Hacia
un diálogo interreligioso juvenil para la transformación social
Edwin
Roberto Mendoza Hipp
3.3.3)
Análisis socio religioso de los jóvenes del Área Metropolitana de
Guatemala
Abrir
los ojos a la gran pluralidad religiosa que existe en Guatemala es
una actitud fundamental para contemplar el rico e inagotable
horizonte religioso latente en cada aldea, municipio, barrio, colonia
y ciudad. Guatemala no es un país donde solamente convergen ciertas
religiones predominantes, sino también otras tradiciones y
movimientos espirituales que cada vez van cobrando más fuerza. Un
ejemplo de esto es el sincretismo religioso practicado por una gran
cantidad de comunidades indígenas en localidades como Santiago
Atitlán y Chichicastenango.
Lugares
tan emblemáticos como estos son espacios donde se vive a flor de
piel otras formas de espiritualidad, y que constituyen a su vez una
invitación a experimentar la realidad religiosa en clave
indígena-juvenil. Sin embargo, el estudio de estas espiritualidades
emergentes es un tema sumamente amplio que merece ser tratado con más
detenimiento por aparte. Por lo que la presente reflexión centrará
primordialmente su atención en algunas pautas y orientaciones para
animar a la praxis del diálogo interreligioso con jóvenes urbanos
del Departamento de Guatemala, y más específicamente, del Área
Metropolitana.
Partiendo
de ese contexto, un estudio que puede ser de gran ayuda para situar
el tema del diálogo interreligioso juvenil en Guatemala es el
análisis cuantitativo elaborado por la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO), la cual realizó una investigación en la
que se intentó caracterizar con mucha objetividad el sentir de
jóvenes urbanos acerca de distintos temas en el marco de la cultura
política y democrática. Dicho trabajo se basó en una considerable
muestra de jóvenes de 15 a 29 años de los municipios de Guatemala,
Mixco, Villa Nueva, San Miguel Petapa y Santa Catarina Pinula. Dentro
de las temáticas abordadas, el elemento religioso fue sin duda uno
de los más sobresalientes, pues ratificó que las convicciones
religiosas se convierten a menudo una fuente moral que influye en la
mentalidad y la forma de actuar de los jóvenes.
El
trabajo en cuestión revela datos muy interesantes sobre la
identificación religiosa de estos jóvenes, del total de los
encuestados, el 44% se declaran católicos, el 37% se consideran
evangélicos y el 2% pertenecen a otras religiones. Mientras que
sorprendentemente, un 16% manifestó que no practica ninguna religión
o no cree en Dios.
De la totalidad de los jóvenes que practican una religión, solo un
51% manifiesta que asiste al menos una vez a la semana. Aun así, se
puede observar que una buena cantidad de jóvenes participa de las
actividades religiosas de sus congregaciones