César Chávez
Trabajador agrícola (1927-1993)
“Cuando te
sacrificas, fuerzas a los demás a sacrificarse.
Es un arma muy
poderosa”.
Chávez nació en 1927, en una
familia mexicana- estadounidense. Durante la Depresión, su familia
perdió su
pequeña granja y se vio forzada a unirse a la migración agrícola, hacia el
Oeste de los Estados Unidos de América. Desde su infancia Chávez se había
desempeñado en trabajos de labranza mientras su familia continuaba con la
cosecha. Aunque asistió a treinta y
siete escuelas, nunca fue más allá de séptimo grado.
Los trabajadores agrícolas eran,
los trabajadores más pobres y explotados en los Estados Unidos, desorganizados
y excluidos de la protección de la mayoría de las leyes laborales.
En la década de 1960, César Chávez,
escribió un nuevo capítulo en la historia del movimiento obrero de los Estados
Unidos, al organizar en California, el primer Sindicato de Trabajadores Agrícolas
Unidos. A través de su compromiso con la no violencia y su profunda fe en la
justicia social, así transformó la lucha laboral local en una causa moral que
llevó esperanza a los desesperanzados y despertó la conciencia de toda una
nación.
Para Chávez era necesario tener
sentido de dignidad y de comunidad. Por tal razón el sindicato que organizó, no
dependía de fondos externos sino de los principios básicos de sacrificio y
solidaridad. Todos los que se afiliaron debían pagar U$S 3.50, por mes en mercancías,
esta suma pequeña representaba, una verdadera penuria para muchas familias que
vivían con un salario de U$S 5 mensuales.
Dentro de sus manifestaciones
sindicales se llevó a cabo un boicot de los consumidores de uvas a las huelgas
y piquetes que eran herramientas básicas de la lucha. Las marchas tenían a
menudo, características religiosas, reforzadas por las oraciones públicas,
estandartes de Nuestra Señora de Guadalupe, la presencia de miembros del clero
y religiosos que se identificaba con la causa.
“Si somos realmente honestos con
nosotros mismos, debemos admitir que nuestrasvidas son lo único que nos
pertenece. Por lo tanto, la manera en que usamos nuestras vidas es la que
determina qué clase de hombres somos. Creo profundamente que sólo dando
nuestras vidas, encontramos la vida. Me hallo convencido de que el mejor acto
decoraje, el más fuerte de los actos viriles, consiste en sacrificarse por los
demás en una lucha enteramenteno violenta por la justicia. Ser hombre significa
sufrir por los demás”.
Por Rosario Carrera.
Inspirado en el libro Todos los
Santos. Robert Ellberg