundo del siglo XXI, la luz a la que ellos daban tantas vueltas, en vez de iluminar los ojos y las conciencias de la gente deja a tantos deslumbrados y deslumbrándose mutuamente.

Pero en aquel momento escuchó a lo lejos la voz del profeta Isaías que gritaba en el desierto su capítulo 58: compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no despreocuparte de tu propia carne. Entonces despuntará tu luz como la aurora.

¡Compartir, albergar, cubrir…- exclamó el Abbá - no despreocuparte de tu propia carne!. Por eso, porque se despreocupan de su propia carne, los hijos de Adán y Eva andan por ahí deslumbrados, sin ver qué hacer. Ya no me hace falta discutir con Einstein y Bhor de dados y física cuántica.

Y así el Amor eterno del Universo se volvió tranquilo a su eternidad, la que está en el fondo de nuestra propia carne, de cada uno y del universo entero. Más en lo hondo que nosotros mismos.