ANSELMO BORGES: "NUESTRA
SEÑORA NO SE APARECIÓ EN FÁTIMA A LOS PASTORCILLOS"
Filósofo y
teólogo, profesor de la Universidad de Coimbra, el religioso portugués Anselmo
Borges (Paus, 1944) publica 'Francisco: Desafios a Igreja e ao Mundo' (Gradiva), en
cuya presentación estuvo el presidente de la República. Profundamente
'franciscano', crítico y libre, el escritor denuncia el
"adormecimiento" de la Iglesia portuguesa, fustiga "el
clericalismo y el carrerismo" como "la peste de la institución"
y espera que la visita del Papa a Fátima sirva para sacudirla de su letargo.
Aunque allí no se apareciera la Virgen a los pastorcillos.
¿Cuál es la tesis de fondo de su libro 'Francisco:
Desafios à Igreja e ao Mundo'? ¿Se resume en el título de la obra?
En cierto sentido, la tesis está en el título. Creo
que el profesor jesuita Juan Masiá, que leyó el libro, dice lo esencial, aunque
haya que descontar lo que exagera en función de nuestra amistad: 'En el
contexto de un mundo globalizado, Anselmo Borges presenta una excelente
síntesis para entender el desafío franciscano y jesuita del Papa. El autor
utiliza, de forma brillante, dos claves del pensamiento y de la acción del Papa
Francisco: el discernimiento, para diagnosticar los desafíos, y la
misericordia, para sanar las heridas. Anselmo Borges, que acompaña el camino de
Francisco por las periferias del cuidado de la vida en la Iglesia y en las
familias, en la cultura, en la ecología, en la bioética, en la economía y en la
política, demuestra que es capaz de articular de una forma certera la
implicación que convierte los desafíos a la Iglesia en desafíos de Francisco al
mundo del siglo XXI'.
¿Cuáles son los objetivos que persigue con esta
nueva publicación?
Estoy convencido de que Jesucristo es y anunció la
mayor revolución de la Historia de la Humanidad. Él es el Evangelio vivo de
Dios para todos: la buena noticia de que Dios es Amor y Misericordia.
Desgraciadamente, muchas veces lo que la Iglesia comunicó, con palabras y
obras, fue y es, en expresión de Nietzsche, un 'Antievangelio', es decir una
noticia triste y que no lanza hacia la felicidad.
Ahora, el Papa Francisco trae de nuevo el Evangelio
y la gente percibe en él, en sus palabras, en sus gestos y en sus actitudes,
quién es, lo que hizo y lo que quiere Jesús. A mi jucio, el Papa Francisco es
un líder político-moral global decisivo para el futuro de la Iglesia y de la
Humanidad.
¿Comparte la tesis de que Francisco es el Papa de
la primavera?
No hay duda alguna. El Concilio Vaticano II fue una
primavera, a la que siguió un largo invierno. Uno de los signos más dramáticos
de eso se constata en la condena de tantos teólogos, asi como en el
nombramiento de obispos conservadores. Francisco quiere que se camine en la
línea del Vaticano II.
La primavera se plasma en el mismo nombre que
Bergoglio eligió: Francisco. El Papa es franciscano por opción y, por eso, es
cristiano. Ésta es la revolución de Francisco: él es cristiano, no porque haya
sido bautizado, sino porque sigue a Jesús en su vida. Basta ver cómo se
comporta. Es sencillo, humilde, abraza, besa, está con todos y, sobre todo, con
los que nadie o muy pocos están: los más pobres, marginados, ofendidos,
humillados, la gente de las periferias.
Pero, al mismo tiempo, el Papa es jesuita, formado
para la eficacia, en el contexto del mundo actual globalizado. Por eso, lucha
para activar una revgolución dentro de la Iglesia: tolerancia cero para la
lacra de la pederastia, transparencia plena en el Banco Vaticano, reforma
profunda y constitucional de la Curia romana (¿será reformable la Curia?),
primado de la pastoral sobre el dogma en la atención a las personas concretas,
del Evangelio sobre el Derecho Canónico, gobierno sinodal de la Iglesia en
todos los niveles, inculturación del Evangelio en las diferentes culturas,
participación activa de los laicos, no discriminación de las mujeres, el
próximo Sínodo es para y con todos los jóvenes (también con los alejados de la
Iglesia, los agnósticos o los ateos), apertura de puertas para el fin del
celibato obligatorio con la ordenación de hombres casados, diálogo con y entre
las diferentes Iglesias cristianas (nunca se presenta a sí mismo como el Papa,
sino como el obispo de Roma y elogia a Lutero, fue a Egipto, encontrándose con
el papa de los coptos y con el Imán de la mezquita-universidad de Al-Azhar) y
diálogo interreligioso, concretamente con el Islam moderado.
Anuncio y denuncia
Anuncia el Evangelio y denuncia las desgracias de
la Iglesia en el mundo. La encíclica 'Laudato si' sobre la ecología integral
hará historia y repite que este capitalismo desregulado y salvaje 'mata', que
el centro de la economía tiene que ser la persona (todas las personas) y no el
dios-dinero. Lucha por la paz, con intervenciones eficaces, como se vio en las
relaciones entre Estados Unidos y Cuba o en Colombia. Fue a Israel y a Egipto y
va a ir a Sudán del Sur. Y le gustaría ir a Irak, a Moscú y, sobre todo, a Pekín,
tanto más cuanto que está convencido de que el futuro del cristianismo se juega
en gran medida en Asia.
¿Cómo hacer que su revolución de la ternura cuaje
en los diferentes países y en las diferentes diócesis?
El Papa es cristiano y su principal misón es
intentar que los católicos, comenzando por los cardenales, obispos y
sacerdotes, se conviertan en auténticos cristianos y en verdaderos discípulos
de Jesús. Esto es lo esencial. Sin esta conversión, no se conseguirá avanzar.
Cada persona tiene que preguntarse a sí mismo: ¿Qué significan para mí Jesús y
su Evangelio? De hecho, el Evangelio sólo se puede anunciar a los demás, si
realmente es una buena noticia que da sentido a nuestra vida. A partir de ahí,
de esa experiencia fundante y radical, es necesario acuar en consecuencia.
¿Las viejas inercias de los obispos-príncipes y el
clericalismo son los principales enemigos de Francisco?
Parto de la convicción de que el clericalismo, el
carrerismo eclesiástico y la actitud de los obispos-príncipes son la peste de
la Iglesia. El carrerismo impide la libertad de pensamiento y de acción. La
actitud de los obispos-prçíncipes atenta contra la revolución esencial del
Evangelio de Jesús, que sobre el poder dice: 'No he venido a ser servido, sino
a servir'. De hecho, el gran problema de Francisco son los que debían ser sus
'mediadores': cardenales, obispos y curas. Con las gloriosas excepciones de
todos cononidas.
¿Cómo se sitúa en la práctica el episcopado y el
clero portugués ante Francisco?
Yo diría que ignorando y silenciando. No acabo de
ver en marcha el nuevo dinamismo que Francisco está imprimiento a la Iglesia.
¿Su visita a Fátima puede sacudir al adormecido
catolicismo de su país?
Creo que 'adormecido' es el término exacto. La
visita del papa Francisco puede fomentar sólo un entusiasmo pasajero, que
incluso pueda contribuir a un mayor adormecimiento. Me temo que, después de su
visita, se continúe con una pastoral devocionista, muy centrada en liturgias
fosilizadas, con homilías que, en la mayoría de los casos, no están preparadas,
sino distanciadas de la vida, con un alejamiento creciente por parte de la
juventud, y con un clero poco culto y bastante instalado.
Mis recelos aumentan, cuando tengo que preguntarme hasta qué punto está presente la Doctrina Social de la Iglesia en las facultades de derecho y de economía y gestión de la Universidad Católica Portuguesa, cuyo Gran Canciller es el cardenal-patriarca de Lisboa. Por otra parte, me pregunto si las vacaciones (los funcionarios públicos pueden dejar de ir a trabajar para ver al Papa) concedidas es un 'buen negocio' para el Gobierno, dado que la Iglesia le va a deber ese 'favor'. Pero, ¿quién sabe? Quizás pueda producirse esa sacudida de la que habla.
Mis recelos aumentan, cuando tengo que preguntarme hasta qué punto está presente la Doctrina Social de la Iglesia en las facultades de derecho y de economía y gestión de la Universidad Católica Portuguesa, cuyo Gran Canciller es el cardenal-patriarca de Lisboa. Por otra parte, me pregunto si las vacaciones (los funcionarios públicos pueden dejar de ir a trabajar para ver al Papa) concedidas es un 'buen negocio' para el Gobierno, dado que la Iglesia le va a deber ese 'favor'. Pero, ¿quién sabe? Quizás pueda producirse esa sacudida de la que habla.
¿La Virgen se apareció en Fátima? ¿Cree usted en
las apariciones de Fátima?
En primer lugar, Fátima no es un dogma de fe. Por
lo tanto, se puede ser un buen católico, sin creer en Fátima. Fátima no forma
parte del Credo. Más aún, Fátima no ocupa ni puede ocupar el centro del
cristianismo. El centro de la fe es Jesús de Nazaret, confesado como Cristo. Por lo tanto, el centro del Evangelio es Jesucristo y el Dios de Jesús y todas las
personas que Él ama.
Dicho esto, confieso que no me cuesta admitir que
las tres criaturas, los pastorcitos, hayan tenido una verdadera experiencia
religiosa en Fátima. De hecho, no consta que fueran pagados, para decir que
habían visto a Nuestra Señora. Por el contrario, sufrieron bastante por ello.
La propia Iglesia, en un primer momento, mostró muchas reticencias. Pero es
evidente que se trató de una experiencia religiosa de niños y al estilo de los
niños y en un contexto histórico especial, en el que la Iglesia estaba
perseguida por parte de la Primera República en Portugal, el mundo estaba en
guerra (los pastorcitos seguramente habrían oído hablar de la I Guerra mundial
y de cómo los soldados partían a la guerra) y se vivía en un contexto
religioso, que implicaba las llamadas misiones populares, con predicadores
'misioneros' que venían de fuera y que, desde lo alto de los púlpitos, aterrorizaban
a los fieles con sermones sobre el temor de Dios y el terror del infierno. Los
niños oían todas estas cosas en la iglesia y en casa.
Se trató, pues, de una experiencai religiosa
infantil y según los esquemas y un imaginario hermenéutico-interpretativo
situado en ese contexto. No se puede olvidar que la experiencia religiosa sa da
siempre dentro de una interpretación, de tal modo que hay experiencias
religiosas mejores y otras no tan buenas. La de aquellos niños no fue de las
mejores. Para verlo, basta preguntarse: ¿Qué madre mostraría el infierno a unos
críos de 10, 9 y 7 años? Los pastorcitos quedaron marcados negativamente y, de
alguna manera, con la vida quebrada. Al mismo tiempo, es admirable la inmensa
generosidad que tuvieron frente a la situación que estaban viviendo, dando la
poca comida que tenían a las ovejas, para pedir por la conversión de los
pecadores. Además, aquel núcleo de experiencia fue sometido a arreglos mil a lo
largo del tiempo, según los nuevos esquemas interpretativos. En el contexto de
las nuevas situaciones históricas y de los nuevos desarrollos, apareciendo, por
ejemplo, el combate contra el comunismo. En cambio, no se habló para nada de la
necesaria condena del nazismo...
¿María, la madre de Jesús se apareció en Fátima?
Aquí, lo decisivo es hacer una distinción
fundamental entre apariciones y visiones. Una aparición es objetiva, cuando,
por ejemplo, estamos hablando con una persona y llega otra, ambos vemos a la
tercera persona que llega. Si estuviésemos cuatro o cinco personas, seríamos
cuatro o cinco a ver y constatar la llegada objetiva de esta otra persona.
Evidentemente, no fue eso lo que sucedió en Fátima y, en este sentido, está
claro que Nuestra Señota no se apareció en Fátima a los pastorcillos. Si fuese
una aparición, todos los presentes verían y constatarían su presencia, algo que
no sucedió ni podía suceder, pues Maria no tiene un cuerpo físico, que pueda
mostrarse empíricamente.
¿Fátima es un milagro de la religiosidad popular o
un puro negocio de marketing religioso?
Sí, Fátima es un milagro de religiosidad popular.
El gran milagro de Fátima son los seis millones de personas que visitan el
santuario cada año, y allí encontraron y encuentran paz, serenidad y
recogimiento, consuelo y alivió en sus afliccciones y en sus sufrimientos,
conversión al Dios de Jesús y a aquellos que Él ama. El dominico Frei Bento
Domingues dio una definición insuperable de todo este fenómeno: 'Fátima es el
muelle de todas las lágrimas de los portugueses'.
Desgraciadamente, Fátima es también un peligroso
negocio. Por eso, digo frecuentemente que Fátima necesita ser evangelizada.
Frente al Dios del miedo y del terror, anunciar el Dios del Evangelio, el Dios
de la alegría, de la misericordia, del perdón, el Dios que es Padre y Madre, el
Dios cuyo único interés es el felicidad y la plena realización de todos los
hombtres y mujeres. El Dios que dice: 'No quiero sacrificios, sino
misericordia'. El Dios que rechaza la religión de las promesas, porque Él es
gracia.
Por otro lado , es necesario acabar con el
alumbrado de millones de velas, incluso por una razón ecológica. Y la Iglesia
tendrá que rendir cuentas, para que no haya dudas sobre la transparencia en
cuestiones de dinero.
¿A qué va el Papa a Fátima?
Francisco es muy devoto de María, de la que dijo:
'Ella es mi mamá'. Por eso, viene como peregrino y no en visita oficial de
Estado.
En Fátima, el Papa va a canonizar a los dos
pastorcitos más pequeños: Jacinta y Francisco. En mi libro, también llamo la
atención sobre los peligros de las canonizaciones y sobre la cuestión de la
necesidad de milagros para comprobar la santidad. A mi juicio, los únicos
milagros son los milagros del amor. Pensar que Dios interrumpoe o suspende las
leyes de la naturaleza supone pensar que Dios está fuera del mundo y que, de
vez en cuando, viene al mundo y, arbitrariamente, ayuda a unos y no a otros.
Pues bien, Dios no está fuera, sino dentro, como fundameto del milagro de la
existencia de todo. Precisamemnte, porque todo es milagro -el milagro de
existir, del ser y del entenderse como ser- no hay 'milagros', porque
implicarían ateísmo.
Todos los niños son santos, porque son puros e
inocentes. Por eso, espero que esta canonización sirva para llamar a que se
salven a todos los niños del mundo, para acabar con la violencia, los abusos,
el tráfico, el trabajo infantil y la explotación de todos los niños del mundo.
Que se acebe, de una vez por todas, con la tragedia de que mueran de hambre
10.000 niños al día en el mundo...Si se concretase este salvamento de los
niños, ése sí que sería el auténtico milagro de Fátima.
¿Cuál cree que va a ser el mensaje que el Papa
lance desde Fátima para el mundo? ¿Qué mensaje le pediría usted que lanzase?
Estoy convencido de que nos va a ofrecer una
homilía histórica, de dimensión mundial, con un llamamiento dramático por la
paz y la justicia social, contra el dios-dinero, a favor del diálogo entre las
naciones, las culturas y las religiones. Seguro que pedirá que los católicos se
hagan cristianos, discípulos vivos y activos de Jesús en el mundo. Una homilía
que será recordada, como la de pablo VI, cuando, en plena Guerra Fría, gritó
dramáticamente y con los puños cerrados en Fátima: '¡Hombres, sed hombres!'
También espero que Francisco haga referencia al
verdadero lugar de María en el cristianismo -no es ni puede ser el centro del
cristianismo-, como hizo en el Vaticano, delante de la imagen de nuestra Señora
de Fátima: '¿En qué medida la fe de María fue un camino? En el sentido de que
toda su vida consisstió en seguir a su hijo. Avanzar en la fe, avanzar en este
peregrinaje espiritual que es la fe consiste en seguir a Jesús y tener sus
sentimientos y actitudes. ¿Y cuáles son los sentimeintos y las actitudes de
Jesús? Humildad, misericordia, solidaridad, pero también firme repulsa de la
hipocresía, del fingimiento y de la idolatría'.
María es grande, porque es la primera cristiana. La
primera que creyó en su Hijo y en su Evangelio. Como se lee en el 'Magníficat',
el bello himno que San Lucas pone en su boca: 'El Todopoderoso hizo en mí
maravillas. Su misericordia se extiende de generación en generación. Dispersó a
los soberbios. Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes. A
los hambrientos los colmó de bienes y a los ricos los despidió vacíos'.