LO QUE VA DE AYER A
HOY
HIISTORIAS BÍBLICAS
DE AYER QUE SE REPITEN HOY
¿Ya no sirven los
reyes?
AYER
No nos acabamos de convencer de que en asuntos relacionados con el correr de los tiempos debemos ser muy
prudentes.
No es lo mismo, por ejemplo, pensar en
una familia como la de países occidentales modernos que conocer una familia,
más bien tribu de un pueblo oriental en
época antes o poco después de la era
cristiana. Hoy siempre nos
imaginamos ese grupito del padre, la madre, hijos,abuelos… con la
inclusión a veces de tíos y otros parientes cercanos.
Cuando los pintores representan, por
ejemplo, la sagrada familia de Nazaret ahí aparece el carpintero José entre martillos y
serruchos, María cosiendo y el niño
jugando alrededor o llevando unas tablas al padre, según la edad. No se nos ocurre pensar que lo que entonces y
allí se llamaba familia no se parece mucho a lo que hoy entendemos dejemos a nuestro amigo José Antonio Pagola
(en <Jesús aproximación histórica>) que nos explique algo:
En contra de lo que solemos imaginar, Jesús no vivió en el seno de una pequeña célula familiar junto a sus padres, sino integrado en una familia más extensa. Los evangelios nos informan de que Jesús tiene cuatro hermanos que se llaman Santiago, José, Judas y Simón, y también algunas hermanas a las que dejan sin nombrar, por la poca importancia que se le daba a la mujer. Probablemente estos hermanos y hermanas están casados y tienen su pequeña familia. En una aldea como Nazaret, la “familia extensa” de Jesús podía constituir una buena parte de la población.
Cuento esto para que se hagan una idea
de cómo detalles históricos que a veces tienen importancia en el contexto,
debemos saberlos ver desde el punto de
vista de la época.
Es que hoy vamos a abordar alguna palabra con
la que se juega mucho en nuestras reflexiones teológicas, pero habrá también
que comprender su significado que no es lo mismo hoy que hace
cinco siglos,
diez siglos, veinte… Esta palabra o palabras
son EL REY, LA REALEZA, EL REINO…
Esas expresiones aparecen en muchos rincones de la Biblia,
pero tendremos que darnos cuenta si
cuando las usamos hoy quieren decir lo mismo que “en aquellos tiempos”
¿Qué eran los reyes en la edad antigua,
y cómo han ido evolucionando las monarquías?
Si miramos un mapa de historia
nos podemos dar cuenta de que en
cualquier pequeño rincón de la tierra, en un país que era casi un pueblo, allí
hay un rey. Tantos reyes que para domesticarlos necesitaban que los enlazase
algún emperador. El problema de la unidad bajo el imperio lo resolvían los
ejércitos. La verdad es que en eso no ha
habido actualmente mucho cambio; sólo que entonces el ejército no tenía misiles ni bombarderos. Le
bastaba con legiones de hombres bien pagados y alimentados, con arcos, flechas
y ganas de saquear, violar y robaren cualquier pequeño reino que se les
opusiera.
Hoy lo hacen de modo semejante en los
imperios actuales; ustedes me entienden.
Antiguamente los reyes eran elegidos
democráticamente a dedo y el dedo de ese rey servía para señalar a su hijo como sucesor
(si no es que venía alguien a
asesinar democráticamente a rey y príncipe)
Nos cuesta, en tiempos de Jesús,
distinguir los diversos reyes, tetrarcas,
gobernadores, o usurpadores que se iban sucediendo: Herodes el
grande,
Herodes Antipas, Herodes Filipo, Arquelao… y otros no conocidos en ciudades de los alrededores.
Por eso nos desconcierta cuando a Jesús,
le fuero a visitar, cuenta Mateo, tres
señores que, por si había pocos, la
gente hoy llama “reyes, cuando sólo eran magos (astrólogos,
astrónomos, científicos de la época) personajes simbólicos.
Pues cuando aquel niño creció y empezó a asombrar al mundo con sus palabras
y hechos el
personal agradecido porque
les había conseguido panes y peces, fueron a buscarle para hacerle rey. Él se
escapó al monte. No era lo suyo eso de
reinar. El sólo hablaba del reino de Dios o, como dice Mateo por respeto
a la palabra Dios, del reino de los cielos.
Fíjense:
La expresión "Reino de Dios"
la encontramos 50 veces en los tres Evangelios Sinópticos (14 en San Marcos, 32
en San Lucas, 4 en San Mateo): se trata del Reino fundado voluntaria y
positivamente por Dios. La expresión
"Reino de los Cielos" aparece 32 veces y en verdad solo en San Mateo
para designar aquel Reino, que está por encima de lo terreno y que decidió Dios
fundar mediante Jesucristo.
Pero luego, cuando llegó la crisis, el
juicio, y las autoridades del templo lo acusaban de hacerse rey, Él tuvo que contestar. “Soy rey, pero ¡mi
reino no es de este mundo! Yo vine para
dar
testimonio de la verdad”
-¿Y qué es la verdad? Preguntó el filosófico Pilato, sin querer
escuchar. Allí acabó todo el
dialogo y sólo quedó el irónico título sobre la cruz:
Jesús nazareno rey de los judíos.
Después de su resurrección naturalmente
los discípulos tenían que tener clavado en la memoria y el corazón el recuerdo
de aquella insistencia con que el Maestro repetía: “el reino
de los cielos se parece a….” y contaba la parábola. Siguieron sus discípulos
hablando de reino.
Pero ya les digo: con el tiempo esa
palabra REINO empezó a cambiar de
significado. Imagínense que un día del año 1143,
sobre la cabeza del papa sucesor entonces del pescador Pedro colocaron un sombrero llamado tiara, que no era una,
sino tres coronas reales, algo así como lo que aquí ven, tres superpuestas.
Si Pedro, volviera a su casa junto al
lago o a la cárcel mamertina donde estuvo encerrado en Roma, qué hubiera dicho?
Por eso creo que ya es tiempo de que
olvidemos el ayer y nos atrevamos a volver al
Hoy
Fíjense lo que queda hoy, siglo XXI de
los reyes:
Han ido pasando revoluciones y
democracias. Han ido cayendo cabezas coronadas y han ido apareciendo repúblicas donde ya no se nombra a dedo a las autoridades. Entre
medias también surgen de vez en cuando dictaduras donde aparecen tiranos
sangrientos como muchos de los antiguos reyes. No suelen durar mucho.
Incluso
los reyes que todavía van quedando hoy son una especie
de “relaciones
públicas”: firman los documentos que les ponen delante y
poco más. El rey reina pero no gobierna dicen
delante de sus narices.
Eso sucede en el mundo social y
político, pero ¿en el ambiente espiritual?
Los teólogos cristianos según parece, no tiene más remedio que seguir
hablado de “reino” y los coros de las iglesias cantando letras como:
“tu reino es vida, tu reino es verdad,
tu reino es justicia tu reino es paz, tu reino es gracia tu reino es amor…
¡venga a nosotros tu reino señor!.
Como en la oración que Jesús enseñó:”
venga a nosotros tu reino.”
Sin embargo hay quienes se dan cuenta de
que eso de “reino” es un símbolo y que los símbolos se pueden cambiar y se
deben cambiar cuando hoy ya no significan lo que quien lo inventoproponía. ¡Si
los reyes hoy no pintan casi nada!
Los asuntos de realeza solo se usan en
las revistas del corazón, especialmente con las reinas y princesas que sirven
para llenar muchas páginas con chismorreos y fotos. Además, hay actualmente otros reyes y reinas:
el rey del mambo, de belleza, del deporte, de la montaña, de la Rabin Ajau (la
hija del rey maya)
La principal todo es que el reino de
Dios no puede ser un título de
supremacía individual, no es reino de poder,
sino un modo social de vivir y de convivir. Eso fue lo que
vino a anunciar aquel campesino nazareno y por eso los que solo buscaban poder
sobre los demás, coronaron… ¡de
espinas!.
Una teóloga,(Salie Mc Fague )
critica ese reino de dominio
patriarcal que muchos quieren mantener; está proponiendo algo que puede chocar: el símbolo “reino de Dios” puede traducirse por
“Cuerpo de Dios”
No es
un dogma, “cuerpo de Dios” es un
símbolo, como también es símbolo el “reino de Dios”. El cuerpo es algo más íntimo que el reino. La
metáfora del cuerpo no refleja los signos de dominio, de paternalismo, de imposición que tiene la palabra reino. El cuerpo tiene un sentido de mayor cercanía
a eso que llamamos Dios, está más unido
a lo que el apóstol Juan define como
DIOS ES AMOR.
El amor universal que ya no se relaciona
con nuestra religiosidad de seres bajo el poder de alguien que está ahí arriba,
“en el cielo”, otra expresión que hoy no tiene sentido más que si
consideramos dicho “cielo” como el universo que no está flotando en las
alturas, sino que nos abarca por fuera y nos abraza por dentro (Dios más íntimo
a mí que yo mismo – que decía San Agustín)
Es cuestión de que nos atrevamos a superar la idea de Dios
lejano y arriba para sentirnos hundidos
en el amor eterno del universo que nos une a todos los seres como cuerpo de
Dios, que funde nuestros yo, nuestro ego y nos ayuda a vivir el YO universal del amor eterno: “padre, que
todos sean uno como tú y yo somos uno.”
Es una gran aventura esa de cambiar
nuestras palabras, nuestras comparaciones y símbolos para abrirnos a una
conciencia mayor y auténtica de eso que llamamos Dios.
Si Jesús hubiera vivido esa relación en el tiempo actual no
habría hablado hoy de reino
porque ya no valdría el simbolismo. Se habría sentido uno con el Padre-Madre universal, y con todos nosotros como cuerpo. Ustedes, yo y todo lo que existe
somos el cuerpo del amor eterno en quien vivimos, nos movemos y somos.
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Pueden profundizar en el tema buscando
en Google: El mundo como cuerpo de Dios. Dios y el mundo – Sallie Mc Fague
También pueden tomar el documento en
Modelos de Dios, Teología para una era ecológica y nuclear. Sal terrae,
Santander 1994 pags 109-153, original de
1987