La vida en
peligro en la Iglesia
Ya no se hacen Actos de Fe en las plazas
públicas ni se queman brujas y herejes en grandes pilas de leña
“Quien se mueve, no sale en la foto”
La
amenaza a la vida en la Iglesia se manifiesta como un ensimismamiento que rechaza
todo lo que suponga sentir y pensar, querer, recordar y olvidar, crear y creer
de forma distinta a la se establece desde los que detentan el poder. Este
encerramiento en sí misma paraliza e impide toda creatividad en la Iglesia. La
superación y la vida vienen por la salida hacia las periferias.
1. Si por “vida en peligro” se entiende la amenaza que
pesa sobre la vida física,estaríamos volviendo a etapas, creo, ya superadas en
la Iglesia. Al menos, en la del mundo occidental. No, felizmente hoy las cosas
han cambiado. La Iglesia ya no hace autos de fe en las plazas públicas, ni
quema brujas y herejes en grandes pilas de leña, ni tampoco deja pudrirse en
inhumanas mazmorras a los/as “sospechosos/as” y disidentes. Pero la amenaza o
el peligro de la vida en la Iglesia, ¿es solo cosa de antes?
Aunque hay nuevos signos que, viniendo del papa
Francisco, nos invitan al optimismo, se trata de gestos excepcionales, más
expresivos porque chocan con la tendencia general. Su llamada a una “Iglesia en
salida“ (EG 26-27) señala indirectamente otra Iglesia que es mayoritaria y que