(Historias
bíblicas de ayer que se repiten
hoy)
TOCAR A JESUS
AYER
(Lo dice Lucas (6,19-21): Todos querían tocar a Jesús, porque sabían
que el poder que salía de él los sanaría.
Mientras Jesús va de camino a la casa de
Jairo, vive otra situación muy emotiva. Lo acompañan muchas personas que están
entusiasmadas porque piensan que lo verán realizar otro milagro. Pero entre
ellas hay una mujer que solo piensa en curarse de su grave enfermedad. Esta
mujer judía lleva 12 años sufriendo hemorragias
la Ley de Moisés dice que
cualquier mujer con pérdidas de sangre es impura y no puede adorar a Dios con
otras personas.
De modo que quien la toque a ella o toque su ropa manchada de
sangre tiene que lavarse y ser considerado impuro hasta el atardecer (Levítico
15:25-27).
Esta mujer ha oído lo que
cuentan de Jesús y por eso ha salido a buscarlo. Pero, como
se encuentra en
estado de impureza, se mete entre la multitud tratando de pasar lo más
desapercibida posible. Va pensando: “Seguro
que con solo tocarle la ropa me pondré bien”. Enseguida Jesús pregunta: “¿Quién me tocó?”. ¿Se imagina cómo
debe sentirse la mujer al oír eso? En ese momento, Pedro, pensando que se trata
de una pregunta absurda, le contesta: “Estás
rodeado de gente y te están apretando
por todas partes ¿ y dices quién te ha tocado?”.
Acaso este sea el detalle más significativo, pero
en el evangelio aparece el Maestro
entre la gente que lo toca, y hasta tiene que subirse a una barca para
que en la orilla del lago no se
apelotone la gente y lo empujen al agua
De los cinco sentidos que normalmente se indican (aunque hay
más) El más “carnal” es el tacto. El profeta nazareno no
lo rehuía, Estaba en contacto con la gente.
Si ustedes repasan los evangelios comprobaran que
ese Jesús que los cristianos de
hoy espiritualizamos tanto era un hombre de carne y hueso que vivía entre gente
de carne y hueso
Junto con el tocar y ser
tocado había otro sentido muy cercano a
ese: comer (… ¿y ser comido?) del que podemos hablar en otra ocasión.
Todo eso sucedía ayer, porque hoy?
Hoy
Por favor ¿-qué dice
usted? Hoy predomina en nuestras asambleas el respeto.
No vemos a ese Jesús
que callejea por pueblos, y abraza a
enfermos y pecadores
Lo más cercano que
tenemos de Él, es eso que cuando
levanta en celebrante en misa, dice en
nombre de Jesús: tomen, coman que esto es mi cuerpo. Pero
ningún cristiano piadoso
se atreve a hacerle caso. ¿Cómo va a
tomar, tocar al hijo de Dios?
Y la gente cuando el Padre
hace la “elevación de ese pan”, se acurruca: se arrodilla, agacha la cabeza,
dice temblorosa “Señor mío y Dios mío”.
En cuanto pueden encierran
a ese Jesús en el armarito que llaman” sagrario” o en una
especie de vitrina de cristal y metales preciosos. Lo guardan bien
custodiado, por eso la llaman custodia para evitar que ningún leproso, ni
infectada, lo toque. Tal vez piense que
podrían contagiar a ese galileo
imprudente que tocaba y se
dejaba tocar.
Pero hay algo peor. Es que
Él ofreció una posibilidad para
la gente de hoy:
Vengan benditos porque tuve hambre y
me dieron de comer, estaba enfermo o en la cárcel y vinieron a verme, desnudo y
me vistieron… porque todo lo que hicieron
a cualquiera de esos desarrapados me lo hicieron a mí
¡Lo que faltaba! Cuando ya
parecía que nos habíamos librado de sus manos, de su tacto, de su manto… nos cuelga ahora a gente
que tenemos cerca, a
la puerta, a nuestra espalda para que les toquemos ya que no podemos, o no nos
atrevemos a tocarle a Él.
El problema de nuestra fe
cristiana es que somos demasiado espiritualistas, o si quieren
demasiado poco “materialistas”, el cuerpo, la sangre, la túnica, nos repelen.
Rechazamos el cuerpo de Él y el cuerpo de los
que están cerca de nosotros. La única
manera de tocar a esa pobre gente es con
monedas, con billetes que damos y nos sirven de intermediarios para no tocarle
a Él, que es peligroso, porque mancha o contagia, o nos produce temblor-
Lo que hizo o dijo , lo que
tocó Él si fue ayer que hiciera, lo que juzgase oportuno; pero hoy, como dicen
carteles en los objetos con carga
eléctrica, o en las lavanderías de los hospitales, mejor NO TOCAR .