En
nuestro blog (TODOS SOMOS UNO) vamos a ir publicando por capítulos la narración
de las aventuras de Alvar Núñez Cabeza
de Vaca un explorador que más que
conquistar pensaba en comunicarse en paz
con los nativos de la América recién “descubierta”. Si todos hubieran sido como
él…
CAPITULO
VI
Cómo
llegamos a Apalache
Llegamos
que fuimos a Apalache, el gobernador mandó que yo tomase nueve de caballo, y
cincuenta peones, y entrase en el pueblo, y ansí lo acometimos el veedor y yo;
y entrados, no hallamos sino mujeres y muchachos; mas de aquía poco, andando
nosotros por él, acudieron, y comenzaron a pelear, flechándonos, y mataron el caballo del veedor; mas al fin
huyeron y nos dejaron. Allí hallamos mucha cantidad de maíz que estaba ya para
cogerse, y mucho seco que tenían encerrado. Hallámosles muchos cueros de
venados, y entre ellos algunas mantas de hilo pequeñas, y no buenas, con que
las mujeres cubren algo de sus personas.
Tenían
muchos vasos para moler maíz. En el pueblo había cuarenta casas pequeñas y
edificadas, bajas y en lugares abrigados, por temor de las grandes tempestades
que continuamente en aquella tierra suele haber. El edificio es de paja, y
están cercados de muy espeso monte y grandes arboledas y muchos piélagos de
agua, donde hay tantos y tan grandes árboles caídos, que embarazan, y son causa
que no se puede por allí andar sin mucho trabajo y peligros.