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31 de marzo de 2017

Lo que va de ayer a hoy: NO TODO SE ARREGLA CON MISAS

LO QUE VA DE AYER A HOY

(HISTORIAS   BÍBLICAS DE AYER QUE SE REPITEN HOY)
NO TODO SE ARREGLA CON MISAS
Ayer.

Ayer, es simbólicamente, el mes de Nisán.

Nisán (en hebreo: נִיסָן;   , del sumerio nisag: “retoño, primer brote”) es el primer mes del calendario hebreo bíblico, que comienza su cuenta a partir de la salida de los hebreos de la esclavitud en Egipto;
El nombre otorgado al mes de Nisán en la Biblia es simplemente “el mes primero”,   Es nombrado por primera vez en el segundo libro de la Biblia, Éxodo: “Este mes   para vosotros será éste el primero en los meses del año” (Éxodo 12:2).

Nisán cuenta siempre con 30 días y deberá coincidir siempre con el principio de la primavera (en el hemisferio norte), determinada por el equinoccio de primavera del 21 de marzo, en que el día y la noche tienen la misma duración. Con dicha finalidad, y para que la festividad de Pésaj se celebre en el mes de la primavera según el precepto bíblico, el mes de Nisán se corresponde con los meses gregorianos de marzo y abril, según el año. Su signo del Zodíaco es Aries (En latín: cordero), en recuerdo del sacrificio pascual de “un cordero o cabrito por cada familia” Éxodo 12:3-10

 

Pésaj, la Pascua judía, llamado también “Fiesta de la Libertad” o “de la Primavera” - del 14 al 21 de Nisán, que celebra la liberación del pueblo judío de la esclavitud en Egipto: “Siete días comerás ázimos y el día séptimo será fiesta de Yahveh... En aquel día harás saber a tu hijo: ‘Esto es con motivo de lo que hizo conmigo Yahveh cuando salí de Egipto’ “(Éxodo 13:6). Fuera de Israel, en la diáspora judía, se celebra un día más, hasta el 22 del mes. Esta fiesta comenzaba a prepararse desde el día 10 del mes de Nisán, cuando cada familia escogía para sí  la oveja, carnero, o cabra

que degollarían y la cuidaban  hasta   la  mitad de la tarde del día 14, cuando la degollaban en preparación de la cena pascual que se celebraba la noche del día 14 del mes de Nisán,  de acuerdo a las instrucciones que Moisés
había recibido directamente de Dios(Éxodo 12:2-13).


Es esta cena pascual la que Jesús y sus discípulos celebraron antes de irse al jardín de Getsemaní la noche de su arresto, ocasión que llegó a ser conocida como “La Santa Cena” (texto de Wikipedia)
 Estos Olivos de
aquel huerto tienen más de 900 años. Se supone serán retoños de los que contemplaron a   Jesús cuando lo apresaron, poco después de la cena…
Aquí aguantan ellos de pie, retorcidos, rugosos,…                               
Pero, volvamos al pésaj, la celebración de la liberación en Egipto de nuestros hermanos del pueblo judío.  Es bueno que pensemos cómo aquella cena fue la última… 

Simplificando diríamos que la cena de liberación fue la última que tuvo el Nazareno con sus seguidores, pero la primera de las que se han celebrado en los cientos de años sucesivos desde entonces hasta   hoy.
¿Quieren que veamos el contraste entre ayer y hoy de esa cena?
Ayer se empezó celebrando    el día del Señor (dominus), domingo, recordando el día de su resurrección.
Se empezó celebrando sólo ese día aquella reunión donde “se partía el pan”. Pero hoy…   
Hoy se celebran “misas” (ya no se llaman partir el pan, porque partir…poco pan se parte allí). Se celebran   cualquier día, a cualquier hora y…me atrevería a decir de cualquier manera.
(Pregunta: ¿es que diciendo muchas mejoras la calidad?
Ayer los primeros cristianos solían reunirse en la casa de alguno de ellos. Más tarde en otros lugares escondidos, cuando empezaron a perseguirlos.  Aún    se visitan en Roma las catacumbas, cuevas que servían también de cementerios y que se iban prolongando hasta ser pasillos largos, como laberintos.
Hoy en cambio, se han construido templos, basílicas, catedrales. Les falta la intimidad de aquellos primeros grupos de cristianos convencidos   de la presencia de Jesús en sus vidas.
***
Ayer se reunían en torno a una mesa juntos, dialogando, cantando, orando, comiendo y bebiendo.
Hoy la mesa se ha convertido en altar, lejos de los asistentes, recordando los altares de sacrificios del templo de Jerusalén y otras religiones que nada tienen que ver con lo que era la familiar fracción del pan. Así   la gente va a “oír” la misa que “dice” o que “hace” el padre. Pero ellos no van a celebrar.
           
Ayer la gente iba a “celebrar” un banquete de amigos, done ponían en común la comida que llevaban de casa. Aunque ya entonces empezó a haber desviaciones.  
Escuchemos a Pablo enojado reprendiendo a los corintios (carta 1 capítulo 11).  Ustedes, pues, se reúnen, pero ya no es comer la Cena del Señor,    pues cada uno empieza sin más a comer su propia comida, y mientras uno pasa hambre, el otro se embriaga. ¿No tienen sus casas para comer y beber? ¿O es que desprecian a la Iglesia de Dios y quieren avergonzar a los que no tienen nada? ¿Qué les diré? ¿Tendré que aprobarlos? En esto no.
Yo he recibido del Señor lo que a mi vez les he transmitido. El Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan y, después de dar gracias, lo partió diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes; hagan esto en memoria mía.».   De igual manera, tomando la copa, después de haber cenado, dijo: «Esta copa es la Nueva Alianza en mi sangre. Todas las veces que la beban háganlo en memoria mía.»  Fíjense bien: cada vez que comen de este pan y beben de esta copa “están proclamando la muerte del Señor.”
Así se ve que no comían sólo ese pan y esa copa sino que era una cena compartida en toda regla.
Hoy el pan (que no parece pan) y el vino, (que se lo bebe sólo el sacerdote) lo pone la parroquia, luego pasan la bandeja, el canasto, para recoger lo necesario para el pan   y el vino) y para otras necesidades de la parroquia y de los que la atienden. “Necesidades necesarias” o gustos y caprichos de los que administran el dinero. También se usa lo que se reúne, cuando hay conciencia, en   ayuda a pobres, obras sociales, caritas, trabajos de evangelización, de educación y de formar conciencia.

Pero

El problema que hoy planteamos es más serio, y por eso el título de esta reflexión.: ¿Se arregla todo con misas?
Ayer quienes se reunían lo hacían espontáneamente, sin que nadie les obligase y el motivo único de su reunión era recordar a su líder Jesús, su vida, su muerte, su resurrección. Ese era el único motivo. Unidos con Jesús, también recordaban los problemas, sufrimientos, alegrías, sus seres queridos muertos, aunque para recordarlos no tenían que pagar nada a nadie.
Hoy esas misas que se “dicen”, también se “encargan”.
Si preguntamos a las personas    que llegan al despacho parroquial para pedir una misa (¿cuánto vale?)Por qué van nos quedamos helados, porque muy pocos saben que eso que llaman misa es una fiesta comunitaria para recordar   a Jesús, centro y guía de nuestra fe. Para sentirlo presente hoy en nuestras vidas. De eso ni idea.
¿Quieren que hagamos una lista espontánea de por qué la gente “pide” una misa? Pues…:
Para pedir la curación de una enfermedad, por  un ser  querido difunto, para aprobar unos exámenes,  porque lo tienen que operar, porque le vaya bien en un negocio que empieza,  porque la niña cumple 15 años y quiere una misa (en un horario sólo para ella),  por un viaje que tienen que hacer,  porque se gradúa una promoción en su escuela y les tienen que bendecir  el anillo, para tener buena cosecha, para ganar un pleito, para que suelten de la cárcel a alguien que a lo peor se la merece, porque  es usted alcalde o político que busca votos para un cargo, y en ese pueblo hay gente muy católica,  porque el jefe de su empresa va a misa todos los domingo y quiere usted  que lo vea… para… para… No seguimos porque cualquiera de ustedes puede aumentar la lista.
Pero, pregunto, ¿y  el Nazareno que se reunió a cenar  con los muchachos  en aquella habitación del piso de arriba,    cuando dijo : “hagan esto en memoria mía”·  ¿pensó que iban luego muchos a hacer “esto”  en cualquier memoria menos  la  suya, y con intenciones de lo más variado incluso contrarias  al mensaje que Él estaba anunciando?.
Otra pregunta: y los que buscan quién “les diga una misa”,    ¿piensan que el llamado sacerdote  (nombre que Jesús no puso, porque los sacerdotes eran de otra religión: la del templo de Jerusalén o  cualquier otra). Pues ¿piensan ustedes que el llamado sacerdote es una máquina de decir misas?
Están disminuyendo las vocaciones en los seminarios. En algunos lugares de tradición católica parece que los fieles reducen su fidelidad a     actos religiosos, procesiones, horas santas, bendiciones, y sobre todo a asistir a misas o a “pagarlas” como dicen…

Uno lee los evangelios y se da cuenta de que el maestro de Nazaret no se preocupaba de eso sino de atender a los enfermos, abrir los ojos a los ciegos, defender a los que la sociedad marginaba, mujeres, niños, “pecadores” (quienes no pensaban de modo “políticamente correcto”) y dar de comer a los hambrientos.  Antes de partir el pan en aquella última cena había partido el pan y los peces con mucha gente.
Esa era su preocupación y el tema central de sus discursos.
Pero nosotros hoy…
Hoy todo lo queremos arreglar con misas.