Quienes
transitamos los caminos de la vida buscando nuestra realización espiritual
vamos por muchos lados para saciar nuestra sed. A veces encontramos verdades
claras, otras son espejismos o informaciones incorrectas. Siempre avanzamos,
porque en algún lugar de Universo debe estar lo que buscamos, resonando con
nosotros, de lo contrario no habría motivo de búsqueda.
Muchas veces incorporamos conocimientos,
conceptos, frases sin entender totalmente lo que significan pero suelen resonar
fuerte en nuestro interno y lo aceptamos como verdades incuestionables. Una de
esas frases que yo acepté como auténtica, pero no terminaba de comprender
racionalmente era: Somos seres de luz. Me gustaba cómo resonaba, me sentía un
ser de luz, me comparaba con la aureola de los santos, me sentía irradiando mi
alegría y mi espíritu, a veces podía visualizar mi resplandor en un espejo.
Pero también me quedaba una sensación de incertidumbre. ¿Por qué dirán los
Maestros que somos seres de luz?
Hay que ampliar la conciencia, hasta que
no queden dudas. Buscar ese eslabón perdido que nos desconectó de la Fuente. La
ciencia, que tantas veces cuestionó las manifestaciones del espíritu,
finalmente se va acercando para soldar la cadena de nuestra evolución, para
unir materia y espíritu.
"Somos seres
Carbono-Químicos-Eléctricos-Lumínicos" Cuando encontré esta definición se
iluminaron muchos interrogantes, se armó un entramado de relaciones que tenía
sentido.
Somos seres en cuerpo físico, por lo tanto
estamos dentro de un cuerpo que realiza procesos químicos. La composición
química del cuerpo humano desempeña un rol importante en el proceso evolutivo.
La dieta, el ejercicio físico y aun el aire que respiramos y nuestro estado
mental, todo contribuye a esta composición química que nos da equilibrio y
bienestar.
Uno de los sistemas químico-biológico con
un importante rol en nuestra evolución es el sistema endocrino. El sistema
endocrino es una réplica física de las estructuras de energía sutil que forman
nuestros cuerpos energéticos. Las glándulas endocrinas producen sustancias
químicas altamente especializadas, las hormonas, que se liberan en la química
del cuerpo en momentos precisos y por razones específicas. Las hormonas tienen
funciones claves, entre ellas, el abrir zonas dentro del cerebro que pueden
desencadenar nuevas capacidades mentales y nuevos estados de conciencia para
nuestro crecimiento espiritual. Por eso necesitamos un equilibrio hormonal.
La ciencia moderna también ha establecido
la naturaleza electroquímica de nuestros sistemas físico-biológicos. Nuestro
organismo es también de naturaleza electromagnética. Como seres
electromagnéticos estamos constituidos por un campo energético que contiene luz
visible e invisible. Sabemos, a partir de la física cuántica, que la luz es el
componente básico del campo electromagnético. Por lo tanto, estamos compuestos
por un campo de energías lumínicas electro bioquímicas. Si tuviéramos la
capacidad de percibir con nuestros ojos físicos el verdadero espectáculo de luz
que produce un campo electromagnético, podríamos constatar esa la idea de
"somos seres de luz" o " tenemos un cuerpo de luz". En
consecuencia, al ser electromagnéticos y estar conectados a la luz, somos seres
de luz, así como seres químico-eléctrico-lumínico.
Aunque nos proclamemos seres de luz,
debemos honrar nuestra herencia química y elegir con sabiduría y discernimiento
todas las sustancias que incorporamos a nuestro cuerpo. A medida que elevamos
nuestra conciencia, decidimos de modo espontáneo evitar productos químicos.
Como seres de luz podemos alterar nuestras
frecuencias vibratorias y al hacerlo podemos desarrollar habilidades para la
regeneración instantánea, la curación acelerada o el aminoramiento del envejecimiento.
Estamos desarrollando mayores habilidades para acceder y expresar más nuestra
naturaleza lumínica (espiritual) - eléctrica. Estamos aprendiendo a integrar
las facetas químico-eléctricas de nuestro ser y conforme lo hacemos, estamos
aprendiendo a utilizar nuestra naturaleza eléctrica para lograr una gran
variedad de estos ideales de bienestar.
La comprensión de nuestra naturaleza
química-eléctrica-lumínica nos da la oportunidad de utilizar más de nuestra
naturaleza eléctrica para desarrollarnos física, emocional y espiritualmente.
En otras palabras podemos modular nuestras frecuencias vibratorias. Poseemos
circuitos energéticos que pueden ser modificados mediante procesos de
pensamientos positivos y resonantes.
Cada día más la ciencia y el espíritu se
acercan. Los seres en el camino de desarrollo espiritual pueden explicar
científicamente como se producen sus estados de expansión de la conciencia, por
qué en un momento se sienten iluminados. Todas las sanaciones energéticas
tienen su explicación en estos procesos electromagnéticos del cuerpo energético
humano.
Los estudiosos de las llamadas ciencias
naturales se acercan ya a la intangibilidad de la materia e ingresan de la mano
de la física cuántica en el hiperespacio para conocer nuestro Universo desde la
multidimensionalidad.
HIPERESPACIO: las dimensiones
que se hallan más allá de las tres dimensiones habituales. En el hiperespacio
no hay espacio ni tiempo, todas las acciones y actividades son instantáneas.
Matemáticamente, el hiperespacio es un espacio que puede contener dos o más
espacios tridimensionales en el mismo lugar y el mismo tiempo. La frecuencia,
las fases y la amplitud están entre las características que definen las
dimensiones del hiperespacio. (Del libro: "Entramados de Conciencia"
Peggy Dubro y David Lapierre)
Nota: Lic. Ana María Frallicciardi
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