La
Reforma que trastocó Iglesia y mundo hace 500 años
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y mundo hace 500 años
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La Reforma que trastocó Iglesia y mundo
hace 500 años Este 31 de octubre se conmemora en todo el mundo la Reforma
Protestante, cinco siglos después de que Lutero clavase sus 95 tesis en
Wittenberg (Alemania). FUENTES Histª del Cristianismo MADRID 29 DE OCTUBRE DE
2017 23:00 h El 31 de octubre de 1517, víspera de la fiesta católica de Todos
los Santos, Martín Lutero dio a conocer públicamente sus tesis, y el impacto
fue tal que se señala esa fecha como el comienzo de la Reforma protestante y
una vuelta a la fuerza del mensaje del Evangelio de Jesús. Para unos, Lutero es
el ogro que destruyó la unidad de “la” iglesia, la bestia salvaje que holló la
viña del Señor, un monje renegado que se dedicó a destruir las bases de la vida
monástica. Para otros, es el gran héroe que hizo que una vez más se predicara
el evangelio puro de Jesús y la Biblia, el reformador de una iglesia corrupta.
Él cambió el curso de la historia al desafiar con valentía el poder del papado
y del imperio, sosteniendo puntos de vista contrarios a la práctica y
ordenanzas de la religión establecida, el catolicismo romano, por considerarlas
contrarias al contenido de la Biblia. La principal doctrina evangélica que
Lutero alzó contra el sistema ritualista de penitencias fue que la salvación es
por fe y por gracia solamente, no por obras. La chispa que movió al monje vino
probablemente en 1515, cuando Lutero empezó a dar conferencias sobre la
Epístola a los Romanos, pues él mismo dijo después que fue en el primer
capítulo de esa epístola donde encontró la respuesta a sus dificultades. LARGA
LUCHA Esa respuesta no vino fácilmente. No fue sencillamente que un buen día
Lutero abriera la Biblia en el primer capítulo de Romanos, y descubriera allí
que “el justo por la fe vivirá”. Según él mismo cuenta, el gran descubrimiento
fue precedido por una larga lucha y una amarga angustia, pues Romanos 1:17
empieza diciendo que “en el evangelio la justicia de Dios se revela”. Según
este texto, el evangelio es revelación de la justicia de Dios. Estuvo meditando
de día y de noche para comprender la relación entre las dos partes del
versículo que, tras afirmar que “en el evangelio la justicia de Dios se
revela”, concluye diciendo que "el justo por la fe vivirá". La
respuesta que encontró Lutero fue sorprendente. La “justicia de Dios” no se
refiere en la carta a los Romanos, como piensa la teología tradicional, al
hecho de que Dios castigue a los pecadores. Se refiere más bien a que la
“justicia” del justo no es obra suya, sino que es don de Dios. La “justicia de
Dios” es la que tiene quien vive por la fe, no porque sea en sí mismo justo, o
porque cumpla las exigencias de la justicia divina, sino porque Dios le da este
don. La “justificación por la fe” no quiere decir que la fe sea una obra más
sutil que las obras buenas, y que Dios nos pague esa obra. Quiere decir más
bien que tanto la fe como la justificación del pecador son obra de Dios, don
gratuito. En consecuencia, continúa comentando Lutero acerca de su
descubrimiento y revelación, “sentí que había nacido de nuevo y que las puertas
del paraíso me habían sido franqueadas. Las Escrituras todas cobraron un nuevo
sentido. Y a partir de entonces la frase ‘la justicia de Dios‘ no me llenó más
de odio, sino que se me tornó indeciblemente dulce en virtud de un gran amor”.
[La Reforma que trastocó Iglesia y mundo hace 500 años] PRUDENTE Y RESERVADO
Lutero parece haber sido un hombre relativamente reservado, dedicado a sus
estudios y a su vida espiritual. Su gran descubrimiento, aunque le trajo una
nueva comprensión del evangelio, no lo llevó de inmediato a protestar contra el
modo en que la Iglesia católica entendía la fe cristiana. Al contrario, nuestro
monje continuó dedicado a sus labores docentes y pastorales y, si bien hay
indicios de que enseñó su nueva teología, no pretendió contraponerla a la que
enseñaba el catolicismo. Cuando por fin decidió que había llegado el momento de
lanzar su gran reto, redactó noventa y cinco tesis, que debían servir de base
para un debate académico. En ellas, Lutero atacaba varios de los principios
fundamentales de la teología escolástica
católica, y por tanto esperaba que la publicación de esas tesis, y el debate
consiguiente, serían una oportunidad de darle a conocer su descubrimiento al
resto de la Iglesia. CONTRA EL LUCRO La controversia fue mucho mayor de lo que
Lutero se proponía. Lo que había sucedido era que, al atacar la venta de las
indulgencias de Juan Teztel en Alemania, Lutero se había atrevido, aún sin
saberlo, a oponerse al lucro y los designios de varios personajes mucho más
poderosos que él. Según Lutero, si es verdad que el Papa tiene poder para sacar
las almas del purgatorio, ha de utilizar ese poder, no por razones tan
triviales como la necesidad de fondos para construir una iglesia, sino
sencillamente por amor, y ha de hacerlo gratuitam aunque muchos abrigaban tales
sentimientos, nadie protestaba, y la venta continuaba. LAS 95 TESIS Lutero
clavó sus famosas noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del castillo
de Wittenberg. Esas tesis, escritas en latín, no tenían el propósito de crear
una conmoción religiosa. Lutero dio a conocer sus tesis la víspera de la fiesta
de Todos los Santos, y su impacto fue tal que frecuentemente se señala esa
fecha, el 31 de octubre de 1517, como el comienzo de la Reforma protestante y
la reafirmación de que la Palabra de Dios es el punto de partida y la autoridad
final de la Iglesia y de toda teología. La mayoría de historiadores conviene en
que Lutero remitió sus tesis al Arzobispo de Maguncia, al Papa, a algunos
amigos y a otras universidades en esa fecha. Con todo, las tesis fueron
impresas muy pronto, y antes de 1518 habían sido extensamente leídas por toda
Europa. REACCIÓN Y CISMA Su impacto sorprendió al propio Lutero. Las
autoridades religiosas vacilaron, sin embargo, en condenar a Lutero. Este último
continuará discutiendo con teólogos partidarios de las doctrinas de Roma, por
ejemplo, con Johann Eck en la famosa disputa de Leipzig de 1519. Las 95 tesis
son finalmente condenadas definitivamente el 15 de junio de 1520 por la bula
Exsurge Domine del papa León X. Lutero, entonces abiertamente en conflicto con
la Iglesia católica, es excomulgado a principios del año siguiente. El Papa
León X exigió que Lutero se retractara por lo menos de 41 de sus tesis, pero el
monje alemán, ya famoso en toda Europa, rechazó esta exigencia públicamente en
la Dieta de Worms de 1521 jugándose la vida. Era el paso definitivo para lo que
luego sería la reforma protestante. Esta Reforma supuso no sólo una revolución
espiritual, sino también social, económica, cultural, científica y política. Se
puede decir que el mundo y la sociedad modernos en gran parte nacen de este
momento de la Historia que supo señalar al Jesús del Evangelio de una forma
nítida, nueva y clara...
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