Giordano
Bruno
(1548-1600)
Cosmólogo
y mártir
“El alma sabia no teme a la muerte, antes bien, a veces la ansía y se
adelanta a recibirla. Sin embargo, la eternidad mantiene su substancia a través
del tiempo, la inmensidad a través del espacio, la forma universal a través del
movimiento.”
Giordano Bruno fue uno de
los primeros hombres en habitar de manera consciente, el universo en su total
inmensidad. Debido a esto, su generación lo vio como un ser extraño y por lo
tanto lo mataron.
Bruno nación en Italia,
ingresó a la Orden de los dominicos a los 17 años, su educación en la Orden fue
ecléctica en relación a los clásicos de la filosofía y la teología
posteriormente obtuvo el doctorado. Era un erudito con dotes extraordinarios,
se consideraba asimismo un tanto iconoclasta, simpatizaba con las
especulaciones científicas y filosóficas lo que no estaba acorde con la
autoridad. Posteriormente abandonó los hábitos y se transformó en un estudioso
itinerante.
En los siguientes años
Bruno viajó y publicó mucho sobre temas como lógica, ciencia de la memoria,
matemáticas y filosofía. Sin embargo en el campo de la cosmología fue su mayor
obra. Habían pasado algunos años desde que
Copérnico publicara su obra, contradiciendo la antigua visión de la
tierra como centro del universo. Bruno pensaba que Copérnico no había
desarrollado totalmente esta visión cosmológica.
Bruno postulaba la idea
de un universo infinito con infinidad de mundos, muchos de ellos tal vez
habitados, por criaturas tan inteligentes como nosotros. Además sugirió, que en
el futuro, los seres humanos desarrollarían maneras de viajar a través del
espacio para visitar otros mundos. Tales opiniones generaron burlas, pero hubo
autoridades eclesiásticas que tomaron las ideas de Bruno más seriamente.
En 1592, mientras
visitaba Venecia, Bruno fue denunciado como hereje y fue arrestado. Pasó ocho
años de interrogatorios, durante ese tiempo fue consignado a la inquisición de
Roma y pasó la mayor parte de este tiempo confinado a un calabozo. Sin embargo
Bruno no se consideraba un “libre pensador”, sino un cristiano devoto que no
creía que tratar de imaginar los infinitos misterios de la creación fuera una
falta de respeto hacia el Creador.
Se extrajeron una serie de supuestas propuestas
heréticas de sus escritos, pero él negó persistentemente el significado que se
les daba a estas frases, extraídas de su obra. Lo que más ofendió al tribunal
fue la idea de un universo infinito. Bruno fue declarado hereje, sus libros y
escritos fueron quemados en la Plaza de San Pedro y posteriormente fue quemado
ante una multitud.
Inspirado en el libro Todos los Santos, Robert
Ellsberg.