Lo que va de ayer a hoy
(Historias bíblicas
de ayer que se repiten hoy)
MIEDO
¿Ves? Te has caído por desobediente.
Dios te ha castigado.
Seguramente ustedes han oído esto de
pequeños o lo han dicho de mayores. Y
así nos luce el pelo desde que aún no teníamos pelo.
Estas historias del blog se llaman “lo que va de ayer a hoy”… Pero en
este caso el ayer y el hoy son momentos muy resbaladizos. Hay personas
adultas relativamente jóvenes que todavía viven en el ayer y tal vez
conozcamos gente de edad avanzada que siempre han vivido animosos en el hoy.
Vamos a explicarnos:
Ayer
“Qué tiempos aquellos “- dicen algunos
- en mis tiempos…- Y acaso quien dice eso no tiene mucho más de
50 años y sus tiempos son cuando él era joven, y en el país había una dictadura, en su casa
tenía un padre o una escuela que lo
educaba con el palo en alto y en su
parroquia mandaba otro pequeño dictador
que les amenazaba con el infierno
en alto, acompañado de purgatorio para casos menores. Cuando este hombre del ayer
llegó a sus 30 años flotaban en su cabeza todas esas
amenazas. Eso lo dejó encasquillado
mentalmente. Cuando entró en el camino
de la familia y sus responsabilidades de esposo y padre, no tuvo el valor de
levantar el palo sobre sus hijos, porque una cicatriz en el
subconsciente lo frenaba. Pero
tenía en
alto la religión que le habían
enseñado y, cuando sus hijos crecían y no aceptaban sus
planteamientos religiosos en su crisis
de adolescentes, empezó con el consabido
“en mis tiempos” para que no se apartasen del buen camino.
El problema para él fue que sus
muchachos no se tomaban muy en serio a
unos padres asustados desde su
tierna infancia. Ya en el país no tenían dictadura y en la parroquia había un cura viejo que había olvidado en el baúl la palabra infierno y les aceptaba con cariño aunque no fuesen a misa muchos domingos. Entonces el
pobre hombre del ayer a sus 50 años se topó de golpe con el
“¡A dónde vamos a parar- le decía a su
esposa, - estos hijos tuyos”… Tenía la costumbre, aprendida ayer, de que cuando
no estaba de acuerdo con lo que los muchachos hacían los hijos eran “tuyos”, de ella; pero cuando había fiesta de graduación: “mis” hijos han aprobado todas las asignaturas” - comentaba a sus amigos con orgullo. La esposa
se consolaba contando lo mismo al revés
a sus amigas.
Ella y él eran almas gemelas, la
familia “mis-tiempos” les llamaba algunos amigos.
Las almas gemelas se iban poniendo cada vez más nerviosas al
ver que sus dos hijas y su hijo, entre 13 y 18 años, eran cada vez menos
gemelos de su mentalidad. …
Se complicó sobre todo cuando ese nuevo
papa empezó a moverse. Un día volvieron
los hijos con un papel que les había dado el párroco. Era un informe, ya un
poco antiguo, de la primera asamblea masiva del papa con los jóvenes en Río de Janeiro Cuando
el matrimonio empezó a leerlo el
hombre asombrado: exclamó: “¡lo que nos faltaba! Estos jóvenes está
locos y mira lo que les dice ese
nuevo papa”. Leyó: “Espero
lío. , que acá en Río va a haber lío va
a haber, pero quiero lío en las diócesis, quiero que se salga afuera, quiero
que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos defendamos de todo lo que sea
mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que sea comodidad, de lo que sea
clericalismo, de lo que sea estar encerrados….Pienso que en este momento esta
civilización mundial se pasó de ‘rosca’, se pasó de ‘rosca’, porque es tal el
culto que ha hecho al dios dinero que estamos presenciando una filosofía y una
praxis de exclusión de los dos polos de la vida que son las promesas de los
pueblos, los viejos y los jóvenes".
“O sea - comentó la esposa - que este
santo Padre nos está revolviendo a los muchachos… No se preocupa de que los
jóvenes vayan a misa sino de que
salgan a la calle… ¿No están bastante en la calle ya?”…
Pues eso no es todo – dijo él - …- No
te lo quería contar pero me han dicho unos amigos del trabajo que Francisco
dice cosas como que no existe el limbo… y del purgatorio y el infierno no hay
que preocuparse, que cómo, si es un Dios
misericordioso, va a mandar para toda la eternidad a las personas a las
llamas”…
- “¿Y
a ustedes eso les parece mal?”- se metió en la conversación una de las hijas.
- “Qué sabrás tú de eso niña. ¿No te das cuenta de que sin el infierno y
el purgatorio la gente va a hacer lo que le apetezca en su vida?”
- “Claro
-añadió la mamá, - como eso de que
también quieren quitar la pena de muerte en el país. Si no hay un poco de
miedo no va haber moral en la sociedad”.
- “Pues
dice el P. Roque, nuestro párroco que la humanidad progresa por la misericordia
y la confianza, no por el temor”.
- “Claro
así piensan los jóvenes de hoy día. En mis tiempos…”
- El
hermano soltó una carcajada: “¡Papá que el P. Roque tiene 76 años y tú 55!”
- EL
matrimonio de almas gemelas se miraron uno a otro sin saber qué decir…
- “Bueno,
pero está muy influido por ustedes los jóvenes”…
- “Según
qué jóvenes - comentó la hermana
pequeña- yo veo en la misa jóvenes que no se atreven a tomar en la mano la
comunión”
- “Claro,
como debe ser, por respeto”– dijo el papá.
- –“Yo
a ese respeto le llamo miedo… miedo a pecar porque de pequeños les dijeron…”
- Tenían
unos catequistas como Dios manda- insistió la mamá
- Y
¿tú crees- dijo la hermana mayor que…?”
- Pero
los padres ya no la hicieron caso y se
levantaron.: “Otro día te escuchamos. Hoy es jueves. Tenemos reunión en la
capilla de los “Hermanos del espíritu” , que viene un predicador de Nicaragua”…
- “Ya
ya… ”-dijeron los tres rebeldes…
Y cuando se quedaron solos la hermana
mayor les sugirió:
- “Bueno,
aprovechemos que se van los viejos. ¿Recuerdan que el P. Roque nos encargó para
mañana hacer una lista de los miedos que encontramos en los cristianos de hoy?”
- “De
hoy y de ayer- matizó el hermano – aprovechemos que ya nos lo han preparado con
sus ideas papi y mami”.
- Como
fin dela confrontación ideológica, les vamos a ofrecer la lista de miedos que
los hijos con ganas de armar lío hicieron para la reunión juvenil del día
siguiente:
CUÁLES SON LOS MIEDOS QUE LA
GENTE REFLEJA EN SU RELIGIÓN
-
miedo al Dios enojado que nos va a
castigar
- miedo
al demonio que nos va a llevar
-
miedo al infierno y al purgatorio
-
miedo a las tormentas y los rayos que
caen del cielo
-
miedo a los clérigos que son los que mandan en la iglesia
-
miedo a ponerse cerca del altar porque es de mucho respeto
- miedo
a la confesión por si Dios no nos perdona
-
miedo a tocar la eucaristía con la mano.
-
miedo a no ir a misa el domingo “que es pecado mortal”
-
miedo al fin del mundo que puede llegar cualquier día
- miedo
a cualquier “mal pensamiento”
- miedo
a políticos que se apoyan en la religión para manejar.
- miedo
a la unción de los enfermos, porque es “extrema” unción - miedo a no bautizar al hijo de
pequeño porque si se muere…
…. Pues
mientras los tres hermanos siguen haciendo la lista aquí les dejamos a ustedes
que la completen. Seguro que tienen recuerdos y experiencia de miedos en su
vida o en su ambiente….
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