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18 de agosto de 2017

LO QUE VA DE AYER A HOY



(Historias   bíblicas de ayer que se repiten hoy)

¿EL PAPA ES LO MISMO QUE EL VATICANO?

Ayer


Llaman a Roma la ciudad de las 7 colinas
Si las quieren conocer, en este pequeño mapa… En ellas se encuentran recuerdos de la Roma antigua, esa  Ciudad, centro del mundo que el emperador Constantino, más interesado por tener el centro de su imperio en  el límite con Asia pasó su capital a Bizancio y para congraciarse con los Cristianos que iban tomando fuerza social dejó Roma en manos del Papa.

Allá  donde  los seguidores de Jesús vivían perseguidos   fue convirtiéndose en lugar para sus comunidades y de esconderse   en barrios marginales y catacumbas pasaron a construir sus monumentos, lugares de oración y reunión.

Cuenta la tradición que el apóstol Pedro fue enterrado en la colina del Vaticano y sobre ella se fue levantando luego la basílica de ese mismo nombre.

Hoy se puede visitar esa tumba en los sótanos del gran   templo y entorno a él todos los edificios  que forman la ciudad del Vaticano.

HOY
En varios de los documentos que aparecen en las redes sociales, como por ejemplo RELIGIÓN DIGITAL, nos sorprende a algunos que unas noticias vienen de “el Vaticano” y otras  de “el Papa  , el Santo Padre”.

En ocasiones anteriores ambas informaciones nos sonaban igual, pero desde que “el obispo de Roma” como le gusta llamarse a Francisco, está expresando claramente sus pensamientos, nos vamos desconcertando.

Esto se pone peor cuando quien se expresa oficialmente  en algún documento es tal monseñor…  tal otro  cardenal….   o algunas de las comisiones pontificias.  Antes todo parecía lo mismo, o el mismo quien hablaba. Ahora no. En ocasiones, por ejemplo, cuando se trata de normas   litúrgicas, se nota con bastante claridad que la voz de los responsables de ritos y ceremonias se   distancia del estilo familiar de Francisco.

Y no sólo gira el problema en torno a la liturgia. También cuando asoman en las noticias conflictos sociales, relaciones entre gobiernos, pueblos y poderes económicos o eclesiásticos, no parecen encajar las enseñanzas del papa Bergoglio con las de quienes firman en nombre de “el Vaticano”. ¿Quién es el Vaticano?.

Comprendemos que nuestro querido Francisco no puede estar continuamente desautorizando a quienes lo rodean. Sabemos que muchos de su entorno, aunque de labios afuera alaban su sencillez y familiaridad no parecen muy de acuerdo con su apoyo a políticas
Populistas (como se dice ahora) pero  entonces con firma de “su eminencia”, de “los obispos de…”  o simplemente  de ese ente poco definido que es “el Vaticano”  nos da la impresión que le ponen disimuladamente la zancadilla al papa Francisco.

Luego llegan los periodistas y las agencias informativas internacionales y lo acaban de fastidiar. Lo que había dicho algún personaje o “departamento de la santa Sede”   en la prensa o la televisión ahora aparece como “El Papa dice que…”

Pensando mal, parece como si - ya que no pudieron terminar con este Papa como hicieron con el mártir Juan Pablo I (¿está mal empezar a llamarlo mártir?) - algunos procuran anularlo a golpe de documento: “El Vaticano dice”, “la Comisión pontificia para… afirma que…”)

Hoy mismo leemos que El Vaticano dice: "La carta del Papa es una respuesta muy general" y de algún modo se anula lo que había aparecido como documento del Papa alabando a una pareja gay que bautizó a sus tres hijos adoptivos.

Desde que el obispo de Roma, desde el balcón donde saludaba al pueblo pidió: “recen por mí”… algunos, además de rezar, están procurando marcar diferencias o, mejor, mezclar diferencias. “A río revuelto ganancia de pescadores, dice el refrán. 

Aprovechando que hoy muchos saltan de esperanza al escuchar en directo frases de Francisco, otros procuran, a la sombra de tantas
Sagradas congregaciones, comisiones pontificias, dicasterios y Vaticanos levantar nieblas que hagan difícil entender lo que dijo el Papa. No es extraño.

También muchos reverendos padres y monseñores hacemos lo mismo con lo que clarísimamente dijo Jesús: soltamos sermones complicados para que no se le entiendan sus sencillas palabras al pobre Nazareno.