HISTORIAS BIBLICAS DE AYER
QUE SE REPITEN HOY
Una misa
para mí solito
Ayer
Jerusalén ardía de
habladurías y de ambientes peligrosos. El maestro y los suyos venidos de
Galilea se acercaban a la capital. Antes de llegar a la puerta de
Siloé encargó Jesús a Juan y Pedro:
“Cuando entren en la ciudad, les saldrá al encuentro
un hombre llevando un cántaro de agua; síganlo hasta la casa en que entre, y
digan al dueño de la casa: el Maestro te dice: ¿dónde está la estancia en que
he de comer la Pascua con mis discípulos? Él les mostrará una habitación
superior, grande, aderezada. Prepárenla allí.
Marcharon y encontraron todo como les había dicho, y
prepararon la Pascua"(Lc22. 7-20).
Pronto llegaron a ayudarles en los preparativos los
demás y las demás (muchos estamos convencidos
de que además de los doce
estuvieron allí las mujeres que se citan como
acompañantes en otros párrafos de los evangelios).
En aquella casa se
celebrarían aquella noche dos cenas de pascua. La tradicional de los dueños de la casa, en el piso de abajo,
y esa otra que, según avanzaba la celebración se iba haciendo más extraña.
Los vecinos de abajo celebraban el
recuerdo de algo sucedido en el pasado, allá en Egipto.
Los de abajo compartían con el cordero un pan sin
levadura y se pasaban de uno a otro la
copa de vino teniendo en la memoria los tiempos en que vestidos con ropa de camino iban a salir al desierto rápido porque les pisaría los talones el ejército del faraón.
Los vecinos de arriba no podían evitar recordar
también la historia de su pueblo
caminante, pero pronto su extraño líder
empezó a hablarles de beber la copa en el reino de su padre. Se puso a
partir y repartir el pan hablando de
que aquello
era su cuerpo (¿su cuerpo?) Y
que el vino que bebían desconcertados era su sangre (¡su sangre!) que iba a ser derramada.
Luego empezó una emotiva oración al Padre
pidiéndole que sus compañeros y quienes
vinieran después fueran todos uno, queriéndose,
ayudándose y haciendo un mundo nuevo:
Lo que les cuento sucedió entonces,
una primavera de hace más de dos mil años, Pero…hoy?
Hoy
Don Maximiliano
llegó al despacho parroquial.
La amable secretaria se dispuso a escuchar su pedido:
“una misa para el martes a las 5 de la tarde”.
- Perdone don Maxi las misas de diario aquí son a las 6 e la mañana y a las 6 de la
tarde
- ¡ah Mari Carmen!
No le dije que esta es una misa de quince años.
La Mari Carmen
se río por lo bajo recordando lo que
decía el P. Juan Carlos. “Uf… me piden una misa de quince años pero no
aguantan ni una de sólo media
hora”.
“Fíjese Don Maxi
Que nada más
está en la parroquia el P. Juan Carlos que tiene que decir ya dos misas…
¿qué más le da en vez de celebrarla a las 5 celebrarla a las 6?
Pero el problema es que ya hemos impreso las invitaciones”
La secretaria hizo un gesto de sorpresa:” Y ¿eso lo imprimió usted sin
consultar con la comunidad parroquial? “
Bueno,
pero hay otro problema. El
martes a las 6, celebra también sus quince años para su hija de Doña Manuela nuestra
cocinera, y no está bien, son personas
de otra categoría.
¿Qué pasa ,¿no son hijos de Dios?
Mari Carmen déjese de filosofías, esto para mi familia es muy importante. Queremos una misa para nosotros solos.
Yo sólo le digo don Maxi lo que tenemos fijado en la comunidad parroquial. Precisamente el sábado pasado se comentó que
toda celebración tiene que ser comunitaria.
¿Cómo dice?
Co-mu-ni-ta-ria… o sea que no puede ser un privilegio para
nadie. Que las categorías como usted dice, no son cosas de la comunidad. Que en la iglesia todos somos
hermanos y cualquier misa es compartido por todos, desde que los
primeros cristianos se reunían en una fiesta de hermanos en común-unión.
Don Maxi se quedó callado un rato; luego exclamó entre dientes:” Estas novedades que ustedes
se traen les van a hacer perder buenas ganancias a la parroquia. La
secretaria iba a responderle que el P.
Juan Carlos y el consejo parroquias no creían
que las ganancias fueran lo más importante. Pero no
tuvo tiempo. Don
Maximiliano se levantó diciendo: Ya me buscaré
otra iglesia donde sean más sensatos y no se anden con esos
rollos co-mu-ni-ta-rios
Salió y cerró la puerta si dar portazo pero se le notaban
las ganas.
Ustedes hermanos católicos, apostólicos y romanos (o
cristianos de cualquier otra iglesia),
ante esta situación,
¿qué harían
en lugar de la fiel secretaria Mari Carmen?...,
¿y su fueran un don Maxi
cualquiera con una hija que cumple 15 años
?…
¿y si fueran el P. Juan Carlos con su consejo parroquial en pleno…?
Y…
¿y si fueran un tal Jesús Nazareno , ese
que empezó partiendo y ompartiendo
el pan, hasta que por este y
otros motivos más serios lo partieron a él…
Ante esos compromisos de quien quiere una misa para él solito, y que llama
misa a lo que ni a Jesús
ni a sus amigos
se les pasó por la cabeza… Ante eso
¿Qué harían
ustedes, eh?