EL JESUITA
VENEZOLANO NUMA MOLINA
"Iglesia en Venezuela, pueblo de Dios espantado por sus pastores"
"Los obispos
venezolanos carecen de una mirada imparcial sobre lo que sucede en el
país"
En
Venezuela está en juego la lucha de un pueblo que hace 18 años decidió su
emancipación del bipartidismo perverso que lo había sumido en el olvido, y esa
lucha le ha costado sangre y vidas de hombres y mujeres de los sectores
populares el Papa saluda a Numa Molina
(Numa
Molina S. J.).- "Por eso
ante la represión exagerada y desproporcionada que habido en estos días contra
las manifestaciones pacíficas del pueblo, yo pido al Gobierno: ¡Cese la
represión! El cristiano es y debe ser siempre gente de paz. Y estamos
llamados a respetar y defender los derechos humanos, los nuestros y los de los
demás". Cardenal Jorge Urosa Savino.
Esta fue la cita que exacerbó los ánimos del
pueblo durante la multitudinaria concentración que, tradicionalmente cada
miércoles santo, celebran los caraqueños para venerar a Jesús, El Nazareno de
San Pablo.
Para hacer más comprensivo mi análisis quiero antes
afirmar que una mayoría del pueblo chavista en Venezuela es católico y
pertenece a los estratos humildes que son los que se han visto más beneficiados
con la Revolución. Pero ese pueblo ya está cansado ante la falta de respeto y
objetividad de la institución eclesial a la hora de expresar sus opiniones
sobre el gobierno.
Los obispos venezolanos carecen de una mirada
imparcial sobre lo que sucede en el país, pareciera que se enteran de la realidad mediante
los medios privados de tendencia marcadamente derechista. Su discurso se sigue
identificando con los grupos que promueven violencia en el país.
En esa línea emitieron un comunicado para ser leído
en todas las iglesias este domingo de Ramos: "Es hora de preguntarse muy
seria y responsablemente si no son válidas y oportunas, por ejemplo, la
desobediencia civil, las manifestaciones pacíficas, los justos reclamos a los
poderes públicos nacionales y/o internacionales y las protestas cívicas"
En el texto sugieren la desobediencia civil y
las manifestaciones de calle como una alternativa. Son términos que al
venezolano causan preocupación y miedo porque ya sabemos los resultados cuando
la derecha ha convocado a estas manifestaciones: 11 muertos en abril de 2013 y
43 entre febrero y mayo de 2014 con más de 800 personas heridas y de ellas unas
trescientas hoy discapacitadas, y siempre el saldo de víctimas lo ponen los
sectores más vulnerables.
Las marchas de estos días no han sido pacíficas eso
es falso, basta observar los videos para darse cuenta
que la guardia nacional ha sido agredida constantemente:
Ante la violencia desatada por los manifestantes los funcionarios se han visto forzados a defenderse y a preservar el orden público que es su deber. Ya en casi dos semanas van 7 guardias nacionales heridos y 15 policías. Varios de ellos heridos de bala:
El pasado 12 de abril fue asesinado de varios
impactos de bala el niño Brayan Principal de 13 años cuando irrumpieron esos
manifestantes "pacíficos" en un urbanismo de la Gran Misión Vivienda
en Barquisimeto, Estado Lara. Hay hechos delictivos donde han resultado
destruidos locales comerciales, instituciones como la Dirección General de la
Magistratura en Caracas y personas a punto de ser linchadas por manifestantes ¿A
esto se le puede llamar "manifestaciones pacíficas"?
Por otra parte el arzobispo de Caracas
emplea una expresión en su discurso que pertenece al hoy Beato y mártir
Monseñor Romero cuando él dijo a su gobierno en marzo de 1980 "cese la
represión". Imposible comparar la represión del gobierno de Derecha
salvadoreño de 1980 que venía de una dictadura de 50 años con lo que hoy ocurre
en Venezuela. Monseñor Romero había exigido a los Estados Unidos retirar su
apoyo militar al régimen salvadoreño y ordenar a la misma junta de gobierno
encabezada por el derechista Napoleón Duarte el "cese a la represión"
de campesinos y de líderes sociales indefensos. No hay posibilidades de
comparación.
En Venezuela está en juego la lucha de un pueblo
que hace 18 años decidió su emancipación del bipartidismo perverso que lo había
sumido en el olvido, y esa lucha le ha costado sangre y vidas de hombres y
mujeres de los sectores populares.
En Venezuela el pueblo sueña y trabaja un proceso
de inclusión social, no obstante todos los errores que haya tenido en su
realización. La tercera edad tiene su pensión asegurada, los barrios pobres
tienen médico, la vivienda para los sectores más pobres es una realidad, ya no
hay bachilleres sin cupo en las universidades y es hoy el quinto país del mundo
con matrícula universitaria, los jóvenes pobres tienen acceso a las artes a
través de una Universidad y del Sistema Nacional de Orquestas etc.
Ese es el modelo de inclusión que más se acerca a
la propuesta evangélica de Mateo 25,32 "tuve hambre y me diste de
comer..." ¿Por qué entonces la propia iglesia institucional se coloca en
contra de un modelo de tal naturaleza social y evangélica?
Aquí ya casi pereciera que ser cura y ser opositor
al gobierno son sinónimos. Hay clérigos venezolanos que salen al exterior a
denigrar de su país pero lo que no se dice en el exterior es que Venezuela ha
tenido a lo largo de su historia una institución eclesial instalada en las
sacristías, aburguesada y sin dimensión profética. Es una iglesia amartirial y
aprofética que se ha amoldado siempre a los gobiernos de turno y a los poderes
económicos, pero esa dinámica no fue posible después de llegar el presidente
Chávez al Poder.
Hoy cómo lamento que los pastores no reconozcan
a sus ovejas, ni respeten sus individualidades ideológicas a la hora de
emitir comunicados.
Cuando estoy cerrando este artículo ¡oh sorpresa!
Me encuentro con un pronunciamiento del recién electo Cardenal Baltazar
Porras alabando la violencia de los manifestantes en Mérida su
Arquidiócesis, ciudad que ya lleva semanas asediada por la violencia, ese tema
merece una reflexión exclusiva, ahora solo les sugiero leer el pronunciamiento del arzobispo:
Mientras esto sucede la silenciosa desbandada de
católicos se cuenta por miles mensual, que se van a otras iglesias
cristianas o simplemente no vuelven a sus parroquias por sentirse acusados como
cómplices al apoyar un modelo que sus pastores atacan constantemente. Aquí
ni los pastores reconocen a sus ovejas ni las ovejas escuchan la voz de los
pastores. Se invirtió la parábola evangélica de la oveja descarriada, los
pastores se quedaron con una minoría en el rebaño, compuesta por quienes
asienten su lejanía pastoral y las noventa y nueve dispersas que vagan sin
sentido ante tanta incoherencia evangélica.
Concluyo con una cita del discurso ofrecido por el
Papa Francisco a los Obispos mejicanos el 13 de febrero de 2016:
"Reclínense pues, con delicadeza y respeto, sobre el alma profunda de su
gente, desciendan con atención y descifren su misterioso rostro... En las
miradas de ustedes, el Pueblo mexicano tiene el derecho de encontrar las
huellas de quienes «han visto al Señor» (cf. Jn 20,25), de quienes han estado
con Dios. Esto es lo esencial. No pierdan, entonces, tiempo y energías en las
cosas secundarias, en las habladurías e intrigas, en los vanos proyectos de
carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos clubs de
intereses o de consorterías. No se dejen arrastrar por las murmuraciones y las
maledicencias. Introduzcan a sus sacerdotes en esta comprensión del sagrado
ministerio".