Las
manos de Dios chorrean agua y mantienen la tierra.
Las
manos de mujeres y hombres se hunden en el agua y se agarran a los montes.
Las
manos invisibles del universo se extienden para abrazar océanos y tierras.
Las
manos del escritor acarician tras las teclas de su laptop todo el poder de la
creación:
la creación de Dios, la creación de la
imaginación de quien juega a ser Dios soñando que crea.
Agua,
tierra, manos, teclas…
Vida