HACIA UN DIÁLOGO INTERRELIGIOSO JUVENIL PARA LA TRANSFORMACIÓN
SOCIAL
Edwin Roberto Mendoza Hipp
3.4 ¿Cómo aplicar el diálogo
interreligioso juvenil a nivel local?
Después de reflexionar acerca de la
importancia que posee el diálogo interreligioso para las culturas juveniles en
Guatemala, salta inmediatamente a la vista una serie de inevitables Interrogantes,
como por ejemplo: ¿cómo hacer para materializar ese ideal del diálogo? ¿Qué
métodos emplear para hacerlo realmente patente? ¿Cuáles son los pasos para
convertirlo en una realidad? ¿O es solamente una propuesta irrealizable?
Preguntas como estas pueden ir surgiendo a la hora de confrontar la teoría con
la realidad.
Por esa razón, hay que ser sensatos y
admitir antes que nada que no existe una fórmula secreta ni un método exacto
para el diálogo interreligioso, pues éste es un camino que cada comunidad
religiosa tendrá que recorrer según el contexto donde se desenvuelva. Sin
embargo, el primer paso para lograr un diálogo genuino es entablar un acercamiento
sincero y respetuoso hacia los demás.
El diálogo interreligioso implica salir
de esa zona religiosa de confort en la que muchas veces los grupos y
comunidades juveniles se encuentran instalados. En ese sentido, una de las
ventajas que poseen los jóvenes urbanos del Área Metropolitana, es su
accesibilidad para conectar con otras iglesias y comunidades religiosas. Esto
es sin duda una tarea arriesgada que requiere de mucha madurez y valentía, pero
es definitivamente el punto de partida para promover un fértil diálogo interreligioso
entre los jóvenes.
Como se ha dicho antes, el diálogo
interreligioso no consiste en crear una religión alterna o Paralela, ni mucho
menos en fusionar prácticas y ritos religiosos, por el contrario, invita a fortalecer
y a enriquecer la propia identidad religiosa. Entonces ¿de qué se trata
realmente el diálogo juvenil interreligioso? Para entender esto se puede hacer
referencia a las formas de diálogo interreligioso enunciadas en el segundo
capítulo, las cuales pueden ser una guía muy útil para proporcionar algunas
pistas acerca de la implementación del diálogo interreligioso.
Tomando como modelo estos cuatro modos
de diálogo, se puede empezar deduciendo cuáles serían los tipos de acercamiento
más adecuados para los jóvenes en Guatemala. En primer lugar se encuentra el diálogo de la vida (nivel
existencial), que es de por sí una actitud que debería estar implícita en el
actuar de todo joven creyente, ya que se basa en el testimonio cotidiano por
crear mejores climas de cooperación y tolerancia religiosa; en segundo lugar, el diálogo de los intercambios teológicos (nivel teológico), el
cual está primordialmente dirigido a
teólogos y especialista que buscan profundizar en los acervos espirituales de
las religiones; por lo que solo quedan
dos modos de diálogo que parecen encajar más adecuadamente con las necesidades y urgencias de las
juventudes guatemaltecas, siendo el tercero el diálogo de la experiencia religiosa (nivel místico), cuyo
objetivo es compartir las riquezas espirituales de las religiones a través de
la oración y contemplación; y por último, el diálogo de las obras (nivel ético), el cual presenta un reto
aún mayor, pues requiere de una planificación conjunta y coordinada para promover
iniciativas de impacto social.
Estos
dos últimos modos del diálogo interreligioso ofrecen una infinidad de
posibilidades para echar a andar la
creatividad juvenil con iniciativas como: visitas a templos de otras
religiones, oraciones interreligiosas
con una determinada temática, campamentos donde se promuevan los valores éticos de las religiones, mesas de
diálogo para compartir los aspectos positivos de las religiones, acompañamiento a personas de la
tercera edad, talleres ecológicos, marchas pacíficas para defender algún derecho o denunciar
alguna injusticia, programas de formación sobre
diversidad religiosa y organización de campañas de conciencia social
basadas en algún tema coyuntural, entre muchas otras iniciativas. Lo importante
con estas dinámicas es comprender que el diálogo juvenil interreligioso debe
posicionarse en un terreno común donde se valoren simultáneamente aquellos
aspectos que unen a las religiones.