En nuestro blog (TODOS SOMOS
UNO) vamos a ir publicando por capítulos la narración de las aventuras de Alvar
Nuñez Cabeza de Vaca un explorador que más que conquistar pensaba
en comunicarse en paz con los nativos de
la América recién “descubierta”. Si todos hubieran sido como él…
CAPITULO III
Cómo llegamos a la Florida
En este mismo día salió el
contador Alonso Enríquez y se puso en una isla que está en la misma bahía y llamó a los indios, los cuales vinieron y
estuvieron con él buen pedazo de tiempo, y por vía de rescate le dieron pescado
ya Algunos pedazos de carne de venado. Otro día siguiente, que era Viernes
Santo, el gobernador se desembarcó con la más gente que en los bateles que
traía pudo sacar, y
como llegamos a los buhíos o casas que habíamos visto de
los indios, hallémoslas desamparadas y solas, porque la gente se había ido aquella
noche en sus canoas. El uno de que ellos
buhíos eran muy grande, que cabrían en él más de trescientas personas; los
otros eran muy pequeños, y hallamos allí una sonaja de oro entre las redes.
Otro día el gobernador levantó pendones por Vuestra Majestad y tomó la posesión
de la tierra en su real nombre, presentó sus provisiones y fue obedecido por
gobernador, como Vuestra Majestad lo mandaba. Asimismo presentamos nosotros las
nuestras ante él, y él las obedeció como en ellas se contenía. Luego mandó que toda
la otra gente desembarcase y los caballos que habían quedado, que eran más de
cuarenta y dos, porque los demás, con
las grandes tormentas y mucho tiempo que habían andado por la mar, eran muertos;
y estos pocos que quedaron estaban tan flacos y fatigados, que por el presente
poco provecho pudimos tener de ellos. Otro día los indios de aquel pueblo
vinieron a nosotros, y aunque nos hablaron, como nosotros no teníamos lengua,
no los entendíamos; mas hacían nos muchas señas y amenazas, y nos pareció que
nos decían que nos fuésemos de la tierra, y con esto nos dejaron, sin que nos
hiciesen ningún impedimento, y ellos se fueron.